La tercera sesión del programa contemporáneo del Festival Internacional de Música de Canarias fue muy gratificante. Tres estrenos absolutos de dos compositores isleños y una obra fundamental del siglo XX marcaron niveles de excepción y fueron aplaudidos con entusiasmo.

A mayor abundamiento, las interpretaciones del Ensemble Contemporáneo CSMC, que dirige José María Vicente con instrumentistas de los dos conservatorios superiores de Las Palmas y Tenerife, marcó una mucha altura interpretativa bajo el mando excepcional de un prestigioso especialista, Nacho de Paz, quien el mismo domingo por la mañana ofreció una conferencia sobre música viva muy elogiada por sus oyentes.

El canario Sergio Rodríguez abrió fuego con dos estrenos previamente comentados por él mismo. Supernova resonance es una breve especulación sobre la estrella apocalíptica de los científicos del Universo. Imaginada más allá de la destrucción, en lentos impulsos nocturnales de muy amplia resonancia, seguidos de una lluvia de figuras breves que parecen evocar una caída abismal de fragmentos destruidos, hizo un gran efecto por su clara belleza.

El espectralismo nada tiene que ver con fantasmas sino con el espectro de los sonidos a partir de frecuencias que el oído ya no puede captar

El segundo estreno de este compositor, Discovery, presenta un tejido muy controlado de ideas concomitantes o contrapuestas, perfectamente individualizadas o combinadas en mixturas texturales por la sabiduría de de Paz. El propio compositor, en sus introducciones, se declaró cerca de Penderecki en la primera obra, y de Ligeti en la segunda.

Del también canario Wifredo Angulo se estrenó Friday early morning in Churruca Street, alusión a las horas y la calle de Las Palmas donde tiene lugar una juerga de textura compleja pero desenvuelta, divertida y muy irónica. En su tercera parte se oye un eco diluido del himno oficial de España, una idea muy street que cada cual digiere a su gusto.

Y para cerrar sesión, una obra maestra del espectralismo nacido en los años sesentas del pasado siglo. La obra, Partiels, es una de las seis integradas en los Espacios acústicos del francés Gerard Grisey, gran gurú de un sistema y una estética que siguen vigentes sin necesidad de un tutor que la mantenga viva (Grisey murió muy joven, a los 52 años). El espectralismo nada tiene que ver con fantasmas sino con el espectro de los sonidos a partir de la frecuencias que el oído humano ya no puede captar. Pero sí pueden ser evocadas en mezclas instrumentales que dan hogar a un nuevo lenguaje de la contemporaneidad. En concreto Partiels, o Parciales, ejemplifica uno de los formantes del sistema que, en manos de un creador, es capaz de generar una extraordinaria poesía.

Así ha sido en nuestro Festival, con una conferencia previa de Nacho de Paz que por su riqueza de concepto y expresión, fue tan buena como su dirección del concierto. ¡Bravo!