Teatro

El Dios más gamberro e irreverente llega al Cuyás con 'Paraíso Perdido'

El poema épico de John Milton aterriza este fin de semana a la capital grancanaria con texto de Helena Tornero y dirección de Andrés Lima

'Paraíso Perdido', obra de teatro inspirada por el poema de John Milton, sobre el escenario.

'Paraíso Perdido', obra de teatro inspirada por el poema de John Milton, sobre el escenario. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

Satanás representado por una mujer y un Dios gamberro, irreverente y «un poco cabroncete»: esta es la combinación que se podrá ver sobre el escenario del teatro Cuyás este viernes y sábado a partir de las 19.30 horas en la adaptación de Paraíso perdido de John Milton. Este poema épico, de más de 10.000 versos, fue publicado por primera vez en 1667 por el poeta y ensayista inglés. Ahora, llega a Las Palmas de Gran Canaria bajo la dirección de Andrés Lima y con un texto de Helena Tornero en un espectáculo lúdico en el que se mezclan el canto, un verso muy libre y la reflexión. Sobre las tablas estarán Cristina Plazas, Lucía Juárez, Rubén de Eguia, Elena Tarrats, Laura Font y Pere Arquillué.

Arquillué, que interpreta a Dios, describe este elenco como un «equipo de actores muy transversal», y a su personaje como narrador y autor a la vez, un dios pomposo e irreverente «que puede llegar incluso a ser desagradable y hace que nos cuestionemos eso que llamamos poder», explicó el actor en la presentación de la obra en el Teatro Cuyás. Por otro lado, adelantó que Paraíso perdido es un «espectáculo que nos habla del teatro dentro del teatro, aprovecha para cuestionar qué significa o qué ha significado el teatro en una sociedad como la nuestra hoy en día, si tiene todavía la capacidad de mostrarse como un espejo y por tanto apuntarse a esto de la rebelión».

Para Arquillué, el teatro está «para plantear cuestiones sin llegar a ser moralista», para generar debate. Por ello, el actor concibe este montaje como un juego que invita a la imaginación, lleno de referencias a películas y cuadros que con sus metáforas «invita a trabajar, a un trabajo que da placer, que es agradable, que tiene un punto salvífico». El público que asista a ver Paraíso Perdido tiene que estar preparado para ser interpelado de forma directa: «No puedes ir al teatro como vas al cine. Es un lugar al que vas a estar activo, receptivo, a analizar lo que está sucediendo, a respirar el espectáculo. Esto da problemas hoy en día, la gente está más a acostumbrada a la pantalla a que le den las cosas hechas», recalcó Arquillué.

Con respecto a la dirección de Andrés Lima, Arquillué destacó la libertad que han tenido durante el montaje del espectáculo: «No había trabajado nunca con Andrés, aunque nos conocíamos desde hace veinte años. Me dejó absoluta libertad con el personaje. Tenía muy claro que no íbamos a hacer un Dios con barba blanca. Este está inspirado en varios personajes. Es un Dios irreverente, gamberro, cachondo e incluso un poco cabroncete», señaló el actor.

Además de reflexionar sobre la utilidad del teatro y la rebelión, Paraíso perdido también pone el foco sobre la mujer y en que «tal vez sea ahora un buen momento para hacerse algunas preguntas sobre las creencias que nos han sido transmitidas, sobre sus consecuencias en el trato a las mujeres, a los hombres, a todos los seres vivos, al planeta», en palabras de Helena Tornero. «Aunque sea la comedia más banal, el teatro es política, es un mundo en el que se mueven las ideas», puntualizó Arquillué.

Paraíso perdido explica la tragedia de la caída del hombre, pero también la caída de Satanás: «Un Satanás reivindicado por los románticos como verdadero héroe, pues simboliza al rebelde sublevado ante la tiranía del cielo», como explican desde la organización de la producción. Es un montaje producido por Teatre Romea, Grec 2022 Festival de Barcelona y el Centro Dramático Nacional. Las entradas se encuentran a la venta a través de los canales habituales con los que cuenta el Teatro Cuyás: su taquilla, en la calle Viera y Clavijo de la capital grancanaria, y su página web.