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Escritora

Ana Ojellón: «Escribir a modo de diario me permitió avanzar sin que se notasen los saltos en el tiempo»

Ana Ojellón. LP / DLP

¿En qué ámbitos geográficos se desarrollan sus dos novelas La bella indiana y La agenda?

La bella indiana es un relato que se desarrolla en Sudamérica, en un país de naturaleza exuberante, clima tropical y fauna salvaje. Los protagonistas, dos jóvenes ingenieros españoles, destinados a trabajar en una de las muchas obras promovidas por el Estado, se enfrentarán a situaciones insólitas que modificarán su percepción sobre la vida, el amor y la amistad. La agenda, en cambio, se desarrolla en Europa, en el ámbito de un archipiélago. Las protagonistas son dos profesoras jubiladas que emprenden la investigación de un archivo familiar.

¿Cómo definiría el género de cada una de ellas?

Son dos relatos, dos cuentos, cada cual con una estructura diferente debido a su propio argumento. Es narrativa en tanto en cuanto se relatan acontecimientos que le ocurren a los personajes. Actualmente el término narrativa se utiliza de una manera común, incluso en las tertulias radiofónicas, para describir aspectos de la vida política.

¿Se ha inspirado en algún hecho real a la hora de escribirlas?

Creo que las experiencias vividas van llegando al escritor a través de imágenes estimulantes que tienen su origen en los recuerdos, pero ese material es sometido a un tratamiento literario que lo aleja de la realidad y lo convierte en ficción.

¿Ha tenido que ver su condición de isleña a la hora de desarrollar esta trama?

El escritor siempre se sentirá más cómodo escribiendo desde lo conocido. Las descripciones tendrán más coherencia y realismo. En mi caso, he tenido la suerte de conocer Sudamérica por motivos profesionales, por lo que el relato de La bella indiana es un reflejo ficcionado de esa experiencia. En el caso de La agenda, dada la característica de su trama, su desarrollo no está condicionado por el espacio físico, porque los personajes investigan un bloque de documentos que no exigen una patria concreta.

¿Por qué ha titulado la novela La bella indiana si el grueso del libro lo ocupa La agenda?

Por una cuestión de orden cronológico a la hora de proceder a su creación.

La agenda está formada por capítulos cortos que facilitan la lectura, ¿por qué ha utilizado este recurso literario?

La obra de La agenda tiene una estructura lineal y la acción transcurre a lo largo de cuatro años. Debido a la diversidad de temas que se tocan, consideré que encajaban mejor si los narraba en pequeños capítulos, a la manera de un diario. Me permitía avanzar sin que se notasen los saltos del tiempo existencial.

Es su primera novela, ¿qué le ha impulsado a escribir en este momento?

En realidad, he escrito desde niña. Me gustaban las redacciones que nos mandaban a hacer después de las vacaciones. Pero el hecho que marcó ese gusto por la literatura fue la participación en el concurso para estudiantes convocado por Coca Cola. Creo que quedé en segundo lugar y uno de los regalos con que me premiaron fue un ejemplar de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez que aún conservo a pesar de las mudanzas. Sin embargo, las responsabilidades académicas, las personales o el trabajo no me impidieron escribir. Hoy las circunstancias han cambiado y consideré que era un buen momento para escribir y publicar.

Usted, como Licenciada en Filosofía y Letras, tendrá un amplio bagaje literario, ¿existen autores que le hayan influido en cuanto a técnica o estilo?

La lectura es fundamental. Al cabo de los años, te das cuenta de que cada libro, cada autor, te ha enseñado algo y se configura tu mirada plural sobre el mundo.

¿Cómo fue la idea de publicarlas juntas teniendo tramas diferentes?

La publicación es una cuestión circunstancial. No obstante, estos relatos guardan cierto paralelismo ya que en La bella indiana los protagonistas son hombres jóvenes que tratan de labrarse su futuro. En cambio, en La agenda son mujeres recién jubiladas que tratan de potenciar su curiosidad intelectual, mediante la investigación en diversos archivos, siguiendo una línea de conocimiento histórico.

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