La sonrisa de Reinaldo Montesdeoca da cuenta de la felicidad que siente. El mes pasado inició una nueva etapa en su vida. Tras 46 años trabajando en el Grupo Galaco, que surgió tras la fusión en 1997 de Atlántico S. A. y Comercial J. Galarza S. A, Montesdeoca se jubiló. "Soy completamente feliz y ahora doy paso a las nuevas generaciones", asegura.
El empleado con mayor antigüedad de la empresa, sin contar al presidente de la misma, Joaquín Galarza, se despidió a sus 64 años de sus compañeros con la emoción contenida. Era una jornada diferente, de sensaciones especiales tras echar el cierre a un importante tramo de su vida. Aun así, quiso vivirlo con naturalidad. "Fue un día normal", relata, "salvo porque despaché con la persona que me sustituía".
Agradecido por las felicitaciones y muestras de cariño que recibió por parte de familiares, compañeros y amigos, Montesdeoca cuenta que aterrizó en la compañía -dedicada a la distribución de tabaco, alimentación, droguería, bebidas alcohólicas y otros productos-, el 1 de marzo de 1970 como "chico para todo" en Atlántico S. A.
Pero este no fue su primer trabajo. De origen humilde, desde muy joven tuvo que empezar a trabajar y labrarse un futuro. Montesdeoca es natural de Arbejales, pago de Teror. "Había muchas necesidades, no como hoy que todo está al alcance", sostiene.
En aquel entonces fue monaguillo en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de su barrio cuando Faustino Alonso era párroco, una etapa que rememora con afecto. Precisamente el mismo sentimiento con el que habla de Juan de Dios, exalcalde de la villa mariana, del que fue compañero de pupitre antes de iniciar su andadura en Las Palmas de Gran Canaria, lugar al que se mudó su familia para intentar ampliar sus horizontes.
Con apenas once años repartía pan en la barriada de San Francisco. Mantuvo este oficio hasta los 14, edad con la que empezó en una tienda de aceite y vinagre situada en Guanarteme. Allí permaneció hasta los 17 años. En esa época compaginaba su trabajo con estudios de contabilidad y administración comercial en una academia del barrio capitalino de San Nicolás, lo que requería bastante esfuerzo porque tan solo podía estudiar por las tardes o las noches.
Y de repente, llegó la oportunidad que marcó su vida. Su primo Jerónimo Montesdeoca le comunicó que en Atlántico S. A. hacía falta personal. Empezó de "botones", comenta entre risas, y pasó luego al departamento de Marketing.
En 46 años ostentó diferentes cargos, pero destaca el de responsable de las áreas de Tabaco y Alimentación y el de jefe regional de ventas de las marcas tabacaleras distribuidas por Galaco. El mes pasado se despidió de sus compañeros como responsable del departamento de Hostelería, Restaurantes y Cafeterías y, echando la vista hacia atrás, destaca el provecho que sacó de los cursos de formación y reciclaje impartidos por la empresa para ejercer su labor.
La satisfacción por el trabajo bien hecho y el compromiso adquirido en casi medio siglo también le acompañarán siempre. "Me ha gustado lo que he hecho y me he sentido identificado", expone. Por eso siente nostalgia ahora. "La empresa me ha dado la oportunidad de conocer infinidad de personas", reconoce, "pero también por la posibilidad de viajar por todo el Archipiélago, la Península y a otros países como Estados Unidos, Suecia, Portugal, Francia o Dinamarca".
Su tiempo, a partir de ahora, quiere dedicarlo a viajar y a sus hobbies. Montesdeoca es directivo de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas y, dentro de este organismo, presidente del Comité de Fútbol Veterano. Además es el mánager del equipo de veteranos Atlántico Alucardsa Canarias. "Tengo salud para continuar disfrutando de la vida y sobre todo del fútbol", concluye.
