La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un paso adelante, dos hacia atrás

El protocolo Covid cambia las reglas de la música en directo en un año de incertidumbre

Status Quo durante su concierto en el GC Arena de 2018 Andrés Cruz

La industria de la música en directo entra con el pie cambiado en 2021. El horizonte que se atisba en Canarias de cara al verano, de acuerdo a los testimonios de los promotores y empresas de producción consultadas por LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas, es de incertidumbre. Con un escenario sanitario que cambia a diario, la organización de cualquier concierto se ha convertido en una acción de riesgo. En este contexto, con restricciones de aforo que permiten trabajar al 30 o 50 por ciento, será un año atípico en las Islas, el que se recuperan buena parte de los conciertos que fueron aplazados en 2020; de renuncia a contratar a figuras nacionales e internacionales más allá de los compromisos cerrados desde el pasado año; y de explorar otros formatos y modelos de negocio con el apoyo institucional, que de momento, por inversión e infraestructuras, es el salvavidas de un sector en números rojos.

Formato Covid

“Lo que se mueve ahora son formatos pequeños y contar con apoyo de los recintos para minimizar el impacto de tener menos público”, explica Juanfra Suárez, de Art Bembé Producciones. “Lo más grande que tenía en 2020 y que tuve que aplazar, que eran India Martínez, Pastora Soler y Sergio Dalma, y ahora lo hago en abril, mayo y junio de este año, y todo ello con la incertidumbre si los podré hacer o no”, señala el promotor. Los formatos de los conciertos se adaptan al protocolo Covid. La pandemia ha obligado a medir cada paso, si bien Suárez tiene en agenda un tributo a Luis Fonsi con Elías Uche, en Telde, Agüimes, Teror e Ingenio, “con voluntad de seguir en gira por otros municipios”. A este proyecto, se suman los conciertos de David de María, el 23 de enero en Telde, en acústico; Zenet, el 30 en el Alfredo Kraus; Manu Tenorio, también en formato mínimo, el 13 de febrero en el Juan Ramón Jiménez; Sole Giménez, el 26 de marzo, en Teror; y Conchita, el 27 de marzo, en Telde.

Contratos de riesgo

“Ahora mismo intentar contratar a artistas de fuera tiene bastante riesgo, no sabes como la va a epidemia”, subraya Juan Salan, de Salan Producciones. En su opinión, hay una serie de costes añadidos entre pruebas PCR, test de antígenos, “que el artista esté habilitado”, con lo que el amago de suspensión planea sobre cualquier programación. En la situación actual “como promotor independiente no se puede trabajar, porque los aforos son muy limitados, los gastos tienen el plus insular añadido, y la única forma de hacerlo es con ayuda de instituciones sensibles al tema Covid y a la cultura, y destacaría dos municipios: Las Palmas de Gran Canaria y Telde”. La realidad, tal como recuerda Salán, es que solo se puede trabajar en espacios con programación estable y protocolo sanitario. “Esto es un paso adelante y dos hacia atrás, y hasta después de verano la situación va a ser muy similar a la que tenemos”, destaca. Entre los eventos programados este año, Salán tiene el 27 febrero, en el Juan Ramón Jiménez, a David Palau con Güru; el 1 de mayo, a Robert Rodrigo con lugar por definir; en mayo al estadounidense Robert Jon & The Wreck, el 21 en Telde, el 22 El Sauzal, y el 23 Lanzarote, con una gira europea que depende del Covid; y el 10 de julio, el espectáculo The Bowie Collective, en el Alfredo Kraus, aplazado el pasado año.

La hora de los canarios

Braulio Pérez, responsable de la productora Amilkilómetros, pone en valor el apoyo que el sector ha encontrado en las instituciones en los últimos meses. “Es de justicia resaltar la labor del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ya que lo que podría haber sido un año fatídico se convirtió en un mal año, y la diferencia es enorme. Estuvo desde el primer momento del lado del sector, apoyando tanto a promotores como a artistas, multiplicando por tres su programación pese a las circunstancias”. En su opinión, y dadas las circunstancias, “es el momento de los artistas canarios”, como ha ocurrido en los ciclos Musicando y Música en el Parque. En su opinión, “volver a los grandes conciertos tardará un tiempo, y espero que en verano tengamos disponibilidad en las taquillas”. De cara al 2021, los esfuerzos de la productora irán hacia Mestisay y Luis Morera, ambos con nuevo disco y previsión de gira por las Islas.

