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Exposiciones

El mar como gesto de libertad

Manolo González expone, en la Galería Saro León, una muestra escultórica con doce piezas de bronce realizadas en 2021 que evocan el movimiento ondulante del mar

Una de las doce esculturas de ‘Al Mar, variaciones y divertimentos’.

El mar vuelve a ser el elemento inspirador de la nueva obra del escultor grancanario Manolo González a través de un conjunto de doce piezas que llevan juntas el título de Al Mar, variaciones y divertimentos y que se expone en la galería Saro León, situada en la calle Villavicencio nº 16, de Las Palmas de Gran Canaria, desde el pasado 2 de diciembre, y que se puede visitar hasta el próximo 2 de enero.

La última propuesta que presenta el artista grancanario en su galería de referencia es una producción de 2021 que trae resonancias de su primera exposición en esta misma sala, que fue en el año 1998, con la que se inauguró la fructífera relación profesional que mantiene con dicho espacio. En esta ocasión, Manolo González también aborda el mar como elemento inspirador. Por un lado, en aquella primer exposición, de hace 23 años, titulada Abisal, el escultor grancanario presentaba obras de bronce que eran evocaciones de seres marinos que habitaron el espacio expositivo. Y en la presente, Al Mar, variaciones y divertimentos, González crea doce piezas de formato mediano, también en bronce, que evocan el movimiento ondulante del mar, a través de ecos de olas y aire marino que se desenvuelven por la sala.

Imagen de una parte de la sala de la Galería Saro León con cinco piezas. | | LP/DLP

«Los mares de altura, suaves olas de orilla en marea baja, bufaderos y alguna borrasca, conforman el imaginario que subyace en las obras expuestas», señala el artista. A pesar del aparente cambio de registro del autor que pudiera deducirse en esta producción, la muestra conecta directamente con su anterior propuesta presentada de 2018 El Nacimiento de Venus, y con su emblemática obra Exordio el Tritón de 2011 que da la bienvenida a Las Palmas de Gran Canaria por su entrada sur.

Tanto Venus como Tritón emergen del mar. Ahora es el mar el protagonista. Si bien la figuración humana es a lo que nos tiene acostumbrados Manolo González, destacando su obra realizada en malla de acero inoxidable, en la actual muestra se trata de figuración de orden paisajista que nos invita a adentrarnos en nuestro paisaje, nuestro medio de aires frescos y salinos. De un modo u otro, el aire, la libertad, están siempre detrás de su obra.

«La obra final es una evocación del ecosistema en el que vivimos nosotros los canarios», asegura el artista. «Pero también se puede conectar con estos tiempos tan inciertos que vivimos de tanta zozobra y tanta inquietud con una obra en la que sólo trabajo con el contacto con el aire y con un gesto de libertad y ansias de apertura al mundo», añade a continuación.

Otra de las esculturas en bronce de la exposición. | | LP/DLP

Para los isleños el mar es tanto nuestra frontera como nuestra vida y las esculturas de González representan no solo una manifestación figurativa de una ola, sino también la huella del mar en la piel y el aire salino que te impacta en la cara. «Es esa sensación de aire y fresco que producen el pasear por Las Canteras o en los Saltos de Agua de Tinoca, una sensación de libertad de frescura y, al final, de querencia a la tierra de uno. Yo, desde mi casa en la cumbre, también veo el mar, y el azul me rodea por todos lados», asegura. El escultor reconoce que «otras veces el paisaje interior de la cumbre se ha manifestado en ciertos momentos de las obras de forma abrupta, pero ahora hay una especie de comunión con el mar con mares bravísimos y amables».

Y las obras van recorriendo todas esas experiencias de su vida. «Yo hasta los 25 años era regatista de alta competición y el mar lo conozco muy bien porque he estado navegando desde aquí hasta Madeira varias veces», afirma. «Por eso conozco muy bien lo que son las noches en el mar y tener ese horizonte que parece un límite o una frontera que no lo es».

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