Música

Todos los rincones de Arube

El trío musical formado por Belén A. Doreste, Alba Gil Aceytuno y Xerach Peñate arranca este viernes su gira en la que presentan su primer disco conjunto

El sábado 2 de diciembre actúan en el Teatro Guiniguada de la capital grancanaria

De izquierda a derecha, Belén A. Doreste, Xerach Peñate y Alba Gil Aceytuno.

De izquierda a derecha, Belén A. Doreste, Xerach Peñate y Alba Gil Aceytuno. / Zhana Yordanova

Martina Andrés

Martina Andrés

¿Cómo se unen esos caminos en los que la inquietud, la curiosidad y la pasión llevan a sus viandantes a tantos destinos diferentes? Las ganas de querer hacer y descubrir pueden ser un enemigo para los proyectos comunes, pero no es el caso de Belén A. Doreste, Xerach Peñate y Alba Gil Aceytuno, las chicas de la banda Arube. Las tres no dejan de crear y crecer por su cuenta pero, la amistad que mantienen desde los once años sumada a las ganas de juntarse, y hacer música entre risas y complicidad, han hecho que el proyecto de una banda común y de una gira por las ocho islas del Archipiélago con un disco bajo el brazo, sea ya casi una realidad palpable que este viernes 1 de diciembre por fin verá la luz. 

Aunque, no solo el amor al arte y las ganas son suficientes. También ayuda ir «con muchísima precisión y con el calendario milimétricamente alicatado», tal y como confiesa Belén A. Doreste. El trabajo duro y el talento que cada una a desarrollado y afianzado por su cuenta han sido imprescindibles para que sus tres universos conceptuales y musicales se mezclen en uno.

«Yo definiría nuestro estilo como afropunk synth sentimental. ¿Te acuerdas? Eso es lo que teníamos puesto en Insta, tía», le dice Belén a Alba Gil Aceytuno en un audio de WhtasApp. 

Este es el nombre del estilo con el que bautizan el universo creativo de Arube, en el que se mezclan el pop bucólico de Doreste, con el punk, el rock and roll, la improvisación y el jazz de Aceytuno y el «pop rítmico» de Xerach Peñate, como su amiga y compañera musical Alba Gil Aceytuno lo define.

Las tres aportan parte de la idiosincrasia de sus proyectos personales para crear un lugar común. Todo ello, sin abandonar sus trabajos individuales, que en el caso de la saxofonista Gil Aceytuno incluyen su proyecto en solitario Aguayro, con el que ha estado de gira por Madrid, Galicia o Soria, o la gira con el grupo Rupatrupa, de la que acaba de volver después de dar alrededor de 20 conciertos por Península y con los que en febrero se irá a tocar en Latinoamérica.

Por su parte, Belén A. Doreste está inmersa en su proyecto musical Lajalada y tiene entre manos un proyecto con Aníbal Llarena en el que se fusionan música electrónica y folclore, además de hacer música para el mundo audiovisual o espectáculos multidisciplinares y teatrales (como la obra de teatro Mararía de la productora Unahoramenos). Xerach Peñate no se queda atrás: después de 22 años de carrera musical, ha sacado recientemente su disco Canciones bobas bajo el nombre artístico Xerach.

Primer disco

El disco que presentan este trío de músicas tiene como título el nombre de la banda, Arube, idea que surgió cuando las tres escuchaban juntas la versión de El baile del tambor del también músico canario Fajardo y creyeron que repetía el nombre de la localidad de La Gomera, que en realidad era Arure. En la confusión compartida encontraron la raíz que dio nombre a su identidad: les gustó más la palabra que las tres habían entendido y la adoptaron como el nombre de su proyecto común. 

Arube verá la luz sobre los escenarios por primera vez este viernes 1 de diciembre en el espacio La Granja de Tenerife, para después aterrizar en la isla madre de Belén, Alba y Xerach: Gran Canaria, el sábado 2 de diciembre, donde el lugar elegido para su concierto ha sido el Teatro Guiniguada.

«Iremos felices y encantadas a todos los rincones, como buenas amantes de nuestras Islas. Amamos el Guiniguada y La Granja es un sitio que funciona a la par. La idea es empezar en la Isla vecina y luego venir más calentitas a casa, a la Isla de nuestras raíces», puntualiza Belén A. Doreste. «Nuestra idea principal era presentar el disco en todas las Islas», añade, lo que llevará a Arube también a La Graciosa. Aunque el espacio en la pequeña isla todavía no lo tienen muy definido: «Vamos a hacer un plan súper hippie de tocar allí, ya se nos ocurrirá dónde. A ver si vienen amigos… Porque la idea es poder rodar ese repertorio que hemos preparado con tanto mimo y llevarlo a todo el Archipiélago», recalca Doreste.

Más allá de los teatros

Por su parte, al hablar de los espacios, Gil Aceytuno pone sobre la mesa la dificultad para crear un circuito intermedio para otro tipo de propuestas que no encajan tan bien en los teatros. «En los teatros, en los que vamos a estar en la mayoría de conciertos de esta girita, sí que hay espacios. Y hay una programación variada. Pero falta, en mi opinión, un circuito intermedio de salas, de música en directo, de música más bailable, para música que venga de fuera, para formatos más rockeros u otros que no encajen tanto en teatros», reivindica la saxofonista, que también se acuerda de «las bandas emergentes y no tan emergentes» que, en ciudades como Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna u otras de las islas no capitalinas, no encuentran esos espacios para «tocar y crear una escena». 

Con respecto a las instituciones, Aceytuno también señala cierto acomodamiento vinculado a la parte organizativa, sobre todo en lo que respecta a sacar las entradas o «no facilitar del todo las cosas». «Creo que tenemos muchísimo talento y hay muchísima música pero falta un cambio en la escena para que podamos decir que tenemos una escena canaria musical fuerte y que no depende de nada más de fuera», indica.

«Una nueva zona de confort»

Además de ir por todos los rincones de las Islas, la materialización de este primer disco y primera gira de Arube ha requerido también transitar rincones individuales para encontrar lo común. «Hemos trabajado el hablar un mismo lenguaje, el encontrar un punto de inflexión donde nos encontramos las tres en nuestros estilos y en nuestra manera de hacer música. Yo creo que es un punto de partida para seguir evolucionando y desarrollando, porque, al fin y al cabo, las tres al trabajar en conjunto nos salimos de nuestra zona de confort y creamos una nueva zona de confort», recalca Belén A. Doreste.

Arube, un nombre que arrulla, como los sonidos de canciones como Nieve en Verano o El Balaso, aterriza con ganas y fuerzas sobre los escenarios con una gira que no es más que un punto de partida para seguir creando y descubriendo, en compañía, los rincones, sonoros y vitales, que aún están por explorar.