Unos 10.000 puestos de trabajo dependen de que la desaceleración de la economía regional se mantenga dentro de los márgenes previstos. Cada punto del PIB equivale a esa cifra aproximada de 10.000 empleos, de ahí que mantenerlo en números lo más positivos que sea posible —aun dentro del ciclo decreciente— será vital para muchas familias y empresas.

Para este ejercicio, casi todas las previsiones de instituciones, analistas y expertos apuntan a que el PIB crecerá entre dos y tres décimas menos que el año pasado, pero lo que pase en 2020 es un misterio por la imprevisibilidad de los acontecimientos que pueden afectar a la economía canaria —brexit, Alemania, política nacional... Es esta la razón de que los expertos tengan más difícil ajustar sus cálculos para el próximo ejercicio, y ni que decir para los dos siguientes más allá de la certeza de que el ciclo decreciente alcanzará hasta 2022. El catedrático José Luis Rivero Ceballos vaticina esa subida del PIB de entre 1,2 puntos y dos décimas por debajo del 2,2% previsto para este año. Es decir, que la economía canaria crecería en 2020, de acuerdo con el vaticinio del economista, entre un 1% y un 2%. Y la diferencia entre que lo haga un 1% o un 2% son 10.000 puestos de trabajo. Esto explica las advertencias sobre la importancia de que el Gobierno analice con detenimiento eventuales subidas de impuestos o del gasto público que pudieran influir en mayor o menor medida en la economía. Porque cualquier décima cuenta.

"El dinero es miedoso", recuerda García, una frase que hacen buena los datos de inversión extranjera. Si bien es cierto que Canarias nunca ha sido un destino preferente para el inversor foráneo, los menos de 1,3 millones que recibieron las Islas en el arranque de 2019 son el peor dato de la historia. Solo Extremadura y Cantabria captaron menos capital extranjero en el primer trimestre.