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Entrevista: Faustino García Márquez

"El balance de nuestro atractivo paisajístico sigue siendo positivo"

"La afluencia turística no ha provocado un alivio en la situación económica y social de la mayoría de la población", manifiesta el arquitecto

"El balance de nuestro atractivo paisajístico sigue siendo positivo"

El arquitecto Faustino García Márquez, hijo predilecto de Gran Canaria y autor de pasadas normas autonó,icas sobre ordenación y planificación y desarrollo territorial, contempla con preocupación las consecuencias previsibles con la entrada en vigor de la polémica Ley del Suelo. "Ya dejamos una huella ecológica diez veces superior a la superficie del Archipiélago", declara.

La nueva Ley del Suelo de Canarias ha reavivado su activismo a favor de un desarrollo sostenible, que usted prefiere llamar "duradero". En pocas palabras, ¿cuáles son sus argumentos contra esa Ley?

Fundamentalmente, estoy convencido de que esa Ley propugna un nuevo modelo de territorio para Canarias basado en el crecimiento económico sustentado por la ocupación de suelo y la construcción. Creo que la Ley se apoya, para ello, en tres pilares fundamentales: En primer lugar, la reducción del control administrativo sobre el territorio, entregándolo a las administraciones con menos medios. En segundo lugar, la expansión de los proyectos e instrumentos excepcionales y de oportunidad a costa del planeamiento del territorio y, en tercer lugar, la reducción de la protección y conservación de las partes más valiosas del territorio canario que engloban al suelo turístico y a los espacios con valor patrimonial o paisajístico.

¿Cuáles son los principales puntos de contradicción con la Ley de Directrices de Ordenación General y del Turismo que usted redactó y que queda ahora derogada?

Básicamente, lo relativo al desarrollo territorial sostenible, un objetivo que venía persiguiendo la legislación y ordenación territoriales desde el año1987 hasta 2003 y que se basa, fundamentalmente, en la implantación de sistemas territoriales más compactos y más contenidos, menos invasivos y, sobre todo, más eficientes, que favorezcan el acceso de los ciudadanos a los servicios básicos y reduzcan su necesidad de movilidad, la cual a su vez, provoca nuestra mayor contribución al calentamiento global con las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el transporte terrestre.

Usted fue jefe del Servicio de Planificación Territorial del Gobierno de Canarias. ¿Han cambiado tanto las ideas como para producir este conflicto?

No en la disciplina, ni en la ordenación del territorio o urbanísticamente hablando. En el ámbito político, en cambio, sí. Desde 2007 y, sobre todo, 2009, se ha ido produciendo un cambio de perspectiva desde el Gobierno de Canarias y los Ayuntamientos mediante el intento de aprovechar todas las oportunidades de crecimiento económico que podía ofrecer el territorio porque no parece que otros espacios con valor económico se prestaran al mismo. La prueba se palpa en que la afluencia turística muy intensa en los últimos años no ha provocado un alivio en la situación económica y social de la mayoría de la población. Desde el punto de vista disciplinar, no ha habido cambios en esa postura. De hecho, ni el programa Hábitat 3 dela ONU para las ciudades, ni las estrategias de la Organización para el desarrollo sostenible han cambiado, sino que se han intensificado, en el sentido de intentar acabar con la pobreza procurando intensificar la de los países en desarrollo y limitando el consumo de los desarrollados.

El vaciamiento de competencias de la COTMAC no nace con la nueva legislación, es polémico desde que ese organismo existe. ¿Qué o quiénes han ganado esta "guerra"?

Han ganado los contrarios a la COTMAC, pero es una victoria falsa. Al respecto, cuando hablamos de este organismo nos referimos a un órgano colegiado integrado por cargos directivos políticos del Gobierno de Canarias y con presencia de representantes de Cabildos y de la FECAM. A la hora de tomar decisiones autonómicas sobre el territorio siempre tendrá que haber un órgano político colegiado, se llame COTMAC u otra cosa, lo señala la Ley. Considero que el planteamiento de la guerra a esta Comisión es más un problema político de siglas y de "resquemores psicológicos" que no tienen fundamento racional ni sentido lógico en realidad.

Su dimisión como director de la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible, ¿obedece a la gestación de esta discordia?

Sí, precisamente dimití en 2008 porque el Gobierno aprobó la primera ley que claramente apostaba por este nuevo modelo territorial que la Ley del Suelo consolida mediante la Ley 6/2009 de Medidas Urgentes y que yo consideraba frontalmente contraria a los objetivos de la Agencia como Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible. Había formulado varios informes argumentando esta contradicción y ofreciendo alternativas, pero como el Gobierno optó por seguir adelante con el nuevo modelo territorial me tuve que marchar yo.

Territorio, paisaje, turismo... Todo está implicado en la polémica. ¿Cómo es el equilibrio que usted defiende para un desarrollo armonioso que no comprometa el futuro?

