Las exportaciones españolas alcanzaron en 2016 la cifra récord de 254.500 millones de euros. Esto permitió reducir el déficit comercial de mercancías pero no suprimirlo. El objetivo de hacer de España la 'Alemania del sur' (un país con superávit comercial) mediante la devaluación interna fue efímero.
Aunque el alza exportador se atribuye a la reforma de 2012, las ventas al exterior de España -Canarias queda fuera de esa tendencia- acumulan siete años consecutivos de incremento tras el hundimiento internacional de 2009, y su mayor crecimiento se produjo antes de la reforma. Entre 2009 y 2011 aumentaron en 55.341 millones en sólo dos años, a una tasa media anual del 17,3%. Desde la reforma crecieron en 39.416 millones en cinco años, a un promedio del 3,66%. El año pasado sólo avanzaron el 1,7%. Y esto a pesar de la ayuda extraordinaria del diferencial de inflación, que fue más negativo en España que en la UE (nuestro principal mercado) entre agosto de 2013 y noviembre de 2016. Esto también se atribuyó a la devaluación salarial, que permitió reducir costes. Pero los datos ministeriales apuntan a que España perdió competitividad pese a ello en 2012-2013 frente a la UE y la OCDE, y que la mejoró desde entonces. El factor crucial fue el abaratamiento del petróleo desde 2014, que favoreció más a España. De modo que bastó la recuperación del precio del crudo para que todo se haya dado la vuelta: España fue en enero el tercer país más inflacionario de la UE tras Bélgica y Letonia.
