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Música

M-Clan y Los Coquillos despiden la edición más esperada del FiestoRon

Las bandas Ron Voodoo y Última Llave abrieron la ayer jornada más local del festival | La quinta edición convocó a más de 30.000 personas en tres días

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Concierto de Los Coquillos en el Fiestoron 2022

Aunque la dulce niña Carolina ya tiene edad de sobra para hacer el amor y lo que quiera, el tiempo no pasa por las canciones de M-Clan. Así lo puso de manifiesto la banda liderada por Carlos Tarque ante un público que acudió anoche a su llamada a la tierra en la tercera y última jornada del FiestoRon 2022.

El grupo Ron Voodoo, una de las bandas de rock en activo con mayor proyección de Canarias, y Última Llave, formación pop isleña asidua del festival aruquense, pusieron el acento local de la tarde y del conjunto del FiestoRon en la edición más duradera de este evento. Y sobre todo, la más multitudinaria, con un balance de más de 30.000 asistentes en los tres días de festival, que obedece no solo a la demora de dos años a causa de la pandemia, sino, sobre todo, al reclamo que sigue ejerciendo esta propuesta entre sus fieles, que destacan, sobre todo, la organización impecable de la cita -salvo esas caravanas eternas-, el ambiente saludable y la gran fiesta que alberga el casco de Arucas durante su celebración.

Tercer y último día del Fiestoron 2022JC Guerra

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La de ayer fue la jornada más sosegada de las tres, en el contexto de la primera edición que añade un tercer día a su programación, pero el relevo de M-Clan tras las dos formaciones canarias hacia las 21.00 horas cumplió lo que prometía con su concatenación de hits de finales de los 90 y comienzos de los 2000, desde Maggie despierta a Quédate a dormir. Y al filo de la medianoche, Los Coquillos, la banda que marcó un antes y después en la historia de la música en Canarias, jugaron en casa para poner el broche perfecto a esta esperadísima entrega del FiestoRon, sólo empañada por la caída de un hombre durante uno de los conciertos. De resto, estuvo a la altura de las expectativas del cruce de generaciones que, unidas por la música, sigue convocando cada año, y cuya alegría y buen rollo atravesó todo el fin de semana de viernes al domingo y se prolongó -el colofón es inevitable-, más o menos, hasta el amanecer.

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