El ganador del Goncourt

Pierre Lemaitre: "El aborto fue más reprimido en la Francia de posguerra que durante la ocupación nazi"

"Fue un periodo criminal porque fue cuando fabricamos el calentamiento climático. Una época de euforia, entusiasmo y modernidad que fue el origen del peor fracaso de la existencia de la humanidad", lamenta el Premio Goncourt

Pierre Lemaitre presenta su nueva novela en Barcelona "El silencio y la cólera".

Pierre Lemaitre presenta su nueva novela en Barcelona "El silencio y la cólera". / Andreu Dalmau / EFE

Anna Abella

"En 1952, en Francia, en el final de la posguerra, tras un periodo difícil de desempleo e inflación, las cosas empezaron a ir un poco mejor para todo el mundo salvo para las mujeres. Existe la sensación de que empezaban a sentirse liberadas, pero cuando miras la publicidad de la época, ves que la fuente de su liberación eran objetos maravillosos por doquier como la lavadora, la nevera, la plancha o el congelador. No era más que otra forma diferente de mantener su servidumbre, una forma de anclarla al hogar y al cuidado de los hijos", ha recalcado este lunes Pierre Lemaitre (París, 1951) en el Institut Français de Barcelona sobre la época que evoca en su nueva novela, ‘El silencio y la cólera’ (Salamandra / Bromera; ‘El silenci i la ràbia’). "Fue un periodo criminal porque fue cuando fabricamos el calentamiento climático. Una época de euforia, entusiasmo y modernidad que fue el origen del peor fracaso de la existencia de la humanidad", lamenta el Premio Goncourt.   

Es la segunda entrega de una tetralogía sobre una saga familiar, la de los hermanos Pelletier, durante los llamados ‘años gloriosos’ de la historia de Francia y que llega tras ‘El ancho mundo’, novelas que pueden leerse de forma independiente. Si en aquella el protagonista era el pequeño, en esta lo es la hermana menor, Hélène, fotógrafa y periodista en un diario parisino (donde su hermano François es jefe de Sucesos, y protagonizará el próximo libro, con la Guerra fría como telón de fondo).

A través de ella, Lemaitre vierte luz sobre uno de los temas principales del libro, el aborto, condenado con duras penas de prisión"Fue más reprimido y perseguido en la posguerra que durante la Francia de la ocupación nazi con Pétain. A los hombres les interesaba que las mujeres les dieran muchos hijos, es otra forma de la dominación masculina sobre el cuerpo de la mujer. La mujer debía ser maternal. Reprimían el aborto y, en cambio, no se ponía el acento en los anticonceptivos". 

"Al final de la posguerra en Francia, en 1952, las cosas empezaron a ir algo mejor para todo el mundo salvo para las mujeres"

A este profesor de Literatura que empezó con 55 años a escribir cuatro títulos explosivos y brutales de novela negra protagonizados por un maltratado Camille Verhoeven, Hélène también le permite abordar otro tema: cómo era "la vida de la mujer en el trabajo, en su caso siendo periodista, un oficio nada fácil para una mujer, cuando se esperaba de las mujeres que se quedaran en casa". Eran los convulsos 50, que recuerda que mientras en España se vivía la dictadura de Franco, en Francia, con la victoria del capitalismo, se sucedían las huelgas y llegaba el consumo de masas.

‘¿Son limpias las francesas?’

En la novela, Hélène firma un artículo que en la realidad escribió Françoise Giroud, futura ministra francesa y que reproduce al final. Su título: ‘¿Son limpias las francesas?’. "Era muy agresivo sobre la higiene de las mujeres, decía que no se cambiaban lo suficientemente a menudo de ropa interior, pero lo que no decía es que entonces, solo dos casas de cada diez tenían baño. Era un artículo de hombres y su autora se prestó a ese discurso. Pero luego se convirtió en una heroína de la cuestión femenina. El feminismo ha avanzado mucho, pero aún queda por recorrer", opina.  

Y como "una novela -apunta- sirve para entender una época, sino sería algo inútil", el tercer tema de ‘El silencio y la cólera’ es la energía. "Con el aumento de la natalidad y la población en la posguerra se necesita más. Y Hélène debe escribir un artículo sobre la construcción de una presa que generará energía hidroeléctrica, pero que implica inundar un pueblo y que sus habitantes sean obligados a expatriarse a otra zona. Cubre el periplo agónico de un pueblo que desaparece en nombre del progreso", explica sobre una ficción inspirada en el caso real de Tignes. 

"Pongo las reglas y herramientas del género negro al servicio de una historia no policiaca"

Antes de ganar el Goncourt con ‘Nos vemos allá arriba’, Lemaitre aparcó el género negro para iniciar una primera trilogía sobre la Francia de entreguerras (‘Los hijos del desastre’, ‘Los colores del incendio’ y ‘El espejo de nuestras penas’). "Pero no he cambiado ni las reglas ni las herramientas del género negro, solo las pongo al servicio de una historia no policiaca. Aquí también hay un relato criminal, con un asesino, suspense, sorpresas y giros inesperados", apunta quien cree "haber llegado a cierta madurez, por no decir que he envejecido", añade con ironía a sus 72 años. 

Una mala "auténtica"

no le falta "un malo auténtico", con "una ambición desmesurada", Geneviève, diabólica esposa de otro de los hermanos, el no menos peligroso Jean, apodado ‘el Gordito’, porque "cuanto más malo es el malo, mejor será la película", dice citando a Hitchcock y aludiendo a que las madres de sus libros siempre son malas y crueles. "Es que ustedes no conocen a mi madre", bromea con los periodistas antes de asegurar que no piensa sentarse "en el diván del psicoanalista".  

"No soy escritor sino novelista, alguien que cuenta historias. Me gustaría mentir y decir que atraviesa mis venas una luz de inspiración y que como en un encantamiento me pongo a escribir cada mañana con mi pluma de oca", dice con ironía. "Es todo lo contrario, cuento más con mi trabajo que con mi talento, no creo en la inspiración sino en la transpiración. Me considero más un artesano que necesita mucha técnica".