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En conversación con un posible lector sobre Galdós

Diálogo de Víctor Fuentes consigo mismo a propósito de su libro 'Galdós, 100 años después, y en el presente' (Visor, 2019), escrito con motivo del centenario del escritor canario

Luis Roca con Víctor Fuentes en el rodaje de 'Benito Pérez Buñuel'. LP/DLP

Fuentes, octogenario, es profesor emérito de la Universidad de California y miembro numerario de la Academia Norteamericana de Lengua Española y correspondiente de la Real Academia Española. El estudioso es asistido para la edición del artículo por el investigador de cine canario Luis Roca, cienasta y director del proyecto Benito Pérez Buñuel, por lo que ambos acuerdan compartir la autoría del texto, cuyo formato básico es la interpelación a a sí mismo de Víctor Fuentes.

Veo que fue afortunado publicandoVargas '

¿Grave defecto? ¡Vaya defensa! Mejor oigamos al renombrado crítico norteamericano Fredric Jameson en The Antinomies of Realism (2013), como traigo a mi libro, donde le dedico un capítulo. Dice, y traduzco: "La ausencia de Galdós de la lista convencional de los grandes realistas -aun en la limitada Europa- es más que un crimen, es un error que limita y deforma seriamente la imagen de tal discurso y sus posibilidades". Y añade: "su Madrid está tan lleno de misterio como el París de Balzac, es tan explorador de las capas bajas como Dickens, tan alerta a las vibraciones de una guerra civil y tensiones políticas como Stendhal, tan irónico como Thomas Mann, de tanto cotilleo como Proust, tan familiarizado con el terreno urbano y las calles de la ciudad como Joyce". Eso tras exponer cómo excede en el naturalismo de Zola, y, al mismo tiempo, está asociado al espiritualismo de los novelistas rusos.

A la luz de esto, ¿qué aporta su libro de original o nuevo?

Comienzo con el ensayo de la gran recepción que tuvo el centenario de su nacimiento, 1943, no en la oscurantista España franquista, apenas mencionado, sino en diversos países hispanoamericanos, Argentina, Cuba, Chile, México?, e impulsado por alguno de los escritores del exilio, en conjunción con los locales. Citaré, tan solo, y a propósito de la riqueza y complejidad de sus personajes, estos versos del exiliado Luis Cernuda, en su Díptico español, con que finalizo mi ensayo: "Rosalía, Eloísa, Fortunata, / Mauricia, Federico Viera, / Martín Muriel, Moreno Isla. / Tantos que habría de revelarte / El escondido drama del vivir cotidiano / La plácida existencia real, y bajo ella, / El humano tormento, la paradoja de estar vivo".

Veo que en su libro sitúa a Galdós no como el mejor novelista español del siglo XIX, a lo que le limita Vargas Llosa, sino como uno de los mejores novelistas mundiales de todos los tiempos. Me han gustado, en especial, sus ensayos-capítulos: 'Sobre Galdós y Rulfo: De Orbajosa a Comala', 'La dimensión mítico-simbólica de Fortunata', y la tan traída al presente, 'Misericordia': 'La tan única y actual, novela de tener en el corazón la miseria del otro', y los impactantes "Representación de la vida privada de la burguesía en las 'Novelas Contemporáneas" o "Frente a 'El ángel del hogar', escapadas desgarradoras y otras liberadoras en el universo femenino galdosiano". ¿Podría resumir algo de esto?

Además de todo lo tratado, espero haber podido desmontar varios de los tópicos generalizados sobre su obra y quehacer, sostenidos hasta por prestigiosos galdosistas. Veamos tres de ellos: En primer lugar, la descalificación de su primera serie de novelas alegando que son tendenciosas, y, por ende, formalmente defectuosas, la serie de Gloria, Doña Perfecta, Marianela y La familia de León Roch. Contra esto, sostengo que dichas novelas situaron a Galdós en un plano universal; abordan acuciantes dramas, culminando en tragedias, vividos en la sociedad española de la época, y universales, aún en la nuestra. No por nada, las tres primeras de esas novelas fueron, en su día, muy celebradas en el exterior, llegando a ser las novelas más traducidas de Galdós. Me extiendo sobre ello. En segundo lugar, en "Representación de la vida privada de la burguesía en las 'Novelas Contemporáneas" salgo al paso a lo del españolismo y el madrileñismo exclusivistas del universo novelesco galdosiano, expresado, en forma tan cerril, por su biógrafo y editor Carlos Sainz de Robles, y cito: "En toda la literatura contemporánea no se encuentra otro espíritu tan absolutamente, tan cerrilmente español como el de Galdós"; "Más madrileño que él nadie, menos que de ninguna parte ninguno", y pasando por alto que era canario. Con base en "Historia de la vida privada. Sociedad burguesa; aspectos concretos de la vida privada", de los franceses Alain Corbin, Roger-Henri Guerrand y Michelle Perrot, sobre en los cambios de la sociedad francesa en la segunda mitad del siglo XIX, lo utilizo, en mi capítulo, cotejando cómo tal vida privada se da, igualmente, como en Francia o Inglaterra, en la de la burguesía urbana española de la misma época, en connivencia con la declinante pero todavía influyente, aristocracia, como se detalla en el amplio lienzo de las novelas contemporáneas, iniciándose con La familia de León Roch.

