El crecimiento de la presión fiscal, la falta de créditos bancarios, la atonía del consumo o las altas tasas de paro son algunas de las características del sistema económico español actual. Ante tal panorama, parece complicado encontrar una única fórmula que reactive la economía y deje atrás la crisis que desde hace cinco año padece el país.

Para algunos expertos el camino a seguir pasa por incentivar el consumo y el poder adquisitivo de las familias. Para otros lo importante es llevar a cabo un modelo de crecimiento sostenible y racional que se distancie del consumismo compulsivo y que dé la espalda a la producción de artículos con fecha de caducidad programada para incitar a su continua compra.

En esta última línea se encuentra la opinión de Rosa María Batista, profesora del departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). "El consumo por el consumo no va a ser posible, porque para eso se tendría que abrir de nuevo el crédito de manera indiscriminada, algo imposible. A ello se suma el alto índice de la población que no tiene trabajo y que no está como para gastar alegremente", explica.

Batista considera que para establecer ese consumo racional los impuestos deberían tender a disminuir aunque "es ilógico pensar que lo vayan a hacer a corto plazo, por mucho que a mi me duela". En su opinión, la coyuntura actual que atraviesa el país obliga a que "si se quiere mantener el estado del bienestar y todo el mundo quiere seguir teniendo el hospital y el colegio o la universidad públicos, habrá que costearlos de alguna manera, y eso no es sencillo".

Reactivar el consumo

Mariano Sanginés, director de Renta 4, considera, no obstante, que lo mejor que podría pasar es que la administración pública cesara su afán recaudatorio para dejar el dinero en manos de los ciudadanos. "En periodos inestables como el actual, si recaudas menos impuestos el particular o las empresas aumentan su ahorro y no gastan tanto, pero esa situación a largo plazo se invierte porque al final la gente se cansa de ahorrar cuando ya tiene cubiertas unas expectativas y lo que le gusta es gastar y consumir", explica.

Al hilo de esta postura, el economista Óscar Bergasa sostiene que solo reactivando el consumo y la inversión volverá a crecer la economía española. "Eso solo se puede conseguir mediante políticas de estimulo de carácter público, que no necesariamente tienen que implicar una reducción en los impuestos, sino que pueden basarse en un incremento del gasto público para que la actividad económica se reanude", apunta. Para él, la inyección de liquidez es fundamental, "cosa que no está ocurriendo".

Al igual que Bergasa, el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Fernando Redondo, sostiene que los ajustes hechos por el Gobierno central han perjudicado a la recuperación económica del país. "Creo que los políticos se equivocaron en sus cálculos, pensando que los recortes no iban a repercutir de la manera que lo han hecho, y no es solo que hayan puesto en peligro todo el estado del bienestar al deprimir más la economía, sino que el consumo prácticamente ha desaparecido y también el ahorro", señala Redondo.

Mientras, Batista asegura entender "que se hayan subido los impuestos a corto plazo si queremos que todo siga manteniéndose, porque el sistema público anterior a la crisis no era sostenible". Su colega de la ULPGC, María Victoria Ruiz, profesora del departamento de Economía Financiera y Contabilidad, también centra sus miras en el futuro con un crecimiento sostenible. "El crédito y los préstamos, en su justa medida, son necesarios para cualquier economía pero hay que racionalizarlos", comenta.

Ruiz opina que subiendo los tipos impositivos lo único que se consigue es que se consuma menos y haya menos recaudación. "Se le quita a la gente su capacidad adquisitiva para poder gastar en las empresas y que éstas, a su vez, sobrevivan", explica.

El economista Antonio González Viéitez está convencido de que "hay una pequeña minoría que se está aprovechando de la crisis para destruir el estado del bienestar y salir adelante con sus intereses". Asegura que para que España salga de la crisis no hay que bajar los salarios ni quitar los derechos a los trabajadores , "porque por muy barato que sea despedir, los empresarios no harán contrataciones si no venden sus productos y servicios".

González Viéitez afirma que mientras el sistema financiero español "pueda comprar en deuda y obtener garantía absoluta" no dará crédito. "Y si un sistema financiero al que se inunda de liquidez no da crédito es que ese sistema ni funciona ni sirve. No tiene sentido seguir inundando el sistema financiero privado de liquidez", apunta.

Otras de las cuestiones que Sanginés destaca como contraproducentes para incentivar el consumo de las familias es la duda que, a su parecer, siembra el Ejecutivo de Mariano Rajoy sobre el devenir del país. "El sistema no crea la estabilidad necesaria para potenciar el consumo porque se lanzan mensajes contradictorios y nunca queda claro si los impuestos van a subir o bajar, aunque al final siempre acaban subiendo", relata.

Batista y Ruiz consideran que una de las mejores opciones para afrontar la reactivación de la economía se sustenta en el apoyo a las nuevas empresas. "La economía debe seguir creando valor arropando al emprendedor y a las pymes, que son las que crean empleo", apunta Batista. A lo que Ruiz añade que las empresas que van surgiendo "cubren necesidades reales porque no nos sobra como para gastar en cosas superfluas".