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Herbalife Gran Canaria Actualidad

Un año de nueva vida

Se cumplen 365 días del partido donde Kyle Kuric no pudo participar debido a fuertes dolores de cabeza, diagnosticados después como un tumor cerebral

Kyle Kuric celebra un triple ante el Montakit Fuenlabrada. QUIQUE CURBELO

Mañana, Kyle Kuric no vivirá un partido más frente al Lietkabelis. En realidad, ningún partido es uno cualquiera para el tirador norteamericano desde hace justo 365 días. Y es que hace un año, Kuric no podía casi ni sostenerse en pie enVitoria, lugar donde empezó una pesadilla que acabó con un final feliz. Porque hoy se cumple un año del inicio de la nueva vida de Kyle Kuric, que superó un tumor cerebral para vivir y volver a jugar al baloncesto.

Primer día de noviembre de 2015. En la festividad de Todos los Santos del pasado año, el Herbalife Gran Canaria visitaba al Baskonia en el Fernando Buesa Arena. La noche anterior había sido mala para Kyle Kuric. El escolta de Evansville sufrió unos fuertes dolores de cabeza que apenas le permitieron conciliar el sueño. Los analgésicos no hacían nada para aliviar aquel suplicio. Parecía una simple migraña, pero nada de nada funcionaba. Con aquella jaqueca era imposible comparecer sobre la pista del pabellón vitoriano.

Era el inicio de una semana que cambió por completo su vida. Una semana de la que ahora se cumple un año. Porque sin fuerzas para poder seguir con su equipo, que partía el lunes a Berlín para jugar frente al Alba en la Eurocup, Kuric se quedó en Barcelona para pasar consulta. Una visita al hospital que acabó con un grave diagnóstico: Kuric sufría un meningioma -un tipo de tumor cerebral-. Todo un trauma para el jugador, su familia, amigos y el propio club.

Rápidamente la maquinaria del Herbalife se puso a funcionar. Con Berdi Pérez, director deportivo del club, al lado, Kuric permaneció ingresado en la Clínica Teknon de Barcelona, donde fue intervenido de urgencia. Hasta tres veces tuvo que pasar Kyle Kuric por el quirófano en menos de un mes. La primera, para extirpar el tumor; la segunda para drenar un edema y, la tercera, para reconstruir su cráneo.

El 10 de diciembre, sólo algo más de un mes después del diagnóstico, Kyle Kuric aterrizaba en Gran Canaria de nuevo. "Me muero de ganas de volver a jugar, en marzo o antes", dijo nada más volver a la Isla. Lo que parecía una locura, un arrebato pedido por el cuerpo tras esquivar la muerte, se convirtió en realidad. Sus plazos no se cumplieron, pero en abril, ante el Valencia Basket y sólo 159 días después de su diagnóstico estaba listo. Pocos creían que volviera a jugar esa temporada y arrancó como más le gusta: triple al canto en el primer balón que recibió.

"Ahora sólo siento emoción al jugar. Mi mentalidad ha cambiado por completo", señalaba Kuric hace unas semanas en una entrevista publicada en este medio. A Kyle Kuric le dio tiempo de llegar al Playoff de la Liga Endesa ante el Baskonia, el rival contra el que todo comenzó.

El verano le sentó bien al de Indiana. Phoenix Suns lo reclutó para la Summer League de la NBA, donde firmó grandes números. El Granca lo renovó un año más y ahora responde. MVP de la Supercopa conquistada por los claretianos, promedia 11.8 puntos en los primeros seis partidos de ACB. Una historia de vida que continúa cada día.

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