Esteban Santana, un vecino del barrio capitalino de Tamaraceite, sintió un calor por las entrañas que le empujó a realizar un trabajo de investigación y periodístico acorde a la historia del lugar donde ha ido dejando atrás hojas del calendario en su vida. Después del germen que nació en un primer libro titulado Tamaraceite: Recordar es volver a vivir; allá por el 2001, ayer, 20 años después y tras completar el álbum fotográfico Tamaraceite, pasión por el fútbol, la huella de este barrio pelotero continuará perenne para los amantes del balompié.
En la actualidad, la denominación de la Unión Deportiva Tamaraceite está al alcance de cualquier seguidor medio del planeta fútbol. Sólo con acudir a las clasificaciones de la prácticamente extinta Segunda División B, ahí se encuentra su nombre codeándose con grandes entidades históricas de España. Pero para llegar hasta las recientes gestas del club presidido por Héctor Ramírez hay que entender también los orígenes de este club que va a más y que tomó un nuevo punto de partida en el año 1966 cuando el Porteño decidió trasladarse desde Guanarteme hasta el barrio de la zona alta de la ciudad.
Para ello, Santana puso rumbo a cada casa de Tamaraceite en la que las familias que guardaban relación con el club de fútbol para solicitarles la cesión y recuperación de las fotografías y documentos con los que dibujar los trazos del lienzo que se había dispuesto a crear. Eso sí, este “trabajo de campo”, como él mismo dice no fue tarea fácil, pues esos papeles buen podían estar escondidos en los sitios más olvidados de cada hogar, o bien, muchos de sus protagonistas ya habían abandonado esta vida. Aun así, este álbum presentado ayer en el barrio al que tanto afecto le tiene, es una realidad.
Desde encontrarse con personas que querían tirar miles de papeles que contaban tales historias como las de algunas actas de partidos en las que el añorado Juan Guedes formó parte del club capitalino, con expulsiones incluidas; hasta descubrir algunas joyas documentales “que tenían cagaditas de ratones”, tal y como relata el autor de la obra. A veces no nos damos cuenta de la riqueza que tenemos en nuestras manos por no darle el valor que se merecen.
Precisamente de esas actas de partidos amistosos del Juventud Tamaraceite en los que Guedes defendió la elástica del club a en la década de los 60, son algunos de los materiales de los que destaca Santana. “Ya ahí dejaba muestras de su temperamento, aunque fuera un amistoso. Se pueden leer en las actas que se marchaba del campo sin dar explicaciones o cosas así”, comenta el autor.
Aun así, no solo este álbum ha podido llevarse a cabo solo por la contribución de los individuos y familias del barrio, sino que la FEDAC, el Fondo de Fotografía histórica del Cabildo Insular de Gran Canaria, también ha contribuido para crear la exposición fotográfica que va a estar ubicada en la Casa de la Cultura de Tamaraceite. “Tengo que agradecer a José Luis Peníchet Dieppa, por su empeño, paciencia y cariño a esta obra”, indica Santana.
Tampoco sin el empuje de la familia Ramírez, tanto de Miguel Ángel, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, que puso su granito de arena para recordar al también equipo de sus amores a través de la Fundación del club amarillo; como del propio Héctor, actual presidente y artífice del equipo que ha deleitado en los últimos años con el ascenso a Segunda B y la reciente clasificación para la Segunda División RFEF.
Espectáculo del barrio
La intención que tiene Santana con la recreación y recopilación de estos documentos gráficos es la de contar la historia del barrio a través del deporte rey. «Después de la Guerra Civil, el único espectáculo en el que había público era el fútbol y la gente se unía entorno a él y surgían experiencias y anécdotas que son seña de cómo se comportaba el barrio», señala el autor.
Desde que José Tejera decidiera trasladar el Porteño hasta Tamaraceite, fusionando al club con el del barrio, y corriendo con los gastos del mismo en 1958; al desarrollo de la propia entidad, con la construcción de una de las piezas clave en su estabilidad, el antiguo Estadio Juan Guedes en 1962 gracias a la colaboración del pueblo de Tamaraceite y Los Betancores.
Un germen que vio como jugadores de la talla mundial de Juan Guedes o Gerardo Miranda han guardado relación con la UD Tamaraceite y que ha ido perdurando en el tiempo, con sus más y sus menos, hasta lo que se conoce como el club actual, en el que el sempiterno capitán de la UD David García, David González El Moco, o Asdrúbal Padrón, han cogido el testigo de los Marrero, Joaquín El Rata, Miguel El Moro, o Mingo El Caballito, que formaron la anterior época dorada de este barrio tan pelotero de Gran Canaria.
