"La sociedades son capaces de crecer por recordar su historia". Esta cita bien podría ser de cualquier filósofo histórico, pero el autor no es otro que Miguelo Betancor después de haber sido nombrado miembro del Hall of Fame (Salón de la Fama) del baloncesto español. La reflexión del árbitro la argumenta por su visión de que esta iniciativa ayudará a incrementar la importancia del deporte de la canasta y no acomodarse en el éxito actual del que disfruta el basket nacional.
Esta iniciativa, comandada por la Federación Española de Baloncesto y el Diario AS, pretende reconocer a las personalidades más relevantes del baloncesto en el país y que han hecho posible el impulso de este deporte a lo largo de la historia.
Ayer se dieron a conocer las doce primeras candidaturas, repartidas entre seis categorías (jugadores, entrenadores, árbitros, contribuidores, equipos e internacional), entre los que está incluido el colegiado grancanario,
Además, en la lista forman parte: Juan Carlos Navarro, Amaya Valdemoro, Juan Antonio San Epifanio Epi, Juan Antonio Corbalán, Emiliano Rodríguez, Fernando Martín ( in memoriam), Maribel Lorenzo ( in memoriam) y Arvydas Sabonis (internacional); los entrenadores María Planas, Pedro Ferrándiz y Antonio Díaz Miguel (in memoriam); el Club Esportiu Laietà, Ramón Trecet, Anselmo López ( in memoriam), Andrés Montes ( in memoriam) y la ciudad madrileña de Alcobendas (extraordinario).
La selección absoluta femenina de 1993, en la que formaba parte la madrileña Blanca Ares, pero formada en las filas del CB Islas Canarias, ha sido incluido en la lista de equipos honrados por ser la primera selección de mujeres que se alzó con una medalla de oro, la lograda en el Eurobasket que se disputó en Perugia (Italia).
Trayectoria impecable
La figura de Miguelo Betancor en el mundo del arbitraje es un ejemplo a seguir. En su vida pitó 999 partidos de Liga (600 en la ACB), 400 internacionales, 14 finales de liga, 9 de Copa del Rey, 2 Final Four de Euroliga, 4 Torneos de las Américas, 4 finales de la Copa Korac, 2 finales de la Copa Liliana Ronchetti; además de participar en 2 Mundiales y 3 Eurobasket.
Pero la guinda del pastel de la trayectoria del árbitro grancanario fue cuando se convirtió en el primer juez español que dirigió una final olímpica. Ese día llegó en los Juegos de Atlanta en 1996 cuando tuvo que pitar el Yugoslavia 69, Estados Unidos 95.
"Todo el mundo se acuerda de la final olímpica. Todavía me lo dicen por la calle cuando me ven. Sin ir más lejos, el otro día fui a renovar el DNI y el policía que me tocó, aparte de reconocerme, me dijo en broma que no quería hacerlo porque era del Real Madrid y le había perjudicado muchas veces", expresa entre risas Betancor.
Pero este camino de logros sobre la pista, tuvo un origen y Betancor se lo atribuye a la escuela canaria de árbitros que se encargó de formar y que según sus palabras: "me dio la oportunidad de enriquecerme como persona, además de crear un estilo propio".
Una escuela de la que ha sido parte otras autoridades del silbato como Pedro Hernández Cabrera, Juan Carlos Arteaga o Paco Araña, que continúa en activo.
Con el reconocimiento por parte de la familia baloncestística española hacia la figura del árbitro a través de él, Betancor resalta que siempre se ha "sentido querido", a pesar de "muchas veces ser los malos de la película".
Y para ello pone un ejemplo que sería la anécdota de su carrera deportiva. A pesar de haber arbitrado a estrellas del baloncesto internacional como Shaquille O'Neal o Karl Malone en aquella final olímpica de 1996, Betancor se queda con un partido de juveniles en la cancha de la calle Obispo Rabadán. "Pité un Claret-Telde, en el que los colegiales ganaron de 40 puntos y al final del partido vino un jugador del Telde a decirme que se sentía orgulloso de que alguien como yo le hubiese pitado una falta".
Reconocimiento que le llegó desde la base de este deporte y que el colegiado espera algún día que también tome una perspectiva en la que "los árbitros sean considerados unos deportistas, no solo un perfil profesional", denuncia Betancor.
