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Las Islas ‘exportan’ el autoconsumo empresarial que nació en El Goro

Cataluña, Andalucía o País Vasco, entre otras, preguntan por las comunidades energéticas

Aparcamientos con puntos de recarga para vehículos eléctricos. LP/DLP

«¿Qué podemos hacer con el hidrógeno?», preguntó el presidente de Cencosu (Spar-Gran Canaria), Ángel Medina. Comenzaba a hablarse de la importancia que en el medio plazo cobraría este vector energético y de la necesidad de conseguir aislarlo mediante procesos limpios. El destinatario de la pregunta de Medina era el ingeniero industrial, Lorenzo Muñoz, padre de la idea de la comunidad energética del polígono industrial de El Goro. Este proyecto, llamado a sumar a la descarbonización por la vía del autoconsumo y la I+D, ya ha captado la atención en otras comunidades autónomas españolas.

De aquella pregunta nació Canaluz Infinita, una iniciativa que aglutina a 23 empresarios y que tiene en José Acosta, homólogo de Medina en la constructora Acosta Matos, a su otro gran valedor. El carácter novedoso y disruptivo del proyecto «permite ver todo los problemas» a los que se enfrentarán todos los que vengan detrás, en un contexto legal «pensado para grandes operadores y no para la descentralización».

Quien así define la situación es José Luis Figueroa, asesor del consejero canario de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena, y que tiene entre sus principales funciones la de evitar que los proyectos se atasquen de manera indefinida en una maraña legal. Cuando llegó a sus manos el de Canaluz Infinita, tuvo claro que estaba asistiendo al primer episodio de un cambio importante.

El proyecto teldense servirá de guía a los que sigan sus pasos

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La primera reunión entre Valbuena y su equipo, y Ángel Medina se produjo «en marzo de 2021», detalla Figueroa. Aunque las partes han mantenido el contacto estrecho desde entonces, no ha sido sino hasta hace dos meses cuando en la consejería se ha recibido el proyecto ejecutivo redactado. «Son 12.000 páginas», subraya Figueroa sobre el tamaño que sobre el papel ocupa el hito.

Sin perder el tiempo, Canaluz Infinita hizo llegar a todos los rincones del Archipiélago susceptibles de sumarse a la idea lo que tenía entre manos. Aparte de El Goro, hoy ya existen «diez anteproyectos en fase de estudio y un proyecto básico», señala Muñoz. Entre esos entendimientos incipientes se incluye un «protocolo de colaboración con la Base Aérea de Gando», continúa.

Aerogeneradores junto al tendido eléctrico en el enclave grancanario del barranco de Tirajana.jpg BORJA SUAREZ/Reuters

Así las cosas, la Asociación para la Transición Energética decidió «presentar la idea en Madrid», explica el vicepresidente de esta entidad, Óscar Bermejo. En su opinión, la comunidad energética de El Goro es el primer paso para «hincar el diente al monopolio de Endesa» en las Islas. «Enel [matriz italiana de Endesa] tiene aquí el 1,7% de su negocio y entre el 5% y el 8% de los beneficios», un estatus que no se mantendrá más allá «de 2029», cuando el actual régimen regulatorio expire.

Entre las muchas bondades que Bermejo halla en la iniciativa, incluye su «escalabilidad, es adaptable a cualquier tamaño». Esta característica, unida a la presentación en la capital de España, provocó que varias comunidades autónomas se interesaran por incorporarla a sus planes de transición energética. Ya ha habido contactos con «Cataluña, País Vasco, Cantabria, Andalucía o Castilla y León», enumera Lorenzo Muñoz.

El tratamiento de residuos, con la obtención de biogás, es otro gran pilar de la idea

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¿Qué tiene la comunidad ideada por él que tanta expectación ha despertado? Siempre tomando como ejemplo la de El Goro, la entente de los empresarios que trabajan en dicho polígono industrial teldense les propiciará el ahorro de gran parte o todos sus costes energéticos. Pero, y en eso incide de manera contundente Javier Santacruz, economista al frente de las finanzas de esta idea, «una democratización» del sector energético. Serán las propias empresas las que generen energía limpia y alimentarán con ella sus negocios. 

