La historia de Toyota permite hablar de ella como "una compañía disruptiva" y así se refirió a ella ayer durante la celebración de su cuadragésimo quinto cumpleaños en las Islas el consejero delegado de Toyota Canarias, Ismael Alemán. Le cabe el calificativo porque solo aplicándosele puede entenderse que una empresa que revolucionó el sector textil en Japón en el inicio del siglo XX se colocara solo 30 años después a la cabeza de la innovación en el sector de la automoción.
Ese "giro de 180 grados" al que aludió el primer ejecutivo de la marca nipona en el Archipiélago propició que hoy haya tres generaciones de canarios, "abuelos, padres y nietos", que han decidido confiar su movilidad a Toyota. La "lealtad" de la clientela es, a juicio de Alemán, además de "un orgullo", uno de los principales motores que mueven a quienes trabajan en la compañía.
"Esa confianza que depositan en nosotros la tenemos que devolver en forma de fiabilidad, producto y servicio", señaló el consejero delegado de la empresa que ayer celebró su 45 aniversario. En "un momento tan importante para el sector del automóvil" como el actual, lograrlo pasa necesariamente por la investigación y la innovación.
Otros pueden afrontar con temor ese reto, pero para Toyota no tiene secreto. Su devenir ha estado marcado por ver cómo una tras otra "se han cumplido las cosas" que los rectores de la compañía pensaban "que se podían cumplir". Solo aplicando esta aseveración de Alemán puede entenderse que hace 40 años ya se investigara para la construcción de un motor híbrido.
En aquel tiempo eran las crisis que desataba la volatilidad de los precios del petróleo las que impelían a trabajar en ese campo, pero en pocos años se reveló que los avances alcanzados colocarían a la compañía al frente del cambio de rumbo en la lucha desde la automoción contra el cambio climático y la contaminación en general.
"Está claro que es una marca con mucho futuro. Si me dieran a escoger, sin duda elegiría trabajar aquí", aseguró Alemán.
