“Se puede imaginar la satisfacción que produce no tanto por la anécdota, que también, sino porque valoren tu trabajo, en este caso el de un equipo maravilloso que cuenta con muchísimo más talento que medios”, dice el actor grancanario Maykol Hernández sobre la designación de la película peruana Canción sin nombre como candidata del país andino a Mejor Película Extranjera en los Oscar, en la cual trabaja junto a la también grancanaria Ruth Armas. “Canción sin nombre es una película muy humilde lo que hace aún más meritorio su éxito. Es todo un orgullo formar parte de ella y, por lo pronto, la acaben nominando o no, ya nadie nos quita haber sido la elegida por todo un país para optar a la candidatura”, explicaba esta semana el intérprete sobre la ópera prima de Melina León rodada en 2017.
La trama principal se desarrolla a partir del robo de bebés que, de forma sistemática, tuvo lugar a lo largo de la década de los 80 en Perú, “un hecho tristísimo y vergonzoso, pero no es lo único que denuncia y que pone en valor esta película”, prosigue Hernández que en esta producción interpreta a Isa, un joven gay. “Otro de los grandes temas de la peli es precisamente la dificultad, por no decir imposibilidad, de manifestar tu condición sexual si eras homosexual. Era el caso de Isa, un actor cubano, simpático, de carácter positivo y arrollador [“en palabras de la directora, cuando me hablaba de él en las primeras reuniones, Isa existe para aportar algo de luz al gris de la película”, apunta] que es víctima de la sociedad de entonces, que no aceptaba y aún ocurre, por desgracia, en mayor o menor medida por todas partes del mundo, la homosexualidad. No la aceptaba y la condenaba”.
La grancanaria Ruth Armas tampoco podía ocultar este viernes su alegría aunque recordaba que “desde que la película se estrenó en el Festival de Cannes sólo ha recibido buenas críticas y numerosos premios, alrededor de 80 en distintos certámenes”.
Ella estuvo rodando una semana en Perú en 2017 tras hacer “algunas entrevistas y pruebas por vídeo conferencia con Melina [León]. También había otras chicas pero al final fui yo quien se llevó el papel”, dice sobre un rol secundario que, sin embargo, “juega un papel importante en el relato”.
Canción sin nombre es la historia de Georgina Condori, una música andina interpretada por Pamela Mendoza cuya bebé recién nacida desaparece misteriosamente. En medio del caos político de la época, Pedro Campos, un joven periodista limeño al que da vida en la cinta el actor Tommy Párraga toma a su cargo la investigación y emprende junto a ella la desesperada búsqueda.
Rodada en un maravilloso blanco y negro, es precisamente la fotografía -además del guión y la dirección novel- lo que más ha valorado la crítica y también los festivales de cine. Con un tono que recuerda a la Roma de Fernando Cuarón, Inti Briones ha logrado dotar de sentimiento, textura e incluso olor cada escena y, sobre todo, cada escenario fotograma a fotograma.
“Todas mis secuencias fueron rodadas en la ciudad de Lima en un período de dos semanas, aunque yo llegué a la ciudad una semana antes para ensayar y conocer al equipo”, cuenta Maykol.
“La recuerdo como un precioso sueño”, prosigue. “Rodar en el extranjero, no sólo en otro país, sino en otro continente -era, además, la primera vez que rodaba fuera de España- con un equipo que no conoces en absoluto y que trabaja, en algunos aspectos, de forma muy distinta a la que estás acostumbrado; te hace ponerte las pilas, estar más vivo que nunca”, reconoce. “Quieres hacer bien tu trabajo y no fallar a quienes han confiado y apostado en ti para llevarte al otro lado del mundo a convertirte en otra persona. Como dije, Isa es cubano, con lo que tuve que trabajarme el acento a conciencia, el habanero, para más detalles. Además, la realidad en Cuba en la época tampoco era para tirar cohetes, ni mucho menos, e Isa era víctima de ella, por lo que la directora también me pidió que adelgazara para el papel. No se trataba de quedarme en los huesos, pero sí que se pudiera intuir su condición social y vital por su estado físico”.
“La esencia del trabajo era la misma que había vivido hasta la fecha: gente detrás y delante de las cámaras, cada uno dedicado a su tarea. ‘Prevenidos, motor, acción’, eso no cambia”, reconoce Maykol Hernández, “pero sí aprendí mucho de otras formas de hacer y, sobretodo, de resolver. Fue, sin duda, una de las mejores experiencias profesionales de mi vida y hoy, por su puesto, uno de mis mejores recuerdos. Por eso estoy tan contento con el éxito que está cosechando y por esta precandidatura. Ojalá, pronto, la entrevista sea ¡para preguntarme por la nominación!”, se ríe. “Sería muy divertido ir a la ceremonia de los Oscar y pisar la alfombra roja más famosa del mundo”.
“¿Te imaginas?”, concluye ilusionada Ruth Armas.