Sin coleta y sin rastas despide este año Podemos. El adiós de Pablo Iglesias el pasado mes de mayo puso punto a la carrera política de uno de los personajes más importantes de la izquierda española en las últimas décadas, una baja en la formación morada a la que se sumaba en octubre la del exdiputado tinerfeño Alberto Rodríguez, que anunció también su abandono de la militancia y el partido. En el extremo opuesto del arco de la actualidad política destaca la grancanaria Carolina Darias que, a finales de enero, fue designada por Pedro Sánchez nueva ministra de Sanidad en sustitución de Salvador Illa, poniendo en manos de la dirigente canaria la campaña de vacunación contra la Covid 19, una labor que Darias cumplió de manera sobresaliente situando a España como referente internacional en la inmunización de la población frente a la pandemia.
El secretario general de Unidas Podemos, que abandonó la vicepresidencia del Gobierno para liderar la batalla electoral por Madrid contra Isabel Díaz Ayuso, se echaba sobre los hombros toda la responsabilidad del decepcionante resultado de la formación al no haber logrado ser el revulsivo que pretendía cuando decidió dejar su cargo junto a Pedro Sánchez.
Alberto Rodríguez, por su parte, anunciaba en mayo que se desligaba del partido aclarando que nada tenía que ver con su decisión la investigación del Tribunal Supremo por un presunto delito de atentado a la autoridad al considerarle autor de la patada que recibió un policía, el 25 de enero de 2014 en La Laguna (Tenerife), durante una manifestación contra el entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert. «Tras estos dos años de dejarme lo más valioso que tengo: la vida, el tiempo y la energía, creo que toca cerrar una etapa. Renuncio a presentarme a las primarias para formar parte de la dirección del partido», explicó en un vídeo publicado en las redes sociales.
Unos meses antes era la política grancanaria Carolina Darias quien centraba la atención de los medios de comunicación como ministra de Sanidad en sustitución de Salvador Illa, que se presentaba como candidato socialista a las elecciones en Cataluña, una cita con las urnas donde consiguió el mayor número de votos aunque no fueron los suficientes para formar gobierno. La suma de ERC, Junts, CUP y PDeCAT dejaba a Illa sin posibilidades. Tres meses después Pere Aragonès, de ERC, era investido presidente de la Generalitat.
En esa misma línea, el Gobierno concedió en junio los indultos parciales a los nueve líderes presos del procés tras un Consejo de Ministros de cuatro horas. Pedro Sánchez defendió las razones de «utilidad pública» para concederlos además de insistir en que se trataba de la «mejor decisión» para Cataluña y para el resto de España. Las penas a los líderes catalanes quedaron conmutadas (tanto por sedición como por malversación) aunque ya habían cumplido más de tres años y medio de condena.
Sólo un mes más tarde, el Gobierno efectúa una remodelación para afrontar los 30 meses que quedan de legislatura con la «incorporación de mujeres y hombres jóvenes de valía extraordinaria, muy curtidos en el servicio público y con un espíritu de cercanía a los ciudadanos». La estructura ministerial se ha mantenido, pero se redujeron las vicepresidencias a tres, siendo Nadia Calviño la vicepresidenta primera, Yolanda Díaz la vicepresidenta segunda y Teresa Ribera la vicepresidenta tercera. El 2 de septiembre, además, Sánchez elige al canario Héctor Gómez portavoz del PSOE en el Congreso.
Pero si algo caracterizará este 2021 es el encarecimiento de la factura eléctrica, que desangra el bolsillo de los ciudadanos sin que las autoridades hagan nada por evitarlo.
