Llegado al punto de inflexión el ciclo del turismo e iniciado su declive, fueron la construcción, la industria y las exportaciones los sectores que tomaron el relevo y mantuvieron al alza el producto interior bruto canario (PIB) durante el pasado año. Así lo sostiene el Panorama de Canarias elaborado por Bankia Estudios, en el que los analistas constatan "un incremento cercano al 2,3%" de la economía de las Islas en 2018, dos décimas por debajo de la media estatal.
Ahora bien, los analistas de la entidad financiera alertan de que el año actual "arranca en un entorno de mayor incertidumbre. Desaceleración generalizada o brexit lastran las perspectivas insulares, mientras que la demanda interna sigue limitada por una elevada tasa de paro que frena su capacidad de consumo". En ningún punto del trabajo incluyen la posibilidad de una recesión, pero sí describen las mayores dificultades a las que se enfrenta el PIB de las Islas para continuar creciendo.
El negocio alojativo tiende a situarse en un plano real, alejándose de los récords de años anteriores consagrados por el cierre de los destinos competidores y un sólido aunque moderado escenario de crecimiento en los principales mercados emisores. "A la pérdida de empuje del sector turístico se ha unido un debilitamiento del consumo", destacan los autores del trabajo.
Siempre en el bien entendido de que la suma de la hostelería, el comercio y el transporte aportaron el 35,1% del valor añadido bruto (VAB) generado en el Archipiélago a lo largo de 2017, último año contabilizado en su totalidad hasta la fecha. El dato explica que el 90% del empleo en la provincia de Las Palmas y el 85,3% en la de Santa Cruz de Tenerife se concentre en el sector servicios.
A pesar del "peor comportamiento del turismo" que en ejercicios anteriores, "los servicios mantienen un tono dinámico", lo que, teniendo en cuenta la intensa terciarización del sector productivo, decanta hacia el plano positivo el resultado global de la economía del Archipiélago.
Viviendas nuevas
"El segmento residencial" ha sido el principal baluarte de la construcción. Los analistas señalan que gracias a esa puesta en marcha de la creación de vivienda nueva, el sector ha registrado una "intensa creación de empleo".
Panorama de Canarias constata el séptimo año consecutivo de incrementos en la compraventa de casas. Además, con la particularidad de que tres municipios del sur de Tenerife -Arona, Granadilla y Adeje- registran repuntes de valor que las colocan a la cabeza del Estado. El vigor de los precios contrasta con crecimientos de la oferta y la demanda inferiores a la media del país.
Con todo, el desembolso para la adquisición de un inmueble residencial en el Archipiélago es todavía un 19,3% inferior al máximo alcanzado antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Mientras, la contratación de hipotecas avanzó un 8,3%, por debajo del 10,7% registrado en el Estado, y el importe concedido lo hizo el 13,9%, también inferior al de España (16,6%).
Los analistas de Bankia Estudios destacan que por vez primera desde 2011, "la producción industrial quiebra la senda contractiva (...) y crece impulsada por las ramas de bienes de equipo". Toman para ello la variación de la media de la producción industrial hasta el mes de noviembre (0,4%).
No obstante, esta misma semana la patronal de Las Palmas alertó en su informe de coyuntura del último mes del pasado año del retroceso interanual del 1,4% registrado por el valor de la producción en la industria.
La tercera pata sobre la que se sostienen las buenas noticias son las exportaciones. "El principal sector exportador, con diferencia, es el energético, dado el importante papel que juegan los avituallamientos", reza el informe.
La intensa actividad portuaria en torno a las plataformas petrolíferas se erigió en protagonista y, sobre todo, la venta de maquinaria para la industria, que ya creció en 2017 un 388,8%. A pesar del buen comportamiento, el estudio constata que la aportación del sector exportador al PIB canario apenas ha avanzado desde 2008.
La alta tasa de paro condiciona el consumo interno. Las ventas minoristas perdieron fuelle a lo largo del año aunque lograron cerrar el ejercicio en positivo (1%).
