Arte

«¿Qué es lo sagrado?»: la pregunta que flota entre los hilos y telas de M. Nieves Cáceres

La exposición 'Deshilar la colección. Urdimbres de lo sagrado: tramas que des(a)nudan amarres' de la artista y escritora lanzaroteña se inaugura mañana en la Casa de Colón

Dividida en tres salas, la muestra estará abierta al público desde el 14 de marzo al 5 de mayo

Exposición ‘Deshilar la colección. Urdimbres de lo sagrado’, de M. Nieves Cáceres.

José Carlos Guerra

Martina Andrés

Martina Andrés

Entre ruinas del viejo/ y nuevo mundo/ pernoctan las serpientes/ erigiéndose firmes/ en quimera de dos cabezas./ Del lado materno/ lo femenino bicéfalo/reta al conocimiento./ En mutación continua/ masculla el origen/ lo que socava.

En letras blancas sobre fondo negro, estos versos de la escritora y artista lanzaroteña Macarena Nieves Cáceres reciben al ojo curioso -y a ese alma en busca de respuestas que se acerca al arte- en la exposición Deshilar la colección. Urdimbres de lo sagrado: tramas que des(a)nudan amarres que se inaugura mañana a las 19.30 horas en la Casa de Colón y se podrá visitar hasta el próximo 5 de mayo.

Esta muestra, la primera que se realiza con Carmen Gloria Rodríguez Santana como directora del museo capitalino, se ubica en tres salas expositivas diferentes en las que el cuerpo hace de eje vertebrador y lo sagrado flota como una pregunta en cada una de ellas. «¿Qué es lo sagrado? Es eso que nos da miedo, pero la desacralización también, entonces que uno elija aquello que más le consuele», plantea Nieves Cáceres.

La primera sala es, como explica la artista, la del cuerpo sagrado, donde están presentes los sincretismos religiosos, la segunda es la del cuerpo onírico, en la que aparece el mundo de los sueños, y la tercera es la del cuerpo de fe, donde se muestran bodegones, la naturaleza muerta, «el alimento como algo que nace, muere y vuelve a nacer», explica la escritora.

Confrontación

Nieves Cáceres confronta sus propios trabajos con obras del siglo XVI al XVIII, que dialogan en los diferentes espacios del museo donde un total de 19 obras de la artista se complementan con otras diez de la colección de la Casa de Colón. También hay piezas precolombinas, como las figuras de las Valdivias, que se revelan al público desde una vitrina acompañadas al fondo de una fotografía de la artista Gloria Godínez -y de la propia Nieves Cáceres- en la que el cuerpo y el desnudo ocupan un papel central.

Este es el impacto inicial con el que se encuentra el público en la sala del cuerpo sagrado, donde también conversan La Magdalena Penitente y la representación que la artista lanzaroteña hace de lo santo con su propio cuerpo e imagen. «Por un lado, tenemos a la santa y por otro a la bruja», explica la artista haciendo alusión a la dualidad de la pieza que preside la sala.

Exposición de M. Nieves Cáceres en la Casa de Colón.

Exposición de M. Nieves Cáceres. / José Carlos Guerra

Junto a ella, un poema bordado en una tela negra recuerda los nombres de las mujeres procesadas en Canarias por la Inquisición. «Eran esclavas, matronas, curanderas… La Iglesia quería hacer un barrido de todo eso, creer solo en el cuerpo de Cristo, borrar los saberes populares», rememora la artista. Esta pieza, que lleva el nombre de Confesa, dialoga a su vez con el grabado de Goya, Disparate ridículo (1875), lo que para la artista es «todo un lujo».

La santería, la colonización y la esclavitud también están presentes en la muestra a través de piezas como estas. Y, por supuesto, lo sagrado: «La propuesta se fundamenta en abarcar la temática de lo sagrado desde distintos enfoques», apunta Nieves Cáceres. Y añade: «No solo desde una conceptualización religiosa, la cual se toca de manera crítica o irónica, sino abordando el sincretismo de lo religioso-espiritual».

Lo onírico y lo poético

La siguiente sala la preside una máquina de coser de la que emanan hilos rojos en todas direcciones. Un corsé la acompaña, con figuras y unas tijeras abiertas que cuelgan de su estructura. «Esta sala es un homenaje a las mujeres, a recordar que Canarias fue una tierra de hambruna», puntualiza la artista.

El lenguaje poético también tiene su papel en esta exposición que rompe el tiempo lineal propio de la Historia del Arte. El cuerpo es soporte de creación, así como lo son la performance, la videoacción o la fotografía, que se nutren de la palabra escrita y de la instalación poética de los objetos. La metáfora está presente a cada paso y en cada una de las salas, también en piezas como los cuatro poemas que, desde la sala del cuerpo de fe, recuerdan a esos artistas que ya no están: Pilar Rodiles -ese Pi(l)ar constante-, Juan Hidalgo -como hombre/muerto en clave/transparente-, Dolores Campos Herrero -cuando arribe donde tú moras/ahí voy a perdonarte mis honras- y Manuel Díaz Martínez -come el poeta y deja las sobras de la duda/sobre la mesa-.

En consonancia con una de las líneas que quiere seguir la nueva directora de la Casa de Colón, que consiste en que las exposiciones sean más prolongadas en el tiempo y que estén arropadas por un programa que vaya más allá de la propia muestra, Deshilar la colección. Urdimbres de lo sagrado: tramas que des(a)nudan amarres estará complementada por diversas actividades que incluirán desde visitas guiadas o una obra de teatro familiar, hasta una performance de Nieves Cáceres. Para que todos y todas puedan entender los amarres y desamarres de esta muestra que es identidad, experiencia personal y cultura.