Clavijo trata de acelerar con Ribera la renovación del sistema eléctrico

El presidente presenta mañana al Ministerio la hoja de ruta de Canarias para paliar el déficit en la producción de energía sin perder de vista las renovables

Trabajos de desmontaje de torretas de alta tensión de la central de Jinámar.

Trabajos de desmontaje de torretas de alta tensión de la central de Jinámar. / Andrés Cruz

Evitar los apagones sin perder de vista la transición energética. En esa idea se basa la hoja de ruta que el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, trasladará mañana a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera. Se reunirán para abordar la instalación de los generadores de emergencia, que son necesarios para mitigar el déficit de 200 megavatios que padece el Archipiélago. Esta es la medida más urgente a corto plazo para reducir el riesgo de cortes de luz y uno de los catorce puntos del plan que el Ejecutivo isleño pretende poner en marcha tras la declaración de la emergencia energética el pasado lunes durante el Consejo de Gobierno.

Según el propósito de la Consejería de Transición Ecológica y Energía, encabezada por Mariano Hernández Zapata, estos nuevos grupos generadores, que se espera que estén en marcha en menos de un año, y que al ser de emergencia se adjudicarán sin concurso público, deberán cumplir unas características concretas.

Como Canarias cuenta con seis sistemas eléctricos aislados, cada grupo tendrá que estar adaptado a la realidad de su sistema insular de destino, además de contar con mínimos técnicos cercanos a cero. ¿El qué? Como el objetivo es que sean de apoyo a la red actual y que no obstaculicen el crecimiento del parque renovable, estos generadores de refuerzo tendrán que adaptarse a las necesidades de la demanda. Así, deberán estar preparados para permanecer en stand by –reposo– si no son requeridos o producir niveles mínimos en caso de que esa ínfima cantidad de electricidad sea la necesaria para evitar el colapso energético.

El mínimo técnico cercano a cero es un requisito fundamental para la renovación del parque eléctrico canario, que debe echar a andar Madrid mediante la concurrencia competitiva.

«Pinchar» la red

El presidente también planteará a Ribera que Red Eléctrica de España (REE), la empresa distribuidora en las Islas, autorice que se «pinche» la red para verter el excedente de energía producido por las renovables y evitar así su desperdicio. Una cuestión clave ya que uno de los grandes problemas de Canarias es que, a pesar de ser un paraíso para la implantación de energías limpias por el viento y el sol, no tiene capacidad para guardar esa producción sobrante.

Al ser fuentes variables, técnicamente conocidas como «no gestionables», porque dependen de factores no controlables por el ser humano, es imposible adaptar la producción a la cantidad que se requiere en el momento.

Para despegar del 20% que supone actualmente la contribución de las renovables al mix total, y rozar el 58% que se ha marcado el Gobierno para 2024, o incluso alcanzar el 63% según lo previsto en el Plan de Transición Energética autonómico (PTECan), Canarias instará a que Madrid, con la mayor brevedad posible, implante un marco regulatorio específico para el Archipiélago, por las singularidades de su sistema de sistemas, que permita la puesta en marcha a corto plazo de sistemas de almacenamiento de vanguardia.

En el plan se destacan los sistemas electroquímicos, que son grandes baterías que se cargan de ese sobrante eléctrico, y los volantes de inercia, que son baterías con capacidad para dar una respuesta instantánea a los rápidos cambios de demanda.

Si las Islas consiguen contar con capacidad de almacenaje, sus seis sistemas serán más atractivos para los inversores que deseen construir parques eólicos o solares, ya que se reducirá la incertidumbre entorno a la rentabilidad de la apuesta. Además, la investigación en torno al establecimiento de estos lugares en los que mantener a la electricidad en espera, es una cuestión que el gabinete de Clavijo quiere convertir en un sandbox. En otras palabras, la autonomía quiere ser un laboratorio de pruebas tecnológicas y políticas en materia de transición energética cuyos resultados puedan exportarse a otras regiones que se encuentren en crisis de suministro.

Otro de los sistemas de almacenamiento a gran escala que se quiere potenciar es el hidrobombeo. Estas se proyectan a medio plazo en las islas «donde este tipo de sistema sea viable». Actualmente, la única red que puede guardar la energía sobrante es la herreña debido a que dispone de la central hidroeléctrica de Gorona del Viento, con una potencia de 11,5 megavatios (MW). Gran Canaria es la segunda que se ha sumado con el comienzo de las obras de la central del Salto de Chira –200 MW–, pero hay más proyectadas. La Estrategia Energética de Canarias (2015-2025) recoge otros dos proyectos de centrales hidroeléctricas de bombeo adicionales. Una en Tenerife –90 MW– y otra en La Palma –30 MW–.

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