La cantante kurda Aynur Dogan ofrece el domingo 18 de septiembre, a las 12.00 horas, un concierto en el Parque Doramas, en el marco del programa Música en el Parque que impulsa con carácter gratuito la Sociedad de Promoción del ayuntamiento de la ciudad.

Aynur representa con su propuesta la herencia cultural y las raíces musicales que la artista ha sabido conjugar con la sensibilidad contemporánea de la música occidental moderna. La cantante y compositora kurda, cuyo rostro ha aparecido en la portada de numerosas e importantes revistas de música del mundo como Songlines Magazine, Folk Roots, The London Times y Sons, recibió en 2017 el premio Master of Mediterranean Music Award del Berklee College of Music MMI en la categoría de Mujeres Mediterráneas en Acción por su contribución a la preservación de las tradiciones orales folclóricas kurdas, así como el Premio al Artista WOMEX 2021 que se entregó en la edición celebrada en Oporto.

El éxito de Aynur le ha permitido colaborar en asociación con un amplio abanico de aclamados artistas, entre los que se encuentran el violonchelista de fama mundial Yo-Yo Ma y el Silk Road Ensemble, el maestro Riccardo Muti, Kayhan Kalhor, Javier Limón, Kinan Azmeh, el Nederland Blazers Ensemble y la NDR Big Band, entre otros. Dogan, que aparece en una de las escenas más destacadas del documental de Fatih Akın ‘Crossing the Bridge/The Sound of Istanbul' y forma parte del documental de Morgan Neville ‘The Music of Strangers’ sobre Yo-Yo Ma y el Silk Road Ensemble.

Reprimida por Turquía

Durante los últimos años la cantante ha debido soportar una notable presión política al erigirse como una líder de los que pretender silenciar la voz del pueblo kurdo en Turquía, lo que la ha convertido en todo un ejemplo para otras mujeres artistas que buscan posicionar su producto en la escena musical mediterránea. El pueblo kurdo representa la mayor población mundial sin patria reconocida. Condenados a sufrir el exilio continuo, la cárcel, la censura, la represión o incluso el genocidio en los países que habitan (desde Turquía a Irán, pasando por Siria, Armenia e Irak principalmente), los desposeídos se han aferrado a su tradición oral para sobrevivir.

Con su último disco de 2021, Solace Of Time, en el que mezcla sonidos y melodías antiguas que se funden sin esfuerzo con toques modernos aportados por el piano, los violines y la percusión, Aynur Dogan se situó en lo más alto de las listas de Transglobal World Music. La música de Aynur insiste en recuperar la riqueza de la tradición oral kurda y aleví cuya historia tiene unos 300 años. Nacida en la provincia de Dersim (Tunceli), en el sureste de Turquía, se fue de casa en 1992 a Estambul cuando contaba con 17 años, donde pudo establecer contacto con el mundo de la música, asistir a clases de música y aprender a tocar varios instrumentos. La prohibición de la música y la lengua kurdas en Turquía no hicieron sino despertar en ella el deseo de recuperar sus raíces. Encontró en el baglama - laúd turco- un fiel compañero para revisar la música tradicional que había crecido escuchando. Aquellas canciones narraban historias de amor truncadas por la guerra o las migraciones, mujeres que eran casadas en contra de su voluntad, familias deshechas...

Sus primeros álbumes con canciones kurdas, supusieron un tabú importante en ese momento, por lo que tuvo que enfrentarse a restricciones y prohibiciones por parte del gobierno turco. Un tribunal prohibió su álbum Keçe Kurdan, alegando que sus letras inspiraban el separatismo y uno de sus conciertos durante el Festival de Jazz de Estambul en 2010 fue interrumpido por miembros de la audiencia que la abuchearon por cantar en kurdo, lo que provocó la cantante que abandonara el concierto. Afortunadamente, las restricciones se han ido levantando gradualmente a lo largo de los años, y su música melancólica y su rica voz se han hecho populares entre una amplia audiencia turca. 

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"Sé que es difícil hacer que se reconozca en el mundo occidental una música tradicional que no es familiar para las grandes audiencias”, explica Aynur, “y aún más cuando lo haces con un idioma que no es ampliamente reconocido. Pero la adhesión y el apoyo del público mundial me recuerda que no estoy sola y que tengo razón en promover la música en mi lengua materna", añade. "Mi experiencia previa me mostró que tu determinación y tu autoconciencia te ayudan a romper las fronteras nacionales y hacer que tu música sea aceptada globalmente".

Dogan, que actúa con más frecuencia en Europa que en Turquía, ha sido acusada de alentar a las mujeres a ser independientes y autónomas. Sus discos están llenos de historias de amor, pero de amores oscuros marcados por la tristeza. "En mis historias los amantes nunca llegan a consumar su amor, por eso destilan tristeza y añoranza. Represento a la cultura kurda. Es una sociedad que ha tenido difícil vivir sus amores", sostiene la cantante, que recuerda que cuando era pequeña "las ancianas estaban siempre cantando. Nos han dejado un valioso legado. Las canciones que yo he recuperado son historias reales que se han vivido. Hablan de experiencias personales, leyendas y hazañas del pueblo kurdo".