Además de contribuir a la lucha contra el cambio climático de este modo, apostarán por la inversión en «infraestructuras de uso público», apunta Muñoz. Por ejemplo, levantarán «dos centros de I+D+i», prosigue, para que no vuelva a suceder en el actual periodo presupuestario de la Unión Europea (UE) lo mismo que en el anterior. «Hubo que devolver 1.000 millones de euros por falta de proyectos», subraya Muñoz.

Cambio de modelo

Esta contribución al ansiado cambio de modelo productivo, menos dependiente del turismo, que persigue el Archipiélago se sustancia en la creación de «2.300 puestos de trabajo en cuatro años, 720 de ellos, directos», relata Santacruz. A estas cantidades añade la «necesidad de recualificar» a trabajadores en activo y generar «profesionales que hoy no existen, como los operadores de mantenimiento» de las nuevas infraestructuras que se crearán.

El perfil social de la idea resulta fundamental en su pretensión de merecer la atención en el reparto de los fondos Next Generation que llegarán en los próximos años. Los 145 millones de euros en que está presupuestada la comunidad energética de El Goro aspiran a ser subvencionados en un 60%, al menos, con ese dinero dispuesto por Bruselas para la recuperación de las economías más golpeadas por la pandemia.

Ahí está la explicación de la celeridad con la que se intenta tramitar este proyecto, porque cumple con las condiciones dibujadas por las autoridades europeas y porque es ahora cuando tiene que salir adelante. En este punto, José Luis Figueroa menciona al abogado Claudio Almeida y a su «ingente trabajo para encontrar encaje legal» europeo a la iniciativa.

Dos aparcamientos permiten que todos los trabajadores puedan cargar sus vehículos eléctricos

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Volviendo a El Goro. La comunidad energética contará con 8 megavatios de potencia éolica y 56 megavatios de fotovoltaica. La primera de estas dos tecnologías, mediante los tradicionales aerogeneradores; la segunda, con el aprovechamiento de las cubiertas de las naves.

«Un tercio de ellas tienen aún amianto». confirma Javier Santacruz, con lo que la sustitución por placas fotovoltaicas supone un valor añadido más de los muchos que contiene el proyecto. En un par de años, mantener este material conllevará sanciones y, a partir de 2029, simplemente acarreará el cierre de la empresa. Las administraciones dedican por ello en los últimos ejercicios fondos públicos a la sustitución. «Otra subvención que se ahorran», subraya el director financiero de la compañía Canaluz Infinita.

Como todo uso que se hace de las energías renovables, una de las grandes claves radica en el almacenamiento de los excedentes y la gestionabilidad del sistema que se genera. Una central permitirá guardar en baterías 132 megavatios hora de energía y 120 megavatios de potencia, y un SEVI (Sistema de Energía Verde Infinita) propiciará el paso a unos u otros usos.

Este último es el elemento más diferencial. Es el que permite destinar el sobrante a utilidad como, por ejemplo, la obtención de hidrógeno mediante hidrólisis hasta alcanzar las 442 toneladas al año. Lo mismo con el tratamiento de residuos, de donde es posible obtener fertilizantes y 931,53 toneladas de biometano también por año, «de mayor poder calorífico que el butano y el propano que se emplean en la actual», explica Muñoz. ¿Cómo? Mezclando hidrógeno con el metano resultante del batido de esos restos.

La planta propiciará 442 toneladas de hidrógeno al año y 931,53 toneladas de biometano

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«En economía circular no hay nada más potente que esta idea ahora mismo», asegura el padre de la criatura. Y añade: «Cuatro polígonos como el de El Goro equivalen a toda la potencia renovable que hay ahora instalada en cualquiera de las dos provincias».

Además, esta comunidad energética incluye aparcamientos con placas fotovoltaicas para que los más de 700 empleados puedan recargar sus vehículos eléctricos. Tantos usos anejos al principal de la obtención de energía eléctrica verde, permite pensar que la idea pueda «exportarse a otros sectores como la ganadería, la agricultura y, por supuesto, al hotelero», señala Santacruz, sobre todo por el tratamiento de residuos.

