José Manuel Campa no duda a la hora de analizar el papel de la Unión Europea en el periodo de reconstrucción que se avecina. "Es cierto que casi todas las crisis han servido para construir más Europa, desde la II Guerra Mundial. Tras una crisis siempre hay tres periodos: primero, de frustración por la falta de respuesta de Europa; segundo, de acciones europeas que apoyan una construcción hacia más Europa; y, finalmente, una salida de la crisis más benigna de lo que hubiese sido sin la UE. Ahora estamos entre la primera y la segunda fase", analiza con la óptica que le da trabajar en primera línea como presidente de la Autoridad Bancaria Europea. Quita hierro así a las tensiones europeas de las primeras semanas y confía en que la situación comunitaria se solvente bien, con "más Europa" como viene ocurriendo en las últimas semanas.
"Siempre dará la impresión de que las ayudas serán pocas y más difíciles que si estuviéramos dentro de un estado-nación, pero siempre saldremos adelante de la crisis con más Europa", insiste. Asimismo, no teme por una crisis monetaria: "La estabilidad del euro no se encuentra amenazada ni a corto ni a medio plazo. Seguramente sea uno de los pilares que nos ayudará a salir de la recesión". Mauro Guillén analiza desde Estados Unidos lo que acontece en el Viejo Continente. "Una de las cosas que se observan desde el otro lado del Atlántico es que cada vez que hay una crisis las diferencias entre norte y sur y este y oeste se agrandan, sobre todo en términos de la predisposición de diferentes gobiernos y electorados a la hora de arrimar el hombro y contribuir a una solidaridad europea que es necesaria. Francamente, esto se observa con preocupación", opina Guillén, que vive de primera mano la situación norteamericana. "Como en Europa, se han cometido muchos errores. Se tardó mucho en reaccionar ante la amenaza y estábamos viendo hasta ahora una lentitud muy grande para medidas de auxilio fiscal", cuenta.
