El campo canario no aguanta más: los agricultores redoblan la presión ante la "inacción" política

Las organizaciones agrarias no descartan nuevas movilizaciones para exigir que se cumplan los compromisos

Manifestación de agricultores el pasado mes de febrero.

Manifestación de agricultores el pasado mes de febrero. / María Pisaca

El campo canario no aguanta más. Así lo llevan avisando desde hace meses los agricultores y ganaderos del Archipiélago ante la crisis con varios frentes abiertos que atraviesa el sector. Por eso, las organizaciones agrarias han decidido unirse para redoblar la presión por la inacción política que perciben, a pesar de que el pasado mes de febrero sacasen sus tractores y animales a la calle para protestar por su situación.

Representantes de Asaga Canarias, COAG Canarias, UPA, PALCA y Agate denunciaron este miércoles 15 de mayo que el cumplimiento de las medidas y compromisos resultantes de aquella movilización han acabado siendo decepcionantes. Y por eso aseguraron que la posibilidad de nuevas movilizaciones vuelve a estar sobre la mesa para reclamar mejoras a una situación que consideran desesperada. En la Península ya hay fecha para una nueva protesta agrícola, el próximo 3 de junio, la misma semana en la que se celebrarán las elecciones europeas, cuando asociaciones agrarias españolas y francesas han convocado cortes de carretera a ambos lados de la frontera.

"Necesitamos de acciones urgentes porque vivimos una crisis hídrica, económica y burocrática", destacó el secretario general de Asaga, Theo Hernando, quien lamentó que si se sigue por este camino los productores canarios "vamos a ser expulsados del mercado y en breve dependeremos exclusivamente de países terceros".

Entre los problemas que machacan al campo canario está la crisis hídrica, en un contexto en el que comienza a hablarse de restricciones de riego. El portavoz de Palca Canarias, Sergio Rodríguez, quiso dejar claro que la agricultura "no es la responsable" de esta situación sino la falta de acción política. Entre los errores apunto a la pérdida de agua en las canalizaciones municipales y al déficit de infraestructuras hidráulicas. Por eso, recalcó que en caso de que se tengan que aplicar restricciones se tiene que aplicar la Ley de Aguas y debe priorizarse el abastecimiento de la población, primero, y de la agricultura después, por lo que serían el turismo y el ocio las primeras actividades que deberían sufrir estas limitaciones. "O se aplica la Ley de Aguas o se va a romper la baraja", advirtió.

Como ocurre en todo el territorio nacional, los agricultores canarios también dirigen buena parte de sus exigencias a Bruselas. Entre las reclamaciones está la actualización de las cuantías de las ayudas y los costes de referencia del Posei -para adaptarlos a la subida de los costes-, flexibilizar la agenda verde europea para que la transición hacia la nueva Política Agraria Común (PAC) sea menos agresiva en Canarias y la implantación de cláusulas espejo -a través de las que se exigiría las mismas condiciones de calidad, seguridad alimentaria y medioambientales para los productos que lleguen de terceros países-.

El secretario general de COAