El IPC, en máximos de los últimos 37 años, castiga la economía doméstica. Hasta un 33,3% de los hogares de Canarias –un tercio exacto– no consigue llegar a fin de mes. No hay ninguna otra Comunidad Autónoma con un porcentaje tan alto de familias con problemas para salir adelante cada mes sin quebraderos de cabeza. No obstante, hay hogares que solamente tienen «dificultades» y otros que tienen «muchas dificultades». Estos últimos representan en el Archipiélago un 16,9% de las familias –prácticamente 17 de cada cien–, también el porcentaje más alto de todo el país.

Así lo pone de manifiesto la última actualización de la Encuesta de condiciones de vida, la correspondiente a 2021 y publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2019, el último año antes del estallido de la pandemia de coronavirus, de la consecuente crisis económica y de la posterior ola inflacionaria, los hogares isleños que se las veían y se las deseaban para superar el mes eran el 26,4% del total, poco más de una cuarta parte. Ya era una de las tasas más altas del Estado, en consonancia con los mayores índices de desempleo y el menor PIB per cápita de Canarias en relación con el conjunto de España, pero en 2021 se incrementó con el inicio, en marzo, de la ola inflacionaria. El Índice de Precios de Consumo (IPC), según el dato adelantado también ayer por el INE, se sitúa ya en el 10,2%, la tasa más alta desde abril de 1985, la más alta en 37 años. No extraña así que esa cuarta parte de las familias canarias que tenía problemas para llegar a fin de mes en 2019 creciese el año pasado hasta representar ya una tercera parte. El problema, con todo, no es regional sino nacional.

La inflación empeora la economía doméstica

Un total de 3,5 millones de personas en España no llegan a final de mes pese a tener un empleo. La pobreza laboral aumentó en casi 600.000 personas entre 2020 y 2021 y afecta al 17,9% de los ocupados. Si desde el final de la Gran Recesión la carestía entre trabajadores era una realidad a la baja en el mercado laboral español, la pandemia ha roto esa tendencia y ha vuelto a disparar las dificultades entre una parte no menor de los trabajadores. Y los datos del INE del 2021 no tienen todavía en cuenta el efecto de la escalada del IPC que se está registrando este 2022 y que está actualmente sobre los dos dígitos (10,2%), su mayor nivel en casi 40 años. Entre el conjunto de la población, el riesgo de pobreza o exclusión social se situó en el 27,8%.

La pobreza laboral continuó al alza en 2021, un año en el que el salario mínimo interprofesional (SMI) permaneció estancado hasta el mes de octubre, cuando una vez superadas las divisiones dentro del Gobierno y pese al rechazo patronal, este subió de 950 euros a 975 euros (en 14 pagas). El 39,1% de los asalariados reconoce llegar con mucha dificultad, con dificultad o con cierta dificultad a final de mes. Los sueldos bajos y, sobre todo, la falta de horas y la intermitencia de las mismas provocan que no todos los empleados trabajen una jornada mínima que les asegure una nómina decente a final de mes.

Las Islas son la autonomía con más hogares en dificultades económicas

Nóminas paupérrimas que permiten gastos paupérrimos. Uno de cada cuatro trabajadores no pudo irse de vacaciones en todo el año pasado por falta de ingresos. A más de uno de cada cuatro ocupados un gasto imprevisto les descuadra por completo el mes. Y uno de cada 10 no pudo poner el aire acondicionado, en verano, o la calefacción, en invierno, por no poder permitirse la factura. Habrá que ver cómo evoluciona este último indicador en la encuesta del año que viene dada la actual escalada de los precios de la luz y el gas.

Y es que, pese a esa precariedad de parte de los ocupados, tener trabajo o no continúa siendo una diferencia sustancial a nivel de calidad de vida. Pues la tasa de exclusión social entre los parados es del 58,6%, tres veces superior. Eso también se mide a nivel de consumo. Los parados gastan casi dos veces menos en sanidad, ya sea dentistas, fisioterapeutas u otras especialidades pocas veces cubiertas por la Seguridad Social, que un ocupado. Con las consecuencias que ello tiene para la salud de unos y otros. También gasta la mitad en transporte o en ropa y calzado y más de la mitad en ir a conciertos, al teatro, al cine o en salir a comer fuera de restaurante, según constata la encuesta de presupuestos familiares publicada esta misma semana por el Instituto Nacional de Estadística.

El IPC como hace 37 años


La inflación continuó este mes su escalada con una tasa anual del 10,2 %, el nivel más alto desde 1985. Esta tasa del IPC supone 1,5 puntos más que la de mayo, cuando la variación fue del 8,7 %, y tras su evolución está, principalmente, el alza de los carburantes, mayor este mes que en junio de 2021, y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior. El INE, que publicará el dato definitivo el 13 de julio, también apunta al incremento de los precios de los hoteles, cafeterías y restaurantes. La tasa de junio rompe con el máximo registrado en marzo del 9,8 % superando la barrera de los dos dígitos. La escalada del IPC arrancó en marzo de 2021 y ha ido mes a mes al alza, con las únicas excepciones de enero –cuando la evolución de la tasa anual se moderó 4 décimas hasta el 6,1 %– y en abril –bajó un punto y medio, hasta el 8,3 %–. En cuanto a la inflación subyacente –sin alimentos no elaborados ni productos energéticos– también aumentó seis décimas, hasta el 5,5 %. De confirmarse esta cifra, sería la más alta desde agosto de 1993. En declaraciones en la Cadena Ser, el presidente Pedro Sánchez, subrayó «la idoneidad» de las medidas tomadas por el Gobierno, pues han evitado que la inflación sea hasta «cuatro puntos» superior. | Efe