Efectivamente, el paisaje es sólo la visión cultural del territorio, es decir, el territorio observado por las poblaciones. Y el turismo encuentra en el paisaje de las Islas uno de sus atractivos. El equilibrio en estas condiciones es difícil, pero posible, y se basa en establecer límites. En las Islas somos ya todos los días dos millones y medio de personas, entre residentes y turistas, lo que significa que dejamos una huella ecológica superior a diez veces la superficie del Archipiélago. Necesitaríamos más de diez Archipiélagos para crear los productos que consumimos y para absorber los residuos que generamos. La crisis de los vertidos de este verano es sólo un pequeño síntoma de dicha situación. La solución viene establecida, desde 1987, por el Informe de las Naciones Unidas: Nuestro futuro común, que se basa en establecer límites. No podemos estar cinco, diez o quince millones de personas sobre nuestros 7.400 kilómetros cuadrados porque este crecimiento afecta al territorio, al paisaje y al turismo, y eso sin contar con fenómenos externos que no estamos combatiendo adecuadamente como al referirnos al calentamiento global.

El turismo es la principal industria de Canarias, pero la masificación turística ya provoca rechazo en otros destinos españoles. ¿Ocurrirá también en nuestras Islas?

Si seguimos en esta carrera de crecimiento, evidentemente. Aquí todavía no ha explotado el problema de las casas vacacionales, pero empieza a ser evidente la saturación de determinadas playas y recursos paisajísticos, culturales o recreativos. No hay más que subir al Roque Nublo o al Teide a media mañana en plena temporada, o que recorrer Lanzarote y ponerse a hacer cola en los centros turísticos del Cabildo. Esta situación, unida al resto de factores del calentamiento global, puede terminar deteriorando el atractivo de las Islas de una forma apreciable y fatal.

Siempre hablamos de diversificación económica, pero nada nace que no sea más turismo...

Parece que no sabemos hacer otra cosa que turismo y construcción vinculada al mismo. Es cierto que es difícil desarrollar eficiente y suficientemente otras fuentes de recursos, como son la investigación, el conocimiento, la cercanía al continente africano, las agriculturas especializadas, la biodiversidad y otras de las que se habla más de lo que se hace. Y la prueba está en que la apuesta más trascendente e importante del Gobierno en esta legislatura ha sido la Ley del Suelo, o sea más turismo, más construcción, más consumo de territorio. Seguimos impulsando nuestro moderno monocultivo sin apostar decididamente por una auténtica diversificación de la economía.

Afirma que hacer del territorio un instrumento económico es un error fatal. ¿Aún lo considera reversible?

Sí. Todavía las Islas, gracias a su topografía, belleza y biodiversidad guardan ocultos o semiocultos múltiples tesoros. Estoy convencido de que el balance de nuestro atractivo paisajístico sigue siendo, hoy en día, altamente positivo, a pesar de nuestro empeño en destruirlo, pero esta situación puede terminar pronto si continuamos empeñados en promover el consumo y la dispersión de actividades sobre el territorio.

También aconseja estar vigilantes ante los nuevos instrumentos excepcionales de ordenación. ¿Cuáles son las amenazas?

Precisamente el aumento de la dispersión y la intromisión de actividades, usos y artefactos extraños dentro de los que todavía, junto con el clima, constituyen nuestra principal riqueza: el medio natural y rural.

Muchos de los que escuchan sus conferencias quedan impresionados de su lucidez en el análisis de estos problemas. ¿Puede resumir su línea de pensamiento?

No se puede tratar mal a lo que se ama. No hacen falta leyes para proteger lo que realmente estemos convencidos de que es imprescindible para nuestra vida, nuestra forma de ser y nuestro futuro . No se destroza aquello que sabemos que no es nuestro, ni del Estado, ni de la Comunidad Autónoma, sino de todas las generaciones que nos van a sustituir en esta tierra. Si nos convenciéramos realmente de estas sencillas verdades y actuáramos en consecuencia, nos ahorraríamos muchos problemas y no les dejaríamos a nuestros descendientes la herencia que amenazamos con dejarles.

¿Qué diría en este momento a los negacionistas del desarrollo sostenible?

Que un refrán muy simple reza: "Pan para hoy, hambre para mañana". El sobreconsumismo, el oportunismo en el consumo de recursos, incluido el territorio, como si fueran eternos, es simplemente suicida.

A pesar de sus advertencias, si no es precisamente por ellas, ha sido nombrado Hijo Predilecto de Gran Canaria. No parece muy coherente...

Creo que mis advertencias lo que tienen por objetivo es justamente mejorar y conservar Gran Canaria y ello no es sólo el producto de un pensamiento profesional o político, consecuencia de una determinada trayectoria personal, sino el de muchos años conociendo esta Isla y algo menos el resto, caminándolas con amigos, discutiéndolas con compañeros y siempre admirándolas. Si esos son méritos suficientes o no para verme nombrado Hijo Predilecto, por suerte no me toca a mí valorarlo porque jamás me daría un premio a mí mismo.

¿Volverá a decir en una viñeta lo que sienten muchos canarios que no tienen voz?

Esa fue una etapa preciosa de mi vida y la estiramos... Con esto me refiero a que se produce una simbiosis imprescindible entre el humorista y el medio en que publica su humor. Si no hubiera sido por El Conduto de Cho Juá (Eduardo Millares) o por Sansofé y otros medios en que tuve la suerte de publicar mis escritos y dibujos, nunca lo habría hecho o se habría quedado todo en las largas cartas que escribía a mi esposa cuando estudiaba en Madrid y era mi novia. Pero en los últimos años quizá no he tenido el tiempo, la tranquilidad y, sobre todo, el lugar en que publicar humor. Y sin ese medio es difícil que vuelva a dibujar.

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