Un total de 12 años son los que han transcurrido desde que la semilla del voleibol germinó en el patio del Colegio Heidelberg. Hoy las colegialas son un equipo de pleno derecho de la Liga Iberdrola de Voleibol.
El principal responsable de este espectacular crecimiento es Mimi Peláez, director deportivo del equipo, que comenzó a trabajar como profesor en el colegio, ocupándose de la tarea de coordinador de fútbol, hasta que un buen día un grupo de niñas le pidieron poder practicar voleibol en el patio, a lo que él, como buen hombre amante del deporte no pudo negarse. Con dos palos y una red que ni siquiera estaba tensa, arrancaba la historia de un club que ha conseguido llegar a lo más alto.
La evolución paulatina de esa pequeña semilla fue creciendo, obligando al centro a crecer con ella, incorporando a entrenadores capaces de ayudar en la formación de esas jugadoras ávidas de aprender, comenzando a surgir varias jugadoras prometedoras en categoría alevín.
La llegada de entrenadores consolidados en el voleibol de formación, como Higinio Artiles –actual segundo entrenador del Olímpico–, Aníbal Rodríguez, David Gil y Santi Guerra –actual entrenador del primer equipo– añadió más carbón a la caldera de un equipo que sin perder los valores formativos fue quemando etapas hasta llegar el momento de dar el salto a la Primera División Nacional.
Roberto Melián: «El Heidelberg es un modelo de gestión y les auguro un gran porvenir»
Aquel salto supuso un punto de inflexión que obligó al club ha cambiar el chip y apostar claramente por su equipo de voleibol, con la misión de evitar que todas esas jóvenes promesas tuviesen que marcharse para proseguir con su formación lejos del colegio. La apuesta no tardaría en dar sus frutos y el equipo lograría en plena pandemia por la covid subir un nuevo escalón, debutando en la categoría de plata, donde tras una primera temporada de tanteo, lograban en su segundo curso en la Superliga 2, disputar la final de la Copa Princesa, terminar la temporada regular en primera posición del grupo B –con una sola derrota–, organizar la fase de ascenso y romper todas las barreras para jugar la próxima temporada en la exigente Liga Iberdrola.
Tras cuajar una fase final inolvidable, Santi Guerra lo tiene claro, «el objetivo pasa por asegurar la permanencia» en su debut en la élite, conservando el bloque que les ha llevado hasta lo más alto y reforzarlo con la precisión de un cirujano, ya que el presupuesto con el que contarán no es equiparable a los grandes de la Liga, para potenciar las posiciones más débiles y disfrutar de cada partido.
Roberto Melián –presidente de la Federación Canaria de Voleibol– coloca al Heidelberg como «un modelo de gestión» y le augura un gran porvenir en la élite.
La llama del vóley ha prendido ya con fuerza en sus estudiantes, que se conocen al dedillo los nombres de todas sus jugadoras y sueñan con seguir sus pasos.
