El guitarrista y compositor gaditano Gerardo Núñez (Jerez de la Frontera, 1961) estará el próximo lunes 7 en el Teatro Cuyás con ‘Orchestral Flamenco’, con la bailaora Carmen Cortés y la Big Band de Canarias, en ‘Jazz Otoño’. Núñez avanza cómo será este “espectacular” encuentro entre el flamenco y el jazz.
Un cuadro flamenco y una Big Band arropan el espectáculo Orchestral Flamenco, una expresión de la fusión en la que ha trabajado media vida.
Estamos muy contentos de poder presentar este proyecto en Las Palmas. Yo no lo llamaría una fusión, sino un encuentro de la música de Gerardo Núñez con el flamenco más racial, el baile de Carmen Cortés, el cante ascentral de David Carpio, que es un cantaor muy puro tradicional. Todo eso con la música de Gerardo Núñez, que ya es un flamenco más universal, más abierto armonicamente, que facilita mucho las cosas. Y después con este prodigio sonoro que es la Big Band dirigida por nuestro amigo Kike Perdomo que ha hecho unos arreglos de lujo, increíbles, y todo eso hace que hallamos conseguido un espectáculo con mucho colorido, con mucha pasión y muchas raíces, una apuesta totalmente exclusiva, y creo que la gente va a disfrutar muchísimo con el espectáculo.
¿Cómo han sido estos meses? ¿Con qué voluntad se asoma a un escenario?
Somos artistas comprometidos, y es verdad que esta crisis ha golpeado muchísimo al sector cultural en general, pero me gustaría resaltar que en los conciertos que llevamos hechos, con gente de muchos sitios, y no ha habido contagios, lo que demuestra que la cultura es segura, y animo a la gente a que vayan al teatro con toda la seguridad y tranquilidad.
Usted entró en el flamenco desde la tradición para ir abriendo horizontes, y experimentar con el jazz.
Somos de Jerez, que es la cuna del flamenco porque no hay sitio con más artistas por metro cuadrado [risas], y hemos aprendido el flamenco de una forma oral, de tradición, de estar con los viejos. El flamenco es una manera de expresar los sentimientos, la alegría, la tristeza las expresamos con el flamenco. Y de ahí que las nuevas generaciones tienen más dificultades para encontrar ese sabor que caracteriza al flamenco más clásico, cómo se traspasaban las emociones de unos a otros. A mi me gustaba mucho la música en general, y desde que tuve ocasión siempre he estado a la búsqueda del arte, porque el arte no tiene propietario, allá donde estuviera un artista estaba yo. Eso me ha hecho compartir muchas experiencias con músicos de jazz, de clásico, hice los discos de Jazzpaña, con Michael Brecker; grabé Calima, con Danilo Pérez y John Patitucci, dos estrellas del jazz; también el Concierto de Aranjuez con la Filarmónica de Milán,..., muchos proyectos porque lo que más me atrae es disfrutar y compartir el arte de los grandes músicos.
Todo ello, sin olvidar las raíces, de donde viene uno.
Por supuesto. Nunca he pretendido en mis proyectos que un jazzista o un clásico toque por soleá o por bulerías. Y cuando hay un tema donde entramos solo tampoco voy a tratar tocar a la manera de ellos porque no tiene sentido, sería un absurdo. El conocimiento de la armonía, de la música, del flamenco y el jazz, que es una experiencia de dos mundos que se encuentran, permite que cada uno hable en su idioma, compartirmos el desarrollo armónico, pero cada uno desde su casa.
“La Big Band es un prodigio sonoro y Kike Perdomo ha hecho unos arreglos de lujo, increíbles”
El flamenco siempre se ha prestado a dejarse contaminar por otras músicas, otras puertas. ¿Le interesa algo de lo que hace hoy en día?
Me parece muy bien que investiguen, que son jóvenes. Lo cierto es que nuestra generación fue una, la anterior otra, y la de ellos les toca vivir, experimentar, tener éxito, pero mientras todas las cosas se hagan con cierto respeto hacia la tradición, hacia los mayores y siempre que no se trate de hacer una deconstrucción de lo clásico de una manera burda o insolente, tienen todo el derecho del mundo a buscar su propio camino.
¿Cómo afronta el nuevo año?
Tengo la suerte de tener mi propia productora discográfica, el estudio de grabación en casa, mis discos se publican en mi sello El Gallo Azul. Es verdad que mi radio de acción, y como los discos también se han publicado con la compañía alemana ACT, mi trabajo ha sido en Alemania, Austria, Suiza y Francia, y todo está muy parado. Seguimos componiendo, y esperando que salga alguna cosa que nos permita volver a vernos.
¿Quedarse quieto no es ninguna opción, en su caso?
Estoy en contra de iniciativas como el streaming, porque el artista no saca beneficio. A veces muchos piensan que es una manera de decir: ¡sigo vivo! Y ten en cuenta la frialdad de los conciertos en streaming. No lo veo.
