Los 136.000 trabajadores canarios a media jornada podrán cobrar todo el subsidio del paro

La ayuda para estos asalariados tras agotar la prestación ordinaria pasará de 240 a 480 euros

El 64% de empleados a tiempo parcial en las Islas son mujeres

Una cajera de un supermercado de las Islas.

Una cajera de un supermercado de las Islas. / Carsten W. Lauritsen

Los alrededor de 136.000 asalariados canarios que trabajan a tiempo parcial –el mes pasado fueron una media diaria de 136.325– podrán cobrar el subsidio del paro, íntegro, en caso de necesidad. El Ministerio de Trabajo y Economía Social prepara los cambios legales necesarios para que la parcialidad de la jornada laboral de estos empleados no se traslade al subsidio, que es la ayuda de emergencia que se percibe tras haber agotado la prestación ordinaria –el paro– siempre que se cumpla una serie de requisitos. Hasta ahora, estos asalariados, que trabajan menos de las 40 horas semanales que marcan en España la jornada completa –esta se mantiene sin cambios desde 1983–, cobran en torno a la mitad del subsidio. La lógica es que si se emplean durante menos tiempo –la mayoría lo hace a media jornada–, la ayuda también debe ser menor. El problema es que esta prestación de emergencia no es de tipo contributivo –no está vinculada ni al tiempo de cotización a la Seguridad Social ni a la cuantía de la cotización– y, sobre todo, que su importe es a todas luces insuficiente para vivir. Son unos 480 euros al mes que en el caso de los trabajadores a jornada parcial se quedan en unos exiguos 240 euros.

Ocurre, además, que la mayoría de quienes trabajan menos de 40 horas semanales son mujeres, con lo que también son la mayor parte de los beneficiarios del subsidio de paro. En el caso de Canarias, de esos 136.325 afiliados con contratos a tiempo parcial, hasta 86.654 son féminas, un 63,6%. De modo que 64 de cada cien, o más de seis de cada diez, son mujeres. Mujeres que en muchos casos no tienen más remedio que emplearse en jornadas reducidas porque tienen hijos o personas dependientes a su cargo, de ahí que su contribución social vaya mucho más allá de su desempeño laboral. Es también el caso, claro, de muchos hombres, pero no es menos cierto que la estadística del Ministerio evidencia que la brecha de género sigue aquí presente. Se trata, en definitiva, de un colectivo que, por lo general, enfrenta mayores dificultades socioeconómicas que el común de los asalariados, una situación que se agrava sobremanera cuando estas personas se ven abocadas a solicitar el subsidio del paro, que se les queda, cabe insistir, en unos ínfimos 240 euros mensuales.

La medida del Gobierno central tiene el apoyo unánime de patronal y sindicatos

Aunque la medida aún tiene recorrido por delante hasta su aprobación definitiva –la intención de la ministra Yolanda Díaz es sacarla mediante un proyecto de ley que también incluirá otros cambios en el subsidio por desempleo–, ya cuenta con el beneplácito tanto de los sindicatos como de la patronal, lo que en principio garantiza que saldrá indemne de los cambios que los partidos introduzcan en el debate en las Cortes. Por lo general, las medidas que llegan al Congreso con el asenso de los agentes sociales no suelen ser revisadas por los grupos parlamentarios. No obstante, hay que recordar que esta es la segunda vez que el Gobierno de Pedro Sánchez intenta reformar este subsidio. La primera vez, el Ejecutivo trató de sacar adelante la reforma vía decreto, pero se topó en el Congreso con la negativa de los diputados de Podemos, que junto con los de la oposición tumbaron la iniciativa.

Discriminación

Tras la reunión que representantes sindicales, patronales y del Ministerio de Trabajo mantuvieron la semana pasada, tanto Carlos Bravo como Fernando Luján, que forman parte de la mesa de negociación en nombre de CCOO y UGT, dieron por sentado que los asalariados a tiempo parcial pasarán a cobrar todo el subsidio en cuanto se apruebe la reforma. Los sindicalistas no solo pusieron énfasis en que la medida contribuirá a paliar la brecha de género, sino que también hicieron hincapié en que se acabará así con la discriminación que todavía sufren los trabajadores más jóvenes. No en vano, cuando un desempleado agota la prestación ordinaria –el paro de toda la vida– y ya tiene cumplidos los 52 años, pasa a cobrar el subsidio específico para los mayores de esa edad, y resulta que en este caso no se hacen distinciones entre quienes trabajaron a jornada completa y quienes lo hicieron a jornada parcial. Perciben la misma suma.

Al margen de haber agotado la prestación por desempleo de la modalidad contributiva, para tener derecho a recibir el subsidio de paro hay que cumplir varias condiciones. Las fundamentales son estar inscrito como demandante; firmar el llamado acuerdo de actividad –el documento en que la persona se compromete a asistir a cursos formativos, por ejemplo–; tener cargas familiares; y no tener otros ingresos superiores al 75% del salario mínimo.

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