Todo lo que debe saberse

¿Qué es una comunidad energética?

En puridad, no es sino el acuerdo de varios actores para compartir los procesos de obtención de energía y su posterior consumo. La ideada por Lorenzo Muñoz para Canaluz Infinita en El Goro incluye un marcado perfil sostenible, como corresponde en el actual contexto mundial de lucha contra el cambio climático y descarbonización.  

¿Cuántas empresas se incluyen en la de El Goro?

Son 23 los empresarios que se han adherido a la iniciativa de Canaluz Infinita. El presidente de Cencosu (Spar-Gran Canaria), Angel Medina, y su homólogo en la constructora Acosta Matos, José Acosta, son sus principales valedores.

¿Cuántos proyectos ejecutivos están en marcha?

La comunidad energética de El Goro es la única que hasta el momento ha alcanzado la fase ejecutiva, es decir, que ya recorre el camino de la potencialidad a la realidad. Existen otros diez anteproyectos (fase de estudio) en marcha. Entre ellos, se incluyen los polígonos industriales de Güímar, Arinaga, La Campana (Tenerife) o Adeje, entre otros, y el convenio de colaboración suscrito entre Canaluz Infinita y la Base Aérea (militar) de Gando. 

¿Qué prestaciones técnicas tiene la comunidad energética de El Goro?

Para la obtención de energía limpia, se cuenta con cuatro aerogeneradores de 2 megavatios cada uno (8 megavatios en total) y placas fotovoltaicas que propiciarán 56 megavatios de potencia instalada de esta tecnología. Una central con baterías que suman 120 megavatios de potencia permitirá guardar 132 megavatios hora de energía. 

¿Qué es un SEVI?

SEVI (Sistema de Energía Verde Infinita) es la central inteligente que propiciará el paso de la energía a unos u otros usos: alimentar la demanda de las empresas integrantes de la comunidad energética, almacenamiento de excedentes u obtención de vectores energéticos paralelos.

¿Cuáles son los vectores energéticos que pueden obtenerse?

Los excedentes energéticos generados en la comunidad energética de El Goro pueden destinarse a la obtención de hidrógeno mediante un proceso de hidrólisis. También a la de biogás, mediante el batido de residuos orgánicos de los que se desprende metano, que mezclado con hidrógeno, brinda un biometano de mayor poder calorífico que el propano y el butano. 

¿Cuántos puestos de trabajo se calculan?

Solo la de El Goro servirá para la creación de 2.300 puestos de trabajo en un periodo de cuatro años; 720 de ellos, directos. Para cubrirlos será necesario formar perfiles que en la actualidad no existen en las Islas y recualificar a parte de los ocupados.

¿Cuál es su presupuesto?

El presupuesto para la comunidad energética de El Goro es de 145 millones de euros. En la intención de los promotores está el acceso a los fondos Next Generation dispuestos por Bruselas para la recuperación económica tras la pandemia. 

¿Cómo contribuye a la economía circular?

Aparte del metano, el batido de los residuos orgánicos genera un digestato sólido del que se obtienen fertilizantes. Agricultura, ganadería y sector alojativo son claros ejemplos de actividades económicas susceptibles de sumarse y beneficiarse –y a la sociedad en su conjunto con ello– de estos procesos.

¿Instalaciones anejas?

El proyecto para el polígono industrial teldense incluye dos centros dedicados a la I+D+i que propiciarán el acercamiento entre los doctorandos y las empresas. Además, habrá suficientes plazas de aparcamiento como para que todos los empleados puedan contar con un vehículo eléctrico y recargarlo con la energía fotovoltaica captada por las placas solares instaladas sobre las cubiertas de los parkings.

¿Es financiable con fondos de la RIC?

Se pelea por conseguir que las dotaciones a la Reserva para Inversiones de Canarias (RIC) puedan materializarse en proyectos de este tipo, ya que tienen alto valor añadido, contribuyen a la sostenibilidad y, además, generan empleo de calidad, objetivos todos perseguidos hoy por las administraciones públicas.

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