La poesía y la pintura abstracta se fusionan en la exposición ‘Versos’ de la Galería Manuel Ojeda en la que 15 autores canarios muestran un cuadro y un poema que están interrelacionados. Hay autores consolidados del Archipiélago como Luis Palmero, Juan Gopar o Medeline Lohrun, pero también representantes del formalismo tipo Nicolás Lizardo o Kiro L Morales que sorprenderán positivamente a los visitantes.
Pintura y poesía se fusionan sutilmente en la exposición Versos que se exhibe en la galería Manuel Ojeda hasta el mes de febrero con obras, entre otros, de Luis Palmero, Juan Gopar o Madeleine Lohrum. Este espacio artístico, situado en la calle Buenos Aires, nº 3 de la capital grancanaria, y con un horario de 10.30 a 13.30 horas y de 18.00 a 21,00, acoge la obra de 15 diferentes artistas donde la mayoría, además de pinturas o esculturas, presentan un verso manuscrito en una propuesta donde un cuadro puede verse como un verso y un verso como un cuadro.
Se trata de la cuarta exposición de este tipo que presenta la galería, y que repite cada cuatro años, pero que en este caso acoge a artistas de las Islas pertenecientes a la abstracción, con tres casos de formalismo. «Siempre he pensado que la caligrafía es una forma muy personal de mostrar a alguien y yo siempre veo en un verso esa forma poética de pintar y veo en cada verso un cuadro», señala el propio Ojeda. «Porque cuando escribes dejas tu carnet de identidad».
Nada más entrar a la sala, llama la atención el negro intenso de Verso y galaxia de Helen Acosta. «Ella hace un poema bordado y bordar la galaxia con hilo de seda sobre terciopelo», explica.
Llaman la atención las obras geométricas de Sara Velázquez por su «lenguaje evocador», señala Manuel Ojeda
Otra de las joyas de la muestra, Pollock Re-enacted I y II es de la tinerfeña M. Lohrum que en 2020 ganó el primer premio Trinity Buoy Whatf Drawing Prize, que concede la exposición de dibujo más prestigiosa de Reino Unido, y que aquí participa con dos cuadros de abstracción pura. «Ella imita el impulso creativo de Pollock, pero más femenino, con un dibujo performativo, para sacar la parte no educada del interior aunque de una forma más poética».
Dos obras geométricas de Sara Velázquez llaman la atención del visitan, por su «lenguaje poético que lo plasma de una forma muy evocadora», aclara el galerista. De un modo parecido se puede definir el estilo de Vicky Uslé con un lenguaje minimalista «muy simple, pero muy sensible y libre».
Otra obra que llaman la atención es Mínima moralia de Juan Gopar. «Es muy antigua. Muestra que Gopar pinta como un desahogo y esta obra pertenece a esas series que él había guardado y que ahora están siendo valoradas», asegura. «Esto si lo ves en el suelo lo pisas, pero fuera de su contexto adquiere un aspecto muy evocador porque saca de la miseria un color, una forma de ver y una luz especial». Lia Teca también participa con cuatro cuadros con un aire más básico de lo normal y un poema dedicado a su padre.
El tinerfeño Luis Palmero incluye varios experimentos en cerámicas. «Hizo un relieve que se lo llevó a un ceramista de Tenerife para que repitiera su idea», señala. Luego se mete en un horno a mil grados y se van formando con este resultado. De su poema destacan los versos pinto de noche porque es cuando hay más luz.
Juan Gopar aporta una obra de «desahogo que ahora está siendo muy valorada por la crítica», asegura el galerista
De tipo más formalista es Kiro L Morales, de Las Palmas, un artista conceptual, con un estilo brillante y que conjuga la escultura Amaia hablada, de proporciones clásicas, con los dibujos Amaia escrita I y II. Otras de las joyas son las esculturas en miniaturas de Nicolás Lizardo, piezas de tres metros que «representan la realidad social de las Barcelona de los últimos años». También resulta curioso el experimento sobre papel de Jorge Domínguez de Ribera titulado Belleza de fuego donde realiza un experimento sobre Óscar Domínguez en una especie de cartel suyo al que añade varios personajes con las cosas que él utilizaba en «un collage en el que parecen trozos de fotografías, sobre la muerte, la creación, etc.», aclara,
Muy apacible son, sin embargo, los cuadros de la asturiana Greta Chicheri sobre paisajes de Fuerteventura, donde ofrece «otra visión de las cosas». Y en un tono más crítico y subversivo son los dibujos de Pipo Hernández y su apariencia de boceto clásico. Un repaso, además, de algunas de las actuales tendencias artísticas en las Islas.
