Canarias pierde en seis años más del 25% de la superficie dedicada a la papa

La falta de agua, el incremento de los costes y la escasa rentabilidad disuaden a cada vez más productores de mantener su actividad en el campo del Archipiélago

Un agricultor recoge papas en una finca de la capital grancanaria.

Un agricultor recoge papas en una finca de la capital grancanaria. / QUIQUE CURBELO

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

En tan solo seis años (2015-2021) se perdieron en las Islas más de la cuarta parte (26,5%) de las hectáreas dedicadas al cultivo de la papa. El fuerte incremento de los costes, más aún a partir de la invasión rusa de Ucrania; la parquedad del binomio esfuerzo-rentabilidad y la escasez de agua son tres de los factores que determinan el fuerte retroceso. Un comportamiento que, además, agrava la actual carencia de este tubérculo.

La brusca caída de la oferta por la plaga de escarabajo de Colorado declarada en Inglaterra ya se deja notar en los mercados y supermercados de las Islas. El precio del kilo superaba ya ayer los cuatro euros en muchos de los principales puntos de venta. El cierre de la entrada de papa desde Inglaterra se ha producido en el peor momento del año.

En los meses de septiembre y octubre, la mayor parte del aprovisionamiento de este producto, que tiene un rol protagonista en las mesas canarias, tiene acento inglés. No el cien por cien, el resto se cubre con lo que poco que aún queda disponible de la producción local a estas altura del año.

Este año ha sido especialmente negativo para el campo isleño

Además, este 2023 ha sido especialmente negativo para el campo isleño. «Con los costes tan elevados y el precio tan bajo que se nos paga, muchos dejaron de plantar», explicó ayer Eladio Cardona, presidente de Agrícola Papacan. Y, para colmo, las altas temperaturas también han jugado en contra. En definitiva, la papa canaria en poco puede reducir los efectos de la rotura del suministro.

Con los importadores llamando a la carrera a la puerta de otros proveedores –escoceses, norirlandeses, egipcios o israelíes, entre otros–, el portavoz del Ejecutivo regional, Alfonso Cabello, dejó el pasado lunes en manos del mercado la absorción del impacto. En el actual sistema económico, poco más cabe hacer mientras el precios de las papas se dispara a la espera de que lleguen los barcos con las cargas contratadas en los últimos días en esos otros países.

Asaga pide tranquilidad

Desde Asaga Canarias Asaja, su secretario general, Theo Hernando, pidió ayer «tranquilidad» y solicitó a los consumidores que no vayan a «comprar sacos de 50 kilos porque entonces sí que se producirá un desabastecimiento». En el fondo de esa llamada a la calma reside su confianza en que las negociaciones de los importadores para traer papa con rapidez cristalicen en dos semanas como mucho.

La organización agraria destacó la pérdida de superficie dedicada al cultivo de papa desde 2015, 5.509 hectáreas entonces y 4.048 en 2021. Frente a esa caída del 26,5%, la pérdida de producción resultó más moderada, del 16,7%.

La escasez de agua es uno de los principales problemas

A la vista de estos números, el debate sobre el incremento de la soberanía alimentaria podría cambiarse por el de detener la hemorragia de superficie cultivada. Una cuestión que, en opinión de Hernando, pasa por poner a disposición de los agricultores «agua de calidad». ¿Cómo? «Bombeando a las medianías aguas regeneradas de las depuradoras de uso urbano, que es de muy buena calidad y tiene un precio estable». Martín Quintana, agricultor de Tejeda (Gran Canaria), está de acuerdo en que la «escasez de agua de los últimos años» es uno de los grandes problemas de cara a preservar la salud del sector.

Del mismo modo, Asaga Canarias Asaja también apostó ayer por la recuperación de las cámaras de refrigeración de titularidad pública que en la actualidad están fuera de uso y que permitirían conservar de mejor manera la producción local. Hernando también aludió a la necesidad de volver a «producir aquí semillas» para plantar papas. Con estas y otras cuestiones se conseguirá, en su opinión, que los «jóvenes vuelvan al campo», lo que evitará «desgracias como la que hemos sufrido» tras la aparición del escarabajo de Colorado en el condado de Kent.

Normalización entre "20 y 22 días"

Eladio Cardona se sumó a la petición de «tranquilidad» y consideró que entre «20 y 22 días» podrá normalizarse la actual escasez de la oferta de papas en el Archipiélago. Eso sí, «los precios serán altos». Contra quienes intentan aprovechar la situación para vender «hasta a 4 euros» en origen las pocas papas que puedan tener, abogó por «pasar una semana sin comerlas, que no pasa nada».

Martín Quintana incidió también en la pérdida de aptitudes que ha provocado la falta de relevo generacional. «La gente ha dejado de aprender cómo trabajar la tierra», explicó. De tal manera que ya no se trata tan solo de aceptar el «mucho trabajo» que da el campo, sino que el esfuerzo debe comenzar por adquirir los conocimientos precisos para que la labor llegue a buen puerto.

"Todavía no hay desabastecimiento, queda algo de papa local"

Theo Hernando

— Secretario general de Asaga Canarias Asaja

«Todavía no hay desabastecimiento, queda algo de papa local», insistió Theo Hernando. Desde luego no lo hay si se equipara el término a la inexistencia total y absoluta del tubérculo, pero faltan las toneladas de Inglaterra que tendrían que estar llegando desde hace cinco días. En su opinión, «la semana próxima» podrían estar llegando ya desde otros puntos.

Otra de las mejoras que abogó por impulsar es el establecimiento de un calendario que garantice tener «papas locales durante más tiempo». Es decir, que no planten y recojan en las mismas fechas todos los productores de Canarias.

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