La sociedad canaria y los centros colaboradores del Servicio Canario de Empleo, ven reducidas sus expectativas de mejora y cualificación del empleo por la reducción de los fondos de formación de desempleados para 2021.

Los datos publicados de la EPA ‘encuesta de población activa’ del segundo trimestre de 2021 indican un desempleado galopante de cerca del 25%, donde además el paro para menores de 25 años supera el 52% y el de menores de 20 casi el 65%.

Con estos escalofriantes datos que cortan la respiración, provenientes del bajón económico de esta dichosa pandemia sanitaria, los operadores de formación y toda la sociedad canaria en general, entendimos que el sentido común llevaría a la Consejería de Empleo y con el cambio normativo de transferencias de ministerios a la Consejería de Educación, a consignar las mayores partidas presupuestarias en paliar la lacra social del desempleo materializada en mayores fondos para educación. 

Se precisa corregir los efectos de la pandemia con unas cifras de desempleo que nos remontan a la anterior crisis económica, con una brutal destrucción de empleo de trabajadores y empresas. Resultaría fastidiosamente aburrido enumerar con datos el periodo vivido y el que seguimos viviendo todos los mortales. 

En esta línea, llegan a Canarias noticias esperanzadoras de papa estado: aumentan las dotaciones presupuestarias para las comunidades autónomas para 2021 para fondos de formación y empleo como ayuda correctiva a la crisis sanitaria. Canarias recibe el PIEC ‘Plan Integral de Empleo de Canarias’ de 42M€, además 40,4 millones más para programas de formación y empleo de los fondos financiados con el mecanismo de recuperación y resiliencia, que su suman a los 169 millones ya distribuidos para Canarias en abril de este año, todo esto sumado a los posibles remanentes de fondos de ejercicios anteriores no ejecutados. A estas partidas de la Consejería de Empleo para políticas activas, hay que sumar las recibidas por la Consejería de Educación para formación profesional inicial que también han sido cuantiosas.

Parece entenderse que será uno de los mejores años para la formación en Canarias, una de las comunidades que más ha sufrido la inclemencia de la pandemia por su débil sector productivo, altamente escorado en el sector turístico y de casi nula diversificación económica. 

Aumentan las dotaciones económicas para los fondos de formación

Los meses de este año van corriendo y el silencio sepulcral del Servicio Canario de Empleo respecto a la ejecución de fondos para cursos 2021, es tónica dominante de estos 9 meses transcurridos. 

Es en septiembre cuando salen publicadas las dos convocatorias estrella de formación del Servicio Canario de Empleo con el consabido retraso respecto a precedentes ejercicios: la convocatoria de cursos para personas desempleadas y la que actualmente acaba de convocarse, la convocatoria para trabajadores. 

Cuál es el asombro cuando vemos que en el anterior año 2020 se asignaron 54 millones de euros previos a la crisis COVID y en este 2021 se publican únicamente 36 millones, con una reducción de más de 18 millones que supone de menos, cientos y cientos de cursos y de miles de plazas de formación para nuestra gente. Pero este disparate ¿a qué se debe?, ¿qué está pensando este Servicio Canario de Empleo con la que está cayendo con el caballo del desempleo y ERTES dando coces mortales?

La otra convocatoria de formación para trabajadores también sufre una reducción importante pasando de 12,5 millones de euros en 2020 a 10,5 millones en 2021, suponiendo también menos cursos y oferta para la formación de las empresas. Todo va, pero… a menos. 

El silencio de información e interlocución con las organizaciones que lideran las empresas de formación, sigue siendo la realidad de esta administración que nunca ha entendido como aliados a aquellos que ejecutan con excelencia y profesionalidad las políticas de formación/empleo y los fondos para cursos que llegan a Canarias. Se vanaglorian ante la UE y el servicio público de empleo estatal a quien tienen que rendir cuentas, de los excelentísimos resultados canarios y la ausencia de casos de mala praxis en nuestra tierra, olvidando que quienes hacen posible esos grandes hitos cuyas medallas no queremos, son los operadores tanto de formación como de empleo de la amplísima red que forman las entidades colaboradoras del Servicio Canario de Empleo. 

Que derroche de deslealtad y como aquel pasaje del Cantar del Mío Cid ‘Que buen vasallo sería, si tuviese buen señor’, fiel ejemplo que refleja esta cruda realidad. 

El paro para menores de 20 años supera el 65%

Pero no es el objeto de este artículo el victimismo y el reproche, aunque razones sobren para ello, sino expresar la cruda realidad del sector de la formación para el empleo en Canarias en este 2021 y los operadores que llevamos algunos más de 32 años desarrollando formación para el empleo en esta tierra, manteniendo como en nuestro caso actualmente a más de 150 familias entre personal y docentes y decenas de proveedores con la economía cruzada que ello supone. Los empresarios huimos de conflictos, de debates estériles y de enconadas posiciones. Nuestro rol es en este sector de la formación es el de desarrollar una política social, ser excelentes gestores y mejores personas en el trato y servicio al ciudadano. A eso nos dedicamos. 

Por todo ello es preciso que el Servicio Canario de Empleo en lo poco que le queda de año, articule las medidas oportunas y ponga los recursos necesarios, por lo menos con presupuestos similares al del anterior ejercicio, aunque superiores debieran ser, pues superior es la razón que estamos viviendo, para que la formación de desempleados en canarias llegue a todos los rincones de nuestras islas y ningún ciudadano se quede sin poder formarse y cualificarse para este mañana que se acerca. Espero que prime la cordura, la necesidad y el derecho que nos hemos ganado en esta maravillosa tierra que es nuestra canaria. Más fondos para cursos de desempleados es lo que precisamos. ¿Alguien lo duda?