Robert Cuesta se marcha del Rocasa y está cerca del Granollers

La etapa de Robert Cuesta al frente del Rocasa toca a su fin. El técnico catalán presenta su dimisión tras una temporada y media en la entidad teldense, en la que guió al equipo a la conquista de su tercer entorchado continental, al hacerse con la Copa de Europa en una final inolvidable ante el Málaga a doble partido, con final feliz en el Martín Carpena. Su destino, a falta de confirmación oficial será, según fuentes consultadas por LA PROVINCIA, su club de formación, el Granollers, antepenúltimo clasificado de la Liga Guerreras Iberdrola, con un balance de dos victorias, tres empates y siete derrotas, igualado a puntos con el Zuazo, que se encuentra en puestos de descenso.

Todo apunta a que la destitución de Dolo Martín se producirá durante el día de hoy, lo que abriría la puerta de regreso a Robert Cuesta a su club de formación, al frente del cual el catalán consiguió dos premios consecutivos como mejor entrenador de la Liga, además de convertirse en el preparador físico de las Guerreras en su época más dorada.

El nacimiento de su primera hija el pasado verano ha acrecentado la morriña de Robert Cuesta, que desea estar más cerca de los suyos en los primeros años de vida de su primogénita, motivo por el cual tras una temporada y media en Telde, presentaba su renuncia como entrenador del primer equipo, tras clasificar al Rocasa para la fase final de la Copa de la Reina, al imponerse por la mínima al Beti-Onak en su último encuentro al frente del equipo.

La entidad teldense asume un nuevo golpe en una temporada complicada en la que ha sufrido la lesión de larga duración de Silvia Navarro durante el Europeo, además de la marcha de la internacional sueca Sabina Jacobsen, a la que se une ahora el adiós de su entrenador, el primero en la historia del club en presentar su renuncia a mitad de temporada.

Cuesta deja a las teldenses como segundas clasificadas con ocho victorias, un empate y tres derrotas, a cinco puntos del líder, el Bera Bera, aunque fuera de Europa. El equipo se encuentra en un momento delicado del curso, tras acumular dos derrotas y un empate en sus tres últimos compromisos ligueros, además de sufrir más de lo previsto para doblegar en la eliminatoria copera al recién ascendido Beti-Onak.

Un recambio de garantías

El Rocasa vuelve a enfrentarse por tercera vez esta temporada a un imprevisto que le obligará a acudir a un mercado complicado a mitad de temporada. 

La lesión de la insustituible Silvia Navarro obligó a la dirección deportiva teldense a bucear en el mercado en busca de un relevo de garantías, encontrándolo en una jugadora de la casa, Lulu Guerra, que tras su paso por el Aula Valladolid, era repatriada del Elda, para apuntalar la portería, formando tándem con la extremeña Ana Belén Palomino.

La marcha inesperada de Sabina Jacobsen, por sus problemas de rodilla, llevaba a las insulares a buscar un refuerzo de garantías, que llegaba con el fichaje de la polivalente brasileña Jhennifer Lopes, procedente de la Liga de su país y que debutaba en la Copa ante el Beti Onak.

El balance del fichaje de Robert Cuesta como primer entrenador no canario en la historia del Rocasa ha resultado positivo para la dirección deportiva del club que sopesa varias opciones para cubrir el vacío dejado por el catalán en el banquillo teldense. Todo apunta a que el nuevo entrenador será de nuevo foráneo, esperando cerrar su contratación lo antes posible.

A modo de técnico interino, el presidente del club, Antonio Moreno será quien tome el mando del equipo en su próximo compromiso liguero ante el Costa del Sol Málaga -cuarto clasificado-, que se disputará en territorio teldense este sábado a las 18.30 horas y en el que el Rocasa se juega mantener la segunda posición.

Fuentes consultadas por este periódico, confirman que éste será el único partido que dirigirá la leyenda de los banquillos grancanarios, una circunstancia que ya se dio con éxito la temporada pasada en la vuelta de octavos de la Copa de Europa ante el Izmir turco, en el que una plaga de covid dejó al equipo diezmado y sin su entrenador, Robert Cuesta.

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