Teatro

Delirium, ‘Panza’ y Andrea

Éxito en el estreno de la adaptación escénica del fenómeno editorial más importante de las Islas en los últimos años

Un momento del estreno teatral de la adaptación literaria de la obra ‘Panza de burro’ en el Auditorio Capitol.

Un momento del estreno teatral de la adaptación literaria de la obra ‘Panza de burro’ en el Auditorio Capitol. / Carsten W. Lauritsen

150.000 ejemplares vendidos en todo el mundo, traducido a 18 idiomas y sus derechos para llegar a las pantallas de cine vendidos. Al libro Panza de burro solo le faltaba subirse a los escenarios.

«Tan echadita palante, tan sin miedo». El Auditorio Capitol fue testigo, el pasado fin de semana, de uno de los estrenos más esperados en Canarias: la adaptación escénica de la primera novela de Andrea Abreu, Panza de burro.

Tal y como estaba previsto, las entradas para estas primeras funciones se agotaron en apenas unas horas. Era previsible. Cuando una de las compañías de teatro con más trayectoria adapta la que es una de las novelas canarias más importante de los últimos tiempos, el público responde. ¿Quién mejor que Delirium Teatro para llevar a la escena Panza de burro?

Quizás fue un desafío al principio pero, tal y como ya había adelantado su director, Severiano García, las dudas sobre las posibilidades de la adaptación se habían disipado hace ya tiempo. «Una vez que tuvimos claro cuál iba a ser el principio y cuál el final, supimos que era posible», explicaron él y Soraya González del Rosario (productora, actriz y responsable junto a García de esta adaptación) hace una semana en la presentación de la obra.

Tenían razón. Apenas se apagaron los focos, el público reunido en el tacorontero Teatro Capitol respondió levantándose de inmediato y el aplauso fue unánime. Todo lo que ha hecho de Panza de burro un fenómeno editorial está en la versión de Delirium Teatro. Están la medianías y su forma de hablar. Están –una genialidad– sus pendientes, sus laderas, las casas de autoconstrucción que son como nidos en los que las familias se protegen las unas a las otras, sus ventas, los roletes, las huertas de papas y las carreteras por las que regresan los padres ocupados que trabajan en el Sur, que se parten la espalda en la construcción o limpiando en los hoteles. Pero, por encima de todo, están Isora y Shit.

Los espectadores del Auditorio Capitol volvieron a tener diez años y a soñar con ir a la playa

Silvia Criado y Delia Santana interpretan a las protagonistas y lo hacen arropadas por Delia Hernández, Javier Socorro y González del Rosario, que se reparten el resto de personajes que pululan por la novela, desde la abuela de Isora hasta los perros callejeros.

Antes de que comenzara la función, Severiano García pidió a los presentes que apagaran sus teléfonos. «La obra dura una hora, veinte minutos y 23 segundos, ¿seremos capaces de desconectarnos del mundo durante ese tiempo». Panza de burro logró la desconexión. Los 300 espectadores reunidos en el Capitol volvieron a tener diez años y a soñar con ir a la playa, regresaron al momento en el que la amistad y el amor son lo más importante. Ese tiempo en el que los adultos y su mundo están aún lejos; lo suficiente pero no demasiado. Vivieron aquel verano asfixiante, vieron la novela de mediodía, escucharon a Aventura e hicieron coros con Obsesión. Hay que ver Panza de burro.

Entre el público estaba la espectadora más especial, la autora del libro. Andrea Abreu rió y se emocionó durante la representación, feliz de ver que la novela que escribió en 2019 siga caminando «derechita como una vela por la orillita, hasta la playa, sin importar que yo la acompañe o le suelte la mano». «Nunca pensé en una obra de teatro sobre este libro, pero si hubiese tenido que pensarla por mi propia cuenta, hubiese sido exactamente como está siendo con esta gente, con esta sensación de imprudencia», explicó en el programa de mano. «Delirium cree en Panza y yo creo en Delirium». Y el público, seguro, también creerá.