Liudmila Ulítskaya ha curtido su libertad desde y en la literatura. Hace siete meses su hijo se presentó en la casa que compartía con su marido y les pidió que hicieran las maletas tras el estallido de la guerra ucraniana. Vive en Berlín exiliada, recibe el Premio Formentor de las Letras 2022 en Gran Canaria y, sin geografía ni frontera, se alza como una ciudadana que toma la palabra como último recodo de la paz. Por eso, al final de su discurso, preguntó a la audiencia que la aplaudía en el Hotel Santa Catalina: «¿Por qué volvemos a temer algo? ¿Por qué subsiste el miedo? La incógnita no es tan compleja, pero merece ser analizada».

El acto de entrega del Prix Formentor, cuya tradición se recuperó en 2011 y ha distinguido a literatos de la talla de Annie Ernaux, Carlos Fuentes, Javier Marías, Jorge Luis Borges o Saul Bellow, atrajo a los amantes de la cultura y a los que han visto en la obra de Ulítskaya el retrato de un país que ha crecido en las incongruencias de un siglo llamado a la luz. Atada al devenir de Mentiras de mujeres, Los alegres funerales de Alik o La carpa verde, ha indagado en los claroscuros de la humanidad a la vez que su vida y obra se fortalecía gracias a la literatura. 

Sustrato que defendió ayer con pasión. «Generalizar siempre es muy cómodo y aún más aproximado. Para los jóvenes rusos en los tiempos de mi juventud, al menos en el estrato al que pertenecí, la lectura constituía un valor básico. Y, además, peligrosa, porque estas lecturas eran sancionadas con expulsiones de la universidad o del trabajo y hasta con prisión, bajo el cargo de conservar, divulgar y especialmente reproducir libros prohibidos», enfatizó. En una época marcada por el oscurantismo, el encierro en la cárcel de su abuelo por haber pertenecido al Comité Antifascista Hebreo la marcó profundamente.

Mientras, los tomos que compartía rápidamente y ocultaba por ser clasificados como «peligrosos» marcaron su futuro, tanto como los genes que la componen, la familia que la crió o las amistades que eligió. Escuchó a los letrados locales como Tsvietáieva, Gumiliov, Ajmátova o Mandelstam, y se entremezcló con las amenazas ficticias de Orwell, Avtorjánov o Robert Conquest. Esta disputa entre el bien y el mal tenía un enemigo común: el despertar literato.

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Gala concesión Premio Formentor

En realidad, no fue hasta 1990 cuando se aprobó en Rusia una ley que prohibía la censura, recordó la intelectual. No hace tanto y, al mismo tiempo, parece haber pasado eones. «Leíamos día y noche, leíamos año tras año, y crecíamos leyendo». Por ello, la autora, atónita, vio que el arriesgado compromiso que suponían el revoloteo de las páginas, de repente, se convertía en vagones de metro llenos de tablets y móviles encendidos. «Es cierto que hoy en día no se detiene a nadie por un libro. A nadie le interesa ya la hazaña de leer. La lectura misma, después de constituir un elemento esencial de la vida, parece haberse transmutado en un placer opcional».  

Por ello, insiste, la resistencia está en cultivar el ser, tal y como mencionó ayer, «escribir cada día es algo que salva el alma», tanto como la lectura que la acunó.

Sátiros, pícaros y mangantes

Las Conversaciones Literarias continúan este fin de semana con un plantel exquisito. En el marco de Sátiros, pícaros y mangantes. Grandes embusteros de la literatura, mañana, a las 10.00 horas, afrontarán el diálogo Sobre Liudmila Ulítskaya los profesoers y escritores Elide Pittarello, Gustavo Guerrero, Marta Rebón, Enric Bou y Antoine Gallimard. Después, a las 12.00 horas, Pícaros tomará el relevo con los autores Manuel Vilas, Lucía Lijtmaer, Jesús Carrasco, Elsa López y Fernando Delgado. Alrededor de los Sátiros, a las 17.00 horas, debatirán Javier Montes, Bárbara Blasco, Jordi Amat, Raquel Taranilla y Gonzalo García Pelayo. La siguiente, a las 18.30 horas, será para Mangantes, con Ana Merino, Miguel Albero, Meryem El Mehdati, Vicente Molina Foix y Xavier Güell.  

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Por último, el domingo, a las 10.00 horas, comenzará la jornada con Embusteros, en el que hablarán Lola Pons, Alexis Ravelo, Juan Tallón, Jorge Carrión y Diamela Eltit. Y, como colofón, los Bribones se presentarán a las 12.00 horas con Basilio Baltasar, Laura Fernández, José Enrique Ruiz-Domènec, Féliz de Azúa y la propia Liudmila Ulítskaya.