Otro tópico sobre el que pone el foco es el de considerar que su obra, desde comienzos del siglo XX, está marcada por la senilidad.

Así es. Se pasa por alto que, a quien se considera como miembro de la generación del 68, con el estreno de Electra, devino el autor más comprometido del momento y que esta obra teatral fuera esgrimida, a modo de manifiesto, por quienes se agrupaban como generación del 98. También se ha venido considerando que su entrada y activismo en el partido republicano se debió a una manipulada "claudicación senil", en lugar de verlo como un "rejuvenecimiento", que en 1909 y hasta 1913, le llevará a presidir, junto a Pablo Iglesias, la Conjunción Republicano-Socialista. Bajo la visión del mundo de esta coalición, don Benito Pérez Galdós, como trato, nos ofreció su último gran do pecho creador, comenzando con Casandra y El caballero encantado, en 1909, y culminado en 1919 con su obra teatral Santa Juana de Castilla. Me extiendo sobre esto.

Sí, me ha llamado la atención el capítulo donde resume lo de su libro de 1982, 'Galdós demócrata y republicano (escritos y discursos 1907-1913)', en el cual documentaba el activismo republicano, con su labor al frente de la Conjunción Republicano-Socialista, algo que, entre tantos galdosistas, y los historiadores, suscitaba, sostiene, poco más de una nota al pie de página, en el caso de darse. Me han conmovido unas palabras que cita de Rodrigo Soriano, quien estuvo con Galdós en la Conjunción Republicano-Socialista, ya anciano y en Chile en las que declaraba: "Entonces Recorrimos España con él y Pablo Iglesias. Y de aquellos magníficos viajes, surgió, años después nuestra República, que no vino el 14 de abril, 1931, porque se forjó algunos años antes" ?

Touché. Y de su activismo y compromiso político, te cito estas palabras, ya como poniéndonos en guardia, contra el apoliticismo, tan generalizado en nuestros días: "Es muy cómodo decir, la política, ¡qué asco!, como pretexto para no intervenir en ella. Es como si una inundación invadiese los sótanos de una casa y los inquilinos del piso principal se subieran al tejado diciendo "¡Uf, qué agua tan sucia! Yo no puedo mancharme sacándola". Y entre tanto el agua reblandeciendo el solar y los cimientos? Pues yo no he tenido inconveniente en bajar al barro sin miedo a que me manche. El absentismo político es la muerte de los pueblos".

Y para no aburrir, podemos terminar aquí? No espera, aunque no he llegado al final de su libro, veo que lo terminas con una entrevista 'Galdós en Buñuel'. ¿A qué obedece esto?

Ah sí, una entrevista que me hiciera el director canario, Luis Roca Arencibia, a propósito de una película que realiza: Benito Pérez Buñuel. Partiendo de una frase que Buñuel le dijera a Max Aub, reconociendo que la mayor influencia en su cine es la de Galdós, he escrito, y por años, bastante sobre ello. En este libro, dedico 18 páginas al tema. Te diré, tan solo dos cosas de tal afinidad. La primera es que Buñuel nos dijo que de las tres líneas de su cine, la realista, la del realismo español -que se remonta a Cervantes, a la picaresca, y a Velázquez en la pintura-, y la teológica, ya se habían dado en Galdós y sobre la tercera, la surrealista, afirmó: "Encontré en la obra de Galdós elementos que pueden llamarse incluso surrealistas: el amor loco, visiones delirantes, una realidad muy intensa, con momentos líricos". Basten estas palabras para aniquilar, de una vez, lo del "Galdós garbancero", tan aviesamente repetido, incluso en el presente. Y, como punto final, te añado que el irónico título de su película, El discreto encanto de la burguesía, el cual late en otras de sus últimas y en las mexicanas, tales como Él y El ángel exterminador, se podría extender a varias de las novelas contemporáneas de Galdós de un siglo antes. Y esperemos que, llegado el otoño, con la pandemia de capa caída, el año 2020 de Galdós tenga su merecido clímax celebratorio.

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