El encarecimiento de materiales amenaza con paralizar la construcción

Los proveedores repercutirán en mayo los incrementos y los empresarios anuncian el fin de la rentabilidad de sus negocios

Obras de reasfaltado en la capital grancanaria.

Obras de reasfaltado en la capital grancanaria. / ANDRES CRUZ

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

El sector de la construcción ve cómo se acerca un verano negro. Incluso, en mayo, antes de que la llegada del estío sea oficial, la industria que provee de materiales ya podrá repercutir el incremento de precios en los nuevos contratos, y los empresarios del sector sostienen que para entonces será imposible extraer rentabilidad; es más, advierten de que seguir en activo solo les reportará pérdidas. Un solo ejemplo y no es de los más dramáticos, el cemento se ha encarecido un 10% en pocos meses.

El rally alcista sin horizonte definido de las materias primas, la escasez de oferta en todos los ámbitos, los problemas logísticos y el consiguiente aumento del precio de los fletes, y, por encima de todo, el disparate energético irradian sus efectos por todo el tejido productivo. Y más grave aún, «las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania aún están por llegar», advirtió ayer la presidenta de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas (AECP), Salud Gil.

Ella misma señaló que la huelga del transporte no ha tenido, por el momento, efecto en el Archipiélago, lo que no evita que se produzca un «problema grande en cadena». Por partes, el primero de esos fallos del sistema que venía funcionando se produce por las dificultades que encuentra el gigante logístico para alcanzar la tradicional velocidad de crucero después del apagón al que lo sometió la pandemia de coronavirus.

A eso se une «la falta de conectividad marítima con la Península», según explicó Óscar Izquierdo, presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco). «Solo recibimos un feeder semanal», añadió sobre la periodicidad con la que llega el material necesario desde la España continental a las Islas por barco procedente de Algeciras.

Fepeco denuncia una débil conectividad marítima entre las Islas y la Península

¿Qué provoca esa «débil conectividad»? Según el presidente de Fepeco, «un desabastecimiento de productos necesarios para terminar las obras» y, peor, «un gasto adicional» que se deriva de la pelea por conseguir que embarquen los materiales.

Todo ello contando con que consigan encontrarlas en «China y el sudeste asiático», enumeró Izquierdo. Porque la mercancía escasea cada vez más, y esa contracción de la oferta es otro de los factores que determinan el incremento de precios. Hoy se paga un 78% más que hace cinco meses por el acero corrugado; un 102% más, por el cobre; el aluminio se anota un incremento del 56%, y del 85% las mezclas bituminosas.

Los datos no son fijos. De hecho los ofreció Fepeco al principio de este mes. Es más que probable que en este momento el tamaño del golpe sea mucho mayor, porque cuando se recabaron era imposible aún descontar el efecto del ataque desencadenado por Vladimir Putin contra sus hermanos ucranios. En cualquier caso, está puntilla será una tormenta sobre un suelo completamente encharcado, porque «el problema es muy anterior», recordó el representante empresarial.

También al principio de marzo, el Gobierno central aprobó un real decreto ley que permite revisar los contratos de obra pública. Las empresas concurrieron a ellos en base a unos presupuestos que el desagüe de la realidad ha engullido. En Canarias, los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma terminan de perfilar la adaptación del texto estatal.

Los precios escalan por una pendiente que al menos hasta el momento se ha revelado infinita

Las soluciones que se contemplan, según avanzó el consejero de Obras Públicas regional, Sebastián Franquis, pasan por compensar la diferencia para que los negocios no soporten las pérdidas –«millonarias», según Gil, en algunos casos– o cambiar los materiales previstos inicialmente siempre que eso no suponga que el resultado final pierda funcionalidad. Muchos de los trabajos los promueve la Administración local, los ayuntamientos se preguntan –así lo hizo al final de la semana pasada el presidente de la Comisión de Economía y Hacienda de la Federación Canaria de Municipios (Fecam), Óscar Hernández– de dónde saldrá el dinero para enjugar la diferencia.

El propio Hernández expuso que más de un adjudicatario ha decidido colgar la paleta. Afrontar la obra le supondría pérdidas incluso superiores a las que les reporta la pérdida del aval que tuvieron que presentar para poder optar a la licitación.

Todo ello sin que los suministradores hayan traspasado al precio final el incremento de costes. Existe un contexto de contención a la espera de que se articulen soluciones políticas que eviten la paralización. «Toda esa industria», señaló la presidenta de la patronal de la construcción de Las Palmas, «está también esperando, pero en mayo es seguro que tendrá que vender a un precio que les evite las actuales pérdidas».

La ‘puntilla’ de la invasión de Ucrania será una tormenta sobre un suelo ya encharcado

El impasse de espera no puede durar mucho más. Las organizaciones empresariales afrontan estos días una frenética actividad de recopilación de datos. No se les escapa que el tamaño de la mayoría de sus asociados no les permite aguantar mucho mas tiempo. «Casi el 90% tienen menos de 20 trabajadores», detalló Salud Gil.

La AECP celebrará la semana próxima una junta directiva y, poco después, una asamblea en la que se tomarán decisiones. «No las hemos adoptado todavía porque aún nos faltan datos y estamos pidiendo paciencia antes de que actúe cada uno por su cuenta», anunció Gil sobre la pronta llegada de medidas. 

Recapitulando. La pandemia y las medidas sanitarias generaron un desabastecimiento que elevó los precios de los materiales de construcción un 25%. La crisis de las materias primas, el transporte y la energía los impulsan otro 15% o 20%, según cálculos del sector. Y ahora falta por repercutir el impacto de la guerra de Ucrania.

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Aparte del problema que supondría el colapso momentáneo de la construcción para la recuperación del mercado laboral –el sector fue de los pocos que resistieron a la pandemia–, un parón generaría graves dificultades para concretar los fondos dispuestos por Europa para regenerar las economías de los estados miembros tras el azote del coronavirus. Inyectar en la economía los 1.750 millones de euros que el Gobierno de Canarias prevé captar del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) resulta fundamental. Para conseguirlo hay un plazo que finaliza el último día de 2026, por lo que cualquier tiempo perdido supone un lastre. Es cierto que no toda esa suma lleva aparejadas obras de construcción, pero no lo es menos que sí ocurre en buena parte de las que más recursos consumen. | J. G. H.

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