Un equipo de especialistas ha accedido por primera vez, a través de la progresión vertical y un drone, en las cuevas colgadas de distintos municipios de La Palma para llevar a cabo prospecciones arqueológicas, encontrando restos vinculados con el ámbito de la vida, de la muerte y el mundo mágico religioso de los benahoaritas.

El pasado aborigen de La Palma permanece intacto en sus cuevas colgadas. Las cavidades de difícil acceso ubicadas en barrancos, acantilados o riscos tuvieron un uso habitacional, funerario o económico por los benahoaritas y probablemente fueron abandonadas hace 500 años, justo tras la Conquista.

Sin embargo, estos yacimientos no habían sido explorados ni estudiados, puesto que hasta hace relativamente poco no se contaba con los materiales y técnicas necesarias para adentrarse en ellos.

Ahora, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias ha financiado una tercera fase de esta investigación penetrando en aquellas cuevas donde todavía se pueden encontrar elementos arqueológicos prácticamente intactos susceptibles de ser estudiados.

El proyecto de prospecciones está dirigido por la arqueóloga Nuria Álvarez y el espeleólogo y escalador Eduardo Díaz.