SMI

Trabajo plantea subir el salario mínimo de 1.080 a 1.123 euros y no contenta ni a patronal ni a sindicatos

Las partes seguirán negociando sobre la propuesta del Ministerio, que representaría una subida del 4%

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. / EP

Gabriel Ubieto

El Ministerio de Trabajo ha planteado formalmente este lunes a patornal y sindicatos que quiere subir el  salario mínimo interprofesional (SMI) en 2024 de los actuales 1.080 euros a 1.123 euros. Un incremento del 4% que ni contenta a la patronal, por excesivo, ni a los sindicatos, por insuficiente, tal como han manifestado este lunes en la que ha sido la segunda reunión del diálogo social sobre esta cuestión. Las partes no dan por cerradas las negociaciones y el Gobierno deberá tomar una decisión durante las próximas semanas, con el objetivo de tener la subida publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes del 31 de diciembre.

Tres millones de trabajadores están pendientes de la decisión final que tome el Ejecutivo junto a los agentes sociales. El Ministerio de Trabajo ha puesto por primera vez sobre la mesa sus números, si bien ya había deslizado que barajaba un incremento en la línea que el IPC medio registrado actualmente.

La propuesta de Trabajo no contenta ni a la patronal ni a los sindicatos, tal como han evidenciado sus portavoces este lunes tras la reunión mantendia con el equipo del Ministerio de Trabajo. "Es la propuesta de la patronal", le ha recriminado a Yolanda Díaz el vicesecretario general de UGT, Fernando Luján. Desde las centrales le reclaman un incremento más garantista de los trabajadores, argumentando que la cesta de la compra ha subido por encima del IPC medio y que los perceptores del SMI son especialmente sensibles a incrementos de estos precios. Lo que se traduciría en una subida de cerca del 5%, según ha manifestado la secretaria de acción sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente.

Los empresarios habían ofrecido, de saque, subir el salario mínimo un 3%, si bien se abrían a flexibilizar su postura si el Gobierno ponía dinero encima de la mesa para compensar el incremento de gasto que ello supone para las contratas públicas. Aquí los sindicatos se abrieron a hacer pinza con los empresarios, ya que les supone un alto volumen de conflictos laborales de difícil solución en sectores de alta licitación pública, como por ejemplo, la limpieza de edificios públicos o la jardinería.

No obstante, la pinza ha durado poco, ya que Trabajo no ha dado esas garantías y ha insistido en su propuesta del 4%. Ahora la pugna entre los agentes sociales se centra más en reclamar al Gobierno que se decante por una u otra postura para tratar de sacar el incremento del SMI como mínimo con el aval de uno de los agentes sociales.

El incremento del salario mínimo interprofesional tiene especial incidencia en sectores como el campo, las empleadas del hogar o el reparto a domicilio, entre otros. Precisamente en el sector agropecuario las patronales catalanas están se están resisitendo a renovar el convenio colectivo del sector, cuyas tablas salariales están desactualizadas y no recogen el SMI vigente. Ahí la CEOE ha reclamado bonificaciones de cotizaciones sociales al Gobierno para avalar subidas, algo que tampoco han aceptado Trabajo ni las centrales.