Cancelaciones y cachés

“El pasado año teníamos la idea de que esto iba a durar tres o cuatro meses”, lamenta el empresario y promotor Jose Cabrera, responsable de Gestión de Eventos y Viajes. Ayer reconocía que “teníamos previsto hacer dos grandes conciertos para 2021 en el Gran Canaria Arena, Brian Adams y Sting, para un público de 8.000 personas en la línea que se hizo Scorpions o Elton John, un perfil de este tipo. Y desistimos, incluso los artistas accedieron a rebajar el caché en un 50 por ciento”. Un quiebro que lejos de desistir obliga a trabajar en las condiciones de pandemia, con otros artistas y formato. “La idea es hacer cosas pequeñas en recintos como el Auditorio, con aforo del 55 por ciento que es lo que se nos permite en fase 2 con todos los protocolos sanitarios”, apunta Cabrera. Es el caso de Carlos Goñi, el líder de Revólver, que está el 22 de enero en el Alfredo Kraus con un aforo de 700 personas. A esto se une la gira pendiente de Pablo López, Unikornio, que tras dos aplazamientos tiene fecha el 18 de septiembre en el Gran Canaria Arena, que “si no se pudiera hacer en esa fecha, se cancela”. Además, se está en negociaciones para traer a Rozalén el día antes, el 17, al Gran Canaria Arena.

Plan de contingencia

El temor a posibles cancelaciones por la pandemia ha llevado a algunas empresas, con apoyo institucional, a diseñar planes de contingencia ante cualquier contratiempo. Es es caso de Jeito Producciones para el ciclo de conciertos Sunbeat, que presenta en el Alfredo Kraus a Aurora & The Betrayers (15 enero), Juan Zelada (16 enero) y Julian Maeso Organ Trío (22 enero). “Empezamos el año con un ciclo muy bonito que se gestó con el Ayuntamiento, y si la situación sanitaria se complica lo desplazaríamos de fechas”, afirma Alberto Hernández. La pauta de producción conduce a músicos nacionales y locales. Según razona Sergio Alonso, de Jeito, “todo está parado en Europa y Estados Unidos”. De cara a los próximos meses, pandemia mediante, Jeito tiene en cartera el lanzamiento del nuevo disco del timplista Germán López, con fecha de presentación en mayo; en coproducción con Algato Producciones, un concierto de El Kanka, en abril; y dar continuidad a proyectos como el Festival de Gospel, Jazz Otoño, y el Festival Cero. “A esperar que las restricciones en esa fecha nos permitan contar con el aforo completo”.

Parados desde marzo

Juanfran Senabre es el director de la productora Moonworld y del Gran Canaria Sum Festival, cuya edición del pasado se aplazó al 1 y de 2 de octubre próximo en Infecar, con el mismo cartel: Antonio Orozco, Dani Fernández, Kiko Veneno Anni B. Sweet, Amaral, Dorian, Ara Malikian, La Bien Querida, La La Love You, Shinova y El Faro. “Estamos con todas las ganas, y con toda la precaución del mundo también, de poder trabajar algún día, desde el 7 de marzo del año pasado no hemos tocado bola”, apunta Senabre. “En mayo y junio sabremos donde están los puntos de mira, y tenemos toda la artillería preparada para poderlo hacer, y aún siendo los últimos de la programación estival de festivales nos debemos al señor Covid, la incertidumbre es grande”. Además del Sum Festival, la Isla será una de las plazas nacionales por las que pasará una nueva producción en la que lleva trabajando cuatro años: Medina Azahara con un homenaje a Triana, que recala el 6 de noviembre en el Auditorio Alfredo Kraus.

La vuelta al ‘streaming’

“Con la pandemia hemos diversificado la actividad. Antes solo trabajábamos grupos musicales de la Península y apostábamos por lo local, y ahora nuestro esfuerzo está en los artistas locales”, asegura Ardiel Zaya, de Algato Producciones. El lanzamiento de los discos de Flor de Canela y Lajalada, propuestas como Radio Baifa y Yone Rodríguez, y el Festival Cero, marcan la hoja de ruta en 2021. A esto se une la apertura hacia el humor con Jorge Bolaños y Delia Santana. “Si todo evoluciona de forma negativa se reducirán aforos y volverá el streaming, la cultura no va a parar, los ayuntamientos están programando y la parte institucional está dando sus frutos”, apunta Zaya. El Festival Cero ya tiene fechas, del 15 al 17 de octubre, y un cartel en construcción.

Inflexión en junio

La llegada del verano se postula como un punto de inflexión en el control de la pandemia, vacunas mediante. Un escenario al que se aferra buena parte del sector como la antesala de otra normalidad por descubrir. “Soy optimista, que es ser consciente de la realidad, y confío que de aquí a junio esto de un cambio a mejor”, aventura Miguel Ramírez, de Colorado Producciones, y director del Festival Canarias Jazz & Más. “Algunos grupos que no pudieron venir el pasado lo harán este año, que celebramos el 30º aniversario y me gustaría hacerlo en condiciones. Hay nombres importantes que espero que estén, y hay que ver cómo lo organizamos”, señala. “En julio tal vez estemos fuera de la pandemia, y ya tengo cosas, como Timples@2020 que lo queríamos hacer el pasado año y lo tenemos en junio”. Además, Ramírez ha vuelto al estudio de grabación con la Local Jazz Band y Miriam Fleitas..

El sector está tocado

Un 70 por ciento de los eventos programados en Canarias ha sido cancelados o aplazados, según detalla Jairo Núñez, presidente de la Asociación de la Industria Musical de Canarias (Aimca), y director de la productora Artevalle. “El sector de la música en Canarias está muy tocado, las empresas lo están pasando muy mal, y es un escenario muy complejo porque dependemos de la vacuna, de la pandemia, de la normativa, es muy difícil programar”. La programación de Artevalle para 2021 se ha desplazado a mitad de año, con el primer concierto de Mar Abierto, “la despedida de los escenarios de José Luis Perales en agosto, en el Santiago Martín y en el Gran Canaria Arena”, avanza Núñez, “y a final de año, Bonnie Tyler en los mismos recintos”. Todo con incertidumbre porque “no sabemos si la gente va a responder bien”. En su opinión, “va a cambiar mucho el modelo de negocio, ¿quién va a depender del riesgo de una venta de entradas?”, se pregunta. “Aquí y a partir de ahora, el trabajo de las instituciones va a ser esencial para poder seguir trabajando, pedimos un rescate por la cultura, todo es muy catastrófico”.

Cambio de negocio

Las restricciones de aforo han puesto en cuarentena indefinida a las salas que programan música en directo. Locales como The Paper Club, en la capital grancanaria, se adaptan a la nueva situación con otros modelos de negocio. “El año fue muy extraño y trabajar con grandes aforos era complicadísimo y había que buscar otras fórmulas. Todo fue derivando hacia la restauración para ofrecer un servicio complementario de comida, y de entender la música desde otro punto de vista, sentado”, explica Lorenzo de la Hoz, responsable de la sala. Un cambio de actividad forzada por la pandemia “sin dejar de tener en cuenta la música en directo en la que llevamos trabajando hace ocho años”, puntualiza. El producto local, de kilómetro cero, se impone. Según De la Hoz, “sin ayudas, es imposible traer a un artista de fuera a menos que pongas las entradas a 40 o 50 euros, y así tampoco salen los números, y en el mercado que nos movemos para programar los artistas han cancelado todo”. Con una planificación que no va más allá de los dos meses por razones obvias , advierte Lorenzo de la Hoz que los hábitos del público también comienzan a ser otros. “Nada será igual que antes, y la apuesta en la que estamos es hacer mas cosas en jornada diurna, hacer música en directo en horarios que no son los habituales”. El también organizador de Mojo Music Festival, que no pudo celebrar en diciembre su segunda entrega, va camino de “una edición especial y en acústico en Paper Club” con bandas locales hasta que se pueda recuperar el formato habitual.

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