Arte

El pintor grancanario Juan de Miranda, un "invisible" del Barroco

Con motivo del tricentenario de su nacimiento, una exposición de Juan de Miranda se exhibe en Madrid, Tenerife y Gran Canaria junto a diversas actividades sobre su obra

'Expulsión de los mercaderes’

'Expulsión de los mercaderes’ / LP / DLP

El pintor Juan de Miranda (Las Palmas de Gran Canaria, 1723-Santa Cruz de Tenerife, 1805) comenzó su trayectoria en el Barroco y acabó como pintor de la corte de Carlos III en pleno Neoclasicismo. A pesar de la innegable calidad de su obra, su figura ha ido palideciendo con el paso del tiempo. Ahora, con motivo del tricentenario de su nacimiento, diversas actividades buscan reivindicar su figura y logros artísticos. 

«A los invisibles hay que darlos a conocer y Juan de Miranda es un artista invisible en la Península». Son las palabras de la conservadora del Museo Lázaro Galdiano en Madrid, Carmen Epinosa, durante la presentación ayer, en la Casa de Colón, del programa de actividades que se van a realizar en 2023 y 2024 con motivo del tricentenario del pintor grancanario. «Se trata de dar visibilidad a las pinturas del XVII y XVIII, porque no todo es Goya, Velázquez o Murillo, sino que hay infinidad de artistas interesantes como Juan de Miranda y aquí reivindico a su discípulo Luis de la La Cruz y Ríos», añadió . 

Espinosa hizo estas declaraciones en un acto al que también asistieron el viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural, Juan Márquez; la consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina; la concejala de Cultura y de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Gladis de León y la catedrática de Historia de Arte y comisaria de la exposición Margarita Rodríguez. Este tricentenario incluye una exposición retrospectiva bajo el título Juan de Miranda lo pintó. La travesía de un artista canario entre el Barroco y la Ilustración que se inaugurará en septiembre en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, y posteriormente, entre enero y junio de 2024, se exhibirá en diversos espacios como el Instituto Canarias Cabrera Pinto en La Laguna, el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife y la Casa de Colón. El Museo de Bellas Artes de Tenerife aporta dos cuadros: La expulsión de los mercaderes del templo y La entrada de Cristo en Jerusalén

Para la conservación y restauración de sus obras, las instituciones canarias aportan más de 100.000 euros. También hay previsto otras iniciativas que pretenden acercar la figura del artista a las nuevas generaciones y que van desde las propuestas didácticas para escolares hasta las conferencias para especialistas, pasando por conciertos de la formación El Afecto Ilustrado o la creación de joyas inspiradas en sus cuadros.

Margarita Rodríguez señaló que Juan de Miranda era un pintor «producto de su tiempo, es decir, inmerso en una sociedad confesional», por lo que la temática de la mayor parte de sus cuadros estuvo determinada por los encargos religiosos que le reclamaban tanto la Iglesia como la clientela privada, gracias a los que se granjeó un importante prestigio». Igual fortuna tuvo en el campo del retrato, en el que, aunque con un catálogo menos abundante, se puede observar la calidad de su pincel. El título de la exposición hace referencia a su trayectoria vital y artística, marcada en el orden personal por un continuo ir y venir de sus viajes por la islas Canarias, el norte de África, Levante y Andalucía. «Su periplo vital hace que pase una pintura conservadora a una moderna» que se consolidará cuando viaje por la Península. Y destacó que los valores plásticos de Juan de Miranda van más allá de esa sociedad confesional en la que vivió, siendo importantes «los segundos y terceros planos y el punto de fuga». 

La exposición recorrerá un ámbito espacial, con un índice de todos sus eslabones pictóricos y unas salas divididas en el mudo del retrato, la vida pública de Jesús fuera del religioso «con una parte sobre su infancia con tratamiento de calidad», dijo, cuadros pasionales, y otra sala dedicada a la Inmaculada Concepción con sus distintas propuestas. «Juan de Miranda formó parte de la época de Carlos III, en la que los pintores ilustrados nos transmitirán una imagen distinta en la que prima la mentalidad racional y no ese verismo de la pintura anterior». Por lo tanto «representar las imágenes religiosas con distancia es muy propio del siglo XVIII».

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