Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los hermanos Suárez -Francis y Sergio- figuraban en los planes de la Unión Deportiva Las Palmas como las promesas más firmes de su cantera. "Tenían todas las condiciones del mundo para triunfar", apuntan desde las oficinas de Pío XII antes de añadir que "en este caso, creo, fallamos todos. Tanto ellos, por no saber aprovechar la oportunidad, como la entidad, por no enderezar a tiempo la carrera de ambos".

La caída de los hermanos Suárez, tras desvincularse de la Unión Deportiva durante los últimos meses, es la historia que va desde la descollante irrupción de los dos jóvenes futbolistas en 2005, durante la Copa de Campeones de categoría juvenil -un torneo en el que Las Palmas alcanzó las semifinales-, hasta la reciente salida del club, por la puerta de atrás, de ambos. Y, entre uno y otro punto, la nada. Porque ni Francis ni Sergio lograron triunfar en el equipo amarillo. Ni destacaron, ni se asentaron como titulares, ni fueron importantes.

La marcha de los Suárez puso fin a una relación que hace poco aventuraba emociones fuertes entre la entidad de Pío XII y dos futbolistas formados en su cadena de filiales. Fue el 7 de enero de 2007, de la mano de Juanito, en El Helmántico y con el Salamanca como rival, cuando Francis Suárez hizo su debut en el primer equipo. Después de aquel estreno, en siete años, sólo sumó otros 84 partidos oficiales con el conjunto amarillo, una etapa que mezcló con una cesión a la SD Ponferradina, durante el ejercicio 2010-11, que ya no aventuraba nada bueno: sólo participó en siete encuentros con el equipo del Bierzo.

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