Preservativos, religión y basura, en dos exposiciones en La Regenta. El Centro de Arte La Regenta acoge dos exposiciones donde bajo los títulos 'La tierra prometida y Mierda de artistas, de José Luis Luzardo la primera y Raquel Ponce y Gregorio Viera, la segunda, novedosas por sus temáticas y formas de exponer. Preservativos, crítica social y basura, desechos de artistas sobre todo, son los elementos visuales que el visitante a este muestra podrán disfrutar, en una interpretación del mundo de los últimos 30 años.
José Luis Luzardo, que muestra la evolución de tres décadas de trabajo, "donde lo mejor es que cada obra se ve como se va actualizando, por ejemplo, la plaga del sida ahora es la del Covid, en el sexo las diferencias de género ya las plasmaba yo en los años 90, con una figura que contenía los órganos de hombres y mujeres o la preocupación por el deterioro del planeta".
En el caso concreto de los años de mayor incidencia del VIH, "bajo la influencia del artista Juan Hidalgo, Luzardo establece una relectura del falo, a través de un erotismo que rechaza la misoginia y apoya las identidades disidentes. El rechazo a la creciente soledad del individuo en el sistema capitalista en Calaveras del montón o al mercado del arte en obras como Trileros, son otros temas recurrentes a lo largo de su trabajo.
Protopiezas y paisaje
El comisario de la obra, Antonio P. Martín explica que "la historia del arte, donde la muerte, la religión, el sexo, expuesto con este culto a los juguetes sexuales -llámense dildos- y la tierra, con todas sus alegoría humanas, pueden considerarse con alguna razón, los ejes que cohesionan gran parte de la obra de Luzardo y que configuran el sentido de esta exposición".
Raquel Ponce y Gregorio Viera, en la sala anexa, montaron ayer por la tarde, en el acto de inauguración, su muestra, que tenían tirada en el suelo y, con la colaboración de los visitantes, fueron colocando y mostrando los trabajos desechados, que realizaron otros artistas y entre los que encontramos pinturas, dibujos, esculturas , apuntes y desechos digitales como vídeos o archivos sonoros.
Los artistas declaran que su trabajo no trata "ni de sobras o despojos de piezas artísticas, sino de aquello que, en algún momento fue susceptible de haberse convertido en obra artística, protopiezas que, en última instancia terminaron siendo desestimadas".
