¿A cuánto asciende esta inversión de Lopesan en República Dominicana?

Alrededor de 400 millones de euros para el total del máster plan.

¿Es la más importante acometida hasta el momento por el grupo?

Sí. El Villas del Conde fueron 132 millones; el Costa Meloneras, 120, y el Baobab, 140.

¿Por qué un grupo netamente canario desarrolla su mayor inversión tan lejos?

Nosotros lo vemos con mucha pena, porque tenemos parcelas clasificadas y urbanizadas en Canarias. Por ahí pasaría nuestro desarrollo natural, pero nos hemos tenido que ir fuera porque no conseguimos permisos en nuestra propia isla. Desde que empezamos a desarrollar los planes en República Dominicana han transcurrido solo seis o siete meses y ya tenemos todos los permisos.

¿El trámite es menos exigente en República Dominicana?

No, tenemos que superar los mismos escalones que en el Archipiélago. Tienes que pasar por obras públicas, medio ambiente..., los mismos filtros que en España.

¿Dónde estriba entonces la diferencia?

En que aquí los presentas y te contestan en tiempo y forma. Si no cumples, te plantean las dudas y modificas el proyecto. Aquí es la Administración la primera interesada en facilitar los permisos y esa es la diferencia con Canarias, donde ni te contestan. En República Dominicana, el sector público sí está al servicio del promotor en cuanto a facilitar el cumplimiento de la ley y en avanzar cuando la idea no se ajusta. El último hotel que abrimos fue en 2009, el Baobab. Han pasado nueve años y no tenemos permiso para ninguna otra inversión en Meloneras y el Baobab se pudo hacer porque el proyecto entró antes de la moratoria. De hecho, lo inauguramos en plena crisis, algo poco recomendable que nos llevó a solicitar una ampliación de plazos. Nos respondieron que querían que se perdiera el plazo para perder la licencia, así que tuvimos que llevarlo adelante para no tener que volver a la casilla de salida.

Canarias no amplía su oferta...

Gran Canaria, Tenerife sí tiene planes para crecer.

Le planteo que otros destinos como este sí crecen mientras Gran Canaria no lo hace. ¿A dónde conduce eso?

No tiene sentido no crecer cuando hay demanda, y siempre de una manera sostenible. No digo que se permita volver a los 70 y se permita todo. Ni blanco ni negro, gris.

¿Estamos corriendo riesgos graves y se arriesga Gran Canaria a una mayor diferencia con Tenerife de la que existe en la actualidad?

Este año empezamos a bajar porque los competidores como Turquía o Egipto vuelven y no hemos consolidado el turismo prestado. No podemos competir dando tres estrellas por el mismo precio que otros dan cinco. Construir en el suelo que ya está urbanizado en Gran Canaria garantiza el desarrollo para los próximos quince años.

¿Entraña riesgos no crecer? ¿Canarias se la está jugando?

Nos estamos jugando no estar en el lugar que nos corresponde. Estamos en un lugar privilegiado con respecto a Europa en invierno, pero las cosas no son como antes. A la gente ya le da lo mismo estar en el avión cuatro u ocho horas. Crece la competencia en invierno no como para hacernos mucho daño, pero en verano, con una infraestructura mejor, podríamos defendernos de manera más efectiva. Lo tenemos todo, pero por dejadez nos estamos quedando atrás. Nos hemos creído que somos los mejores, ese es el primer problema del destino. Nos creemos que todos los visitantes tienen la obligación de visitar Gran Canaria porque tenemos el sol y la playa. En Tenerife lo hacen de manera distinta, sí salen a buscar mercados.

¿Y eso de traer menos turistas que gasten más?

La manera de lograrlo es hacer más camas. Un cliente no va a pagar más por Playa del Inglés, ese producto ha alcanzado su techo. No hay opciones para alojar a esos visitantes. Ya somos un destino caro. Meloneras está en una media de 200 euros por noche, casi el doble de Playa del Inglés.

Aparte de Meloneras, ¿dónde más se puede crecer?

Hay que renovar la planta de Playa del Inglés y en algunas zonas lo ideal es unificar por manzanas y construir algo nuevo que pueda generar economías de escala y ofrecer un producto acorde con los tiempos. Hay otras zonas donde también hay parcelas urbanizadas y clasificadas.

¿Por qué Lopesan no está en Tenerife si allí sí hay un plan de crecimiento?

Siempre hemos estado en Gran Canaria y Fuerteventura y es donde tenemos terreno clasificado. Ir a Tenerife a comprar suelo no tiene sentido cuando ya lo tenemos en otros sitios. Además, nuestra filosofía no pasa por hacer hoteles, sino destinos y aspiramos a completar Meloneras. No buscamos parcelas para hacer hoteles de 300 habitaciones. Podemos cogerlos de ese tamaño para gestionarlos. Tenemos dos acuerdos prácticamente cerrados en este sentido.

¿No venía la Ley del Suelo a remover los obstáculos de los que se queja?

La Ley del Suelo, el artículo 47... un montón de medidas que caen en saco roto. Sobre el papel se acortan los plazos, pero de nada sirve si el ayuntamiento luego no contesta. Si el silencio fuera positivo, perfecto. Entonces veríamos a las administraciones contestar en tiempo y forma.

¿Van a tener que bajar los precios?

Mantenerlos ya es bajarlos y claro que no van poder subirse. De la subida de precios quienes más se han beneficiado son los complejos que estaban para cerrar y renovar, y no lo han hecho porque se llenaban.

¿Y el sector público ha hecho los deberes?

Ha faltado un plan. En muchos casos se ha renovado por renovar. Se han adecentado, por ejemplo, miradores, que han quedado muy bien, pero deberían haber puesto más atención a los lugares en donde están los turistas. Un ejemplo es el Anexo II, que es la puerta de entrada a la playa más transitada.

¿Seguirán creciendo en República Dominicana cuando terminen las 2.500 camas?

Queremos consolidarlas y nos parecen suficientes aquí. Lo siguiente sería saltar a otro destino caribeño como México. No tenemos nada allí, pero debería ser el movimiento natural y con la misma estrategia que aquí.

¿En cuánto tiempo esperan rentabilizar esta inversión de 400 millones de dólares?

Si todo va bien, deberían bastar ocho años.

¿Con qué mercados trabajarán?

Mitad europeo y la otra mitad, estadounidense y canadiense.

¿Cuál es el espíritu de este proyecto dominicano?

Básicamente el mismo que en Meloneras. Tenemos un terreno más pequeño, unos 425.000 metros cuadrados para albergar 2.500 camas, las que suman juntos el Costa Meloneras, el Villa del Conde y el Baobab, más o menos. Queremos traer ese concepto.

¿El casino lo explotarán?

Lo estamos mirando pero aquí solo el propietario del hotel es quien puede pedir la licencia. Luego puedes arrendarlo si lo quieres.

¿Cómo es el reparto de ingresos actual por destinos?

En ingresos y resultado final, Canarias aporta el 75%; Alemania, el 15%; República Dominicana, el 8%, y Austria, el 2% restante. Cuando tengamos disponibles las 2.500 camas aquí, la proporción se acercará al 60% en el Archipiélago y el 40% en destinos internacionales. Lógicamente, el peso de Gran Canaria se diluirá al no crecer y sí hacerlo otros destinos.