Tom Dumoulin dio un pequeño, pero significativo golpe a la Vuelta a España con un ataque en el adoquinado que sube a Ávila junto a sus imponentes murallas, que se abrieron ante el poderío del maillot rojo, firme en la defensa del liderato hasta el punto de endosar unos segundos a sus rivales directos.

Una acción que se produjo un cuarto de hora después de que el francés Alexis Gougeard (Ag2r), de 22 años, se plantara en meta como ganador de la decimonovena etapa, que unió Medina del Campo y la capital abulense. Fue el mejor de una escapada de 24 hombres que animaron la jornada.

Por detrás del ciclista de Rouen la fiesta era otra. Dumoulin se erigió en protagonista, se la jugó y avanzó en el objetivo de suceder a Joop Zoetemelk, el último holandés glorioso, ganador de la Vuelta 79 y del Tour 80. Un pasito en el tiempo: tres segundos a Aru y nueve a Purito Rodríguez, Quintana, Majka y Valverde; pero una gran zancada en lo moral.

Cansado del estrés que le supone que siempre le estén apretando las tuercas, el ciclista de Maastricht hizo probar a todos sus rivales su misma medicina. Una manera de marcar el territorio del favorito al primer escalón del podio de Madrid.

Resta la última batalla en la sierra de Madrid. Fuera caretas. Quien tenga fuerzas que lo demuestre hoy en el doble paso por el puerto de La Morcuera, por Navacerrada y Cotos. Dumoulin, ni se inmuta. Si le preguntan por Aru dice que "es simpático", aunque no habla con él porque el sardo no sabe inglés.