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El alquiler turístico se profesionaliza

Aumenta el número de propietarios de pisos vacacionales que confían sus activos a un gestor | Disminuye la oferta ante la pérdida de clientela y la caída de los precios

Dos turistas pasean por un pantalán del Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria. j. pérez curbelo

Cada vez son menos los canarios que deciden dedicar al alquiler vacacional un inmueble y manejar en primera persona ese negocio. Así se desprende del estudio El alquiler vacacional en Canarias: demanda, canal y oferta correspondiente a 2018, que cifra en el 11,60% del total el porcentaje de viviendas -3.809 en números absolutos- que, dentro de este segmento del negocio alojativo, gestionan particulares.

Es la conclusión a la que conduce el análisis de los anuncios de pisos turísticos publicados por ocho plataformas online. Para mejor entender, el documento presentado recientemente por la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias revela que los particulares representan más de la mitad de los anunciantes (55,3%) y, sin embargo, tan solo controlan un 12,29% de las camas (17.157).

Se cumplen por tanto las predicciones de los expertos. En pleno auge de la actividad sostuvieron que, más allá de la regulación que nunca llegó a aprobarse, el mercado se encargaría de ir separando el grano de la paja.

Cae la demanda

El pasado año se produjo una caída del número de visitantes que llegaron al Archipiélago y también el alquiler vacacional lo notó, al registrar 13.782 clientes menos que un año antes. En términos relativos, el descenso fue de solo el 0,94%, cifra que gana tamaño si se observa que en el ejercicio inmediatamente anterior se produjo un incremento del 13,76%.

Por tanto, la competencia en la carrera por tener las viviendas alquiladas el mayor número de días posible se ha disparado. Ya no vale cualquier casa, los clientes no abundan como antes y hay que aumentar la calidad para seducirlos. Más aún cuando la inmensa mayoría de las relaciones comerciales se sustancian en Internet, canal a través del que los viajeros pueden valorar el producto; varias críticas negativas bastan para dejarlo fuera de juego.

El punto de inflexión en el capítulo de llegadas, motivado por el regreso al tablero de competidores como Egipto o Turquía tras superar sus problemas de seguridad, ha cogido con el paso cambiado a los pisos turísticos. La intensa traslación de inmuebles desde el segmento residencial al vacacional que se ha producido en los últimos años ha generado una sobreoferta.

Sobre todo en este momento en que los potenciales clientes comienzan a escasear. Se hace necesario competir, además de en calidad, en precios. El estudio elaborado por la Consejería de Turismo regional revela una caída media en el Archipiélago del 11,17% solo durante el pasado año. Este descenso de dos dígitos ha metido incluso en números negativos la evolución desde 2015 (-3,40%).

Gran Canaria cimentó la caída en 2018 con un abaratamiento del 15,49% y enlazó así tres años consecutivos de bajada de precios. De las restantes islas, solo Lanzarote se libra por el momento del ajuste, si bien los aumentos anotados en los dos últimos años no llegan en ningún caso al 2%.

Pérdida de clientela, necesidad de incrementar la calidad y caída de precios explican la desaceleración de la oferta, que aumentó un 3,6% durante el pasado año. También que cada vez sean más los propietarios que deciden dejar sus casas en manos de un gestor para que este se ocupe de dar el servicio preciso a los visitantes.

El conjunto de circunstancias provoca además una erosión en el beneficio. Si en un primer momento todo eran ingresos, ahora el Ministerio de Hacienda exige a las plataformas los datos de sus anunciantes para controlar así la actividad y el consiguiente pago de impuestos. Este es otro factor que explica la tendencia a la concentración de los activos como fórmula para generar economías de escala que puedan sostener la rentabilidad.

También se estabiliza la proporción de viajeros que opta por esta modalidad de alojamiento. Durante 2018, fue la preferida por 1,45 millones de visitantes de los 15,55 millones totales que llegaron a las Islas, el 9,35%. Un año antes fueron el 9,19%.

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