YPF obtuvo un beneficio de 756 millones de pesos argentinos (126 millones de euros) en el tercer trimestre del año, lo que supone un descenso del 51% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, anunció la compañía.

La caída de las ganancias se produce en el primer trimestre de actividad enteramente estatal de la petrolera argentina, después de que en abril el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ordenara la intervención de YPF y de que en mayo el Congreso aprobara la ley de expropiación.

La petrolera incurrió durante el trimestre en un pago diferido de impuestos por valor de 408 millones de pesos (68 millones de euros), lo que, sumado a un incremento del 26% en el coste de ventas, contribuyó al empeoramiento del resultado.

En todo caso, el aumento de los precios de los hidrocarburos elevó en un 15% los ingresos de la compañía, que alcanzaron los 17.378 millones de pesos (2.896 millones de euros).

La compañía invirtió un total de 4.100 millones de pesos (683 millones de euros) en producción durante el tercer trimestre. De este importe, el 80% se financió con fondos propios.

Dividendo.

Por otro lado, el consejo de administración de YPF ha aprobado el reparto el próximo 19 de noviembre de un dividendo de 0,77 pesos por acción.

Este importe le obligará a repartir 303 millones de pesos (50 millones de euros) entre sus accionistas, entre los que figura Repsol, cuya participación tras la expropiación es del 12%. De esta forma, la petrolera española recibirá unos 6 millones.

Al 6% que le quedó a Repsol tras la expropiación por parte del Estado de un 51% de su 57%, se suma otro 6% asumido por la compañía tras la ejecución de garantías por créditos impagados del Grupo Petersen.