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Artes Escénicas
Laura Ortega Ayudante de dirección y fotógrafa

Laura Ortega. "Busco dignificar el oficio de ayudante de dirección"

LAURA ORTEGA La Provincia

La directora de escena y fotógrafa logroñesa Laura Ortega, quien ha trabajado durante una década como ayudante de dirección de grandes nombres de la escena española como Eduardo Vasco, Andrés Lima, Mario Gas, impartirá un taller sobre los entresijos de su oficio del 5 al 9 de septiembre, de 16.00 a 20.00 horas, en el marco de la iniciativa de experimentación escénica ‘Laboratorio Galdós Internacional’.

El próximo septiembre viene a Gran Canaria a dar un taller de formación sobre ayudantía de dirección. ¿Qué claves abordará durante las sesiones?  

Mi proyecto es muy ambicioso porque lo que pretendo con este taller es lograr dignificar el lugar que le corresponde a un ayudante de dirección dentro del mundo de la creación artística; en el teatro, como en el cine, existen muchos ayudantes en varios de los ámbitos donde se trabaja y siempre se trata de un trabajo en equipo, por tanto, es importante que que cada creativo ocupe su lugar, ser ayudante de dirección es un oficio que ayuda mucho a otros engranajes del proceso, dando su punto de vista y complementando el del director, por ejemplo, de forma que somos unos artistas que colaboramos para que la pieza escénica encaje como debe.

Usted ya tiene experiencia tanto como directora que como ayudante de dirección. ¿Los matices serán fáciles de explicar?

Espero ser capaz de hacerlo, después de más de 16 años de experiencia en este mundo, y de haber trabajado con muchos directores y el resto de compañeros que componen la puesta en escena de una obra de teatro como la que van a ser los compañeros de Patriotas, vas descubriendo muchas formas de trabajar; cada uno tiene sus peculiaridades y se trata de complementar lo que ellos necesitan y, a lo mejor, en ese momento no saben descubrir. Es la primera vez que voy a compartir con otros artistas este tipo de experiencias porque, aunque tengo experiencia docente, nunca me he encontrado con un taller de estas características y estoy segura que las personas que ya se están inscribiendo en él, me van a sorprender mucho. 

Para todo el mundo pero, especialmente, para el mundo de la cultura y el arte, el parón que significó la aparición del covid 19, del confinamiento y de la posterior nueva normalidad, ha cambiado muchas apreciaciones. ¿A usted también le ha pasado?

un parón de tal tamaño y tan sorprendente está claro que nos dejó a todos muy descolocados. Sobre todo en un mundo como el del teatro, concretamente, donde necesitamos al otro, donde compartimos el tiempo con los otros, que dependemos del contacto con el otro. Esta pandemia fue una forma de quedarnos totalmente huérfanos de vida profesional y eso no es fácil de superar. Pero como todo lo malo, este tiempo de parón también pudo servir para abrir un paréntesis de reflexión, de poner la mirada en el termómetro de la vida y eso tiene aspectos positivos. Está claro que si pensamos en el industria, es otro cantar porque para ellos si que se presente un momento muy difícil. Yo estoy de acuerdo con Remedios Zafra, una especialista en el estudio crítico de la cultura contemporánea, que dice que entre más precariedad el arte demuestra estar cada día más vivo. No sé si es verdad que hemos salido mejores de esta terrible situación porque cada persona tiene su opinión, cada persona piensa, emociona, está viva, somos material de ficción y por tanto un ser que consume cultura. Es la mejor forma que tengo de verlo.

«Será mi primera vez en Gran Canaria y también mi primera vez en un taller de este tipo, lo disfrutaré»

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A lo largo de su trayectoria en un sector tradicionalmente masculinizado, ¿ha sufrido algún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer?

Estamos en la conciencia, por supuesto que no hay nada superado y que seguimos siendo señaladas por ser mujeres. Yo puedo poner muchos ejemplos de preguntar algo con respecto a lo que estamos trabajando en un escenario y la persona que tiene que responder lo hace mirando al director, en este caso un hombre, e ignorándome a mí. Tenemos que seguir buscando lugares de igualdad y de respeto, porque se habla mucho de que hemos dado pasos adelante que es verdad, cada vez se nota menos esta desigualdad pero hay que reconocer que las diferencias se mantienen, siempre en ventaja para ellos.

El taller que dirigirá los próximos 15, 16 y 17 de septiembre en el Teatro Pérez Galdós llevará el sello que definió al principio de esta entrevista en cuanto a poner a su oficio en el lugar que le corresponde. ¿Considera que queda mucho para avanzar en ese sentido?

Por supuesto que sí, me gusta mucho tener la oportunidad de dignificar esta profesión porque hay muchas personas que creen que ser ayudante de dirección es el paso previo a llegar a la meta de convertirte en director y yo no creo que necesariamente, tenga que ser así. Yo me siento muy afortunada por poder trabajar en este oficio; es verdad que hay momentos de enorme esfuerzo, porque hay que estar muy pendiente a demasiadas cosas y siempre tienes que tener como meta formarte mejor, ser un mejor artista, convertirte en una esponja que se empape de todo lo que te rodea. Pero la satisfacción es enorme y eso es lo que quiero transmitir a los artistas que van a participar en este taller. Espero que lo puedan disfrutar igual que yo y salgan un poco más formados de lo que están.

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