Sorpresa mayúscula. Los hosteleros y comerciantes del Archipiélago que decidieron abrir sus terrazas y locales en los primeros compases de la fase 1 del plan de desescalada no esperaban, ni de lejos, tener tan buena acogida. La realidad superó a las expectativas y las ganas de la ciudadanía por recuperar un poco de la normalidad perdida ganó al miedo. La afluencia de público a las terrazas de los restaurantes abiertos fue mayor de la esperada, igual que la asistencia al pequeño comercio, que registró un 50% más de las ventas estimadas en el segmento de perfumería y un 30% más en el resto de casos. Dadas las restricciones de aforo -del 50% en las terrazas y de un tercio en el interior de los comercios-, las colas para lograr un hueco fueron inevitables. Hosteleros y comerciantes, aunque prudentes con respecto al futuro, confían en mantener el ritmo alcanzado a medida que Canarias avanza en su desescalada.
La irrupción de la crisis del coronavirus ha asestado un duro golpe a la economía canaria. En plena temporada alta del turismo y a las puertas de la primera, el Covid-19 paralizó la actividad de todo el país por el obligado confinamiento que decretó el Estado para frenar el ritmo de contagios. Tras dos meses en el dique seco, la restauración y el pequeño comercio abrieron sus puertas de manera parcial para acoplar sus negocios a la nueva realidad. En La Graciosa, El Hierro y La Gomera se adelantaron una semana, pero desde el principio de esta la mayoría de locales de menos de 400 metros cuadrados y restaurantes con terraza de todo el Archipiélago retomaron su actividad sin la restricción que imponía la fase 0 con la cita previa obligatoria. El presidente de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Facua), Abbas Moujir, indica que el balance de la primera jornada es positivo. "Esperamos que la afluencia vaya a más y deseamos que así sea porque a lo largo de esta semana se irán incorporando más establecimientos y habrá una mayor oferta", expone.
Si bien Moujir señala que el segmento de perfumerías se llevó la palma, con un 50% más de ventas de las esperadas, confección no se quedó mucho más atrás y anotó una actividad de entre un 20% y 30% superior a la estimada. Y aunque el primer día dejó estampas de colas a la las puertas de algunos comercios, el presidente de Fauca en las Islas recalca que todos los locales subieron la persiana cumpliendo las normas y que, por lo general, la clientela respetó el obligado distanciamiento social. "La gente salió en avalancha a las terrazas, pero al comercio se ha ido de una forma ordenada y normal", incide.
Las cajas también comenzaron a registrar una notable entrada en las tiendas de Mesa y López de la capital grancanaria. La gerente de la zona comercial abierta, Pepi Peinado, insiste que "el sentir de la gente es bastante positivo". Algunos, señala, "incluso se han visto desbordados en diferentes momentos" por la asistencia de compradores. El 60% de los establecimientos de una de las principales arterias comerciales de Las Palmas de Gran Canaria decidió ponerse en marcha con la fase 1. El resto, en la mayoría de casos, lo hará a lo largo de esta semana y tras finalizar unas pequeñas obras.
Aunque la acogida haya sido buena, el sector comercial prefiere mostrar prudencia. Pese a que la primera jornada superó las expectativas, Peinado recalca que lo importante es comprobar que la tendencia se mantiene en el tiempo. Pero no todo son alegrías. Quienes no viven con la ilusión de recobrar pronto parte de su ritmo son los comerciantes situados en las zonas turísticas del Archipiélago. Sin turismo, debido al cese de esta actividad, no tienen clientes ni, por tanto, razones para abrir.
En la rama de la hostelería también celebran la buena acogida del primer día de apertura de terrazas, aunque fuera al 50%. El presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio de la provincia de Las Palmas, Fermín Sánchez, expone que en algunos casos la facturación alcanzada se situó "muy por encima de las previsiones" iniciales. Sánchez esgrime que el lleno en las terrazas se debe, en buena medida, a que no todos los negocios han dado el paso de abrir, por lo que aquellos que sí lo han hecho tienen que asumir toda la demanda.
Los casos de incumplimiento de la distancia de dos metros entre las mesas, marcada por una orden ministerial, son, según indica, casos puntuales. Incumplimientos que Sánchez sostiene que se producen por el traslado de mesas por parte de los propios clientes que buscan compartir con un mayor número de personas. "Los empresarios han cumplido", enfatiza. Y si en el Paseo de Las Canteras algunos han mantenido la terraza junto a la barandilla, en contra de lo ordenado por el Ayuntamiento, se debe, puntualiza, a falta de información.
