Entre la bruma del Cantábrico, la oscuridad de la madrugada y el silencio que reina después de cada batalla, la Unión Deportiva Las Palmas abandonó ayer El Molinón como líder de la Liga Adelante. La cuestión, aunque ahora sólo sea una anécdota, no es asunto menor. Vale para reafirmar la solidez de un equipo que acumula ya 17 jornadas consecutivas al frente de la clasificación. Y sirve para poner en relieve la determinación de un grupo que anoche, ante un Sporting de Gijón de carácter diabólico, tiró de todos los recursos que cuenta en su catálogo futbolístico para firmar un empate meritorio (1-1), mantenerse en el primer puesto de la tabla y marcar el territorio en lo más alto de la tabla de Segunda División.

Descarado como pocos y de perfil vertical, el Sporting de Gijón propuso y dispuso -desde el minuto uno- un partido trepidante, de ida y vuelta, competido sin un instante de tregua. Ante tan tremendo desafío, con el liderato de la Liga Adelante en juego, la Unión Deportiva recogió el guante y aceptó el reto. No se encogió el equipo de Paco Herrera en un escenario con tanta mística como El Molinón -a reventar, con 30.000 espectadores presentes-. Cuando el duelo se puso bravo, los futbolistas del conjunto amarillo lucieron músculo y piernas fuertes; cuando el pulso requirió velocidad, en las filas grancanarias se emplearon a todo gas; cuando la pelota marcó el son, Las Palmas hizo bailar al rival. Y eso, justo que la UD mandara a partir del control del balón y la asociación de sus jugadores, sucedió mucho más de lo previsto.

Frente al encuentro de ritmo frenético planeado por el Sporting, la Unión Deportiva dibujó sobre el césped un partido más sosegado, más racional que emotivo. El conjunto local, de entrada, se puso bravo. Y ante eso Las Palmas tiró de escuadra y cartabón para hacer el balón a circular y poner un poco de orden. Apretó, como es de uso y costumbre, el equipo rojiblanco para arrinconar al rival de turno en el primer cuarto de hora del pulso, pero con eso no fue suficiente para amilanar a los futbolistas de Paco Herrera. Nadie, en las filas del representativo grancanario, reculó un milímetro sobre el terreno de juego. Y ese atrevimiento descuadró al Sporting.

Momo, pieza capital

Con Vicente Gómez y Momo en el once titular -elegidos por Herrera para sustituir a Culio y Jonathan Viera-, la Unión Deportiva mezcló mejor. Por primera vez en mucho tiempo, el equipo amarillo plantó por delante del balón a un buen número de jugadores. David Simón y Ángel López, desde los laterales, ganaron metros para contener al Sporting. Y por dentro, escoltados por un Javi Castellano imperial, Hernán y Vicente Gómez se descolgaron para generar situaciones de superioridad en la medular y merodear la portería de Alberto García.

Justo por ahí dio el primer aviso Las Palmas. A la media hora de juego, Momo -sublime ayer para hacer jugar a sus compañeros de ataque- vio el desmarque de Vicente que, lanzado en el área, remató de cabeza para obligar a Alberto García a firmar un paradón. El susto no acobardó al Sporting, que en la siguiente acción lanzó un contragolpe que culminó Juan Muñiz con un lanzamiento alto (min. 31).

Tras tener bajo control la primera parte, a la Unión Deportiva le tocó sufrir después del descanso. El Sporting, que subió el voltaje del encuentro, dio un paso adelante para acorralar al equipo amarillo. El conjunto que entrena Abelardo encontró a Jony por la banda izquierda para martillear el área visitante y, de tanto insistir, obtuvo recompensa.

Un año después de la última vez, el Sporting vio como un árbitro le señalaba un penalti a favor -por un derribo de David García a Bernardo-. Juan Muñiz, en el minuto 65, no desaprovechó la pena máxima y superó a Casto para poner contra las cuerdas a la Unión Deportiva que, ante una situación angustiosa, ofreció una respuesta de categoría.

Herrera varió el dibujo táctico. Recuperó para la causa a Guzmán, retiró del campo a Araujo -una vez más desaparecido-, dio entrada a Ortuño y juntó a Valerón con Momo. El resultado fue excelente. Las Palmas empató de inmediato (min. 73) por medio de Aythami Artiles y, en el tramo final del partido dio sensación de equipo grande, capaz de jugar a todo, contra cualquier rival y en todos los escenarios posibles. La Unión Deportiva es como un todoterreno. No hay obstáculo que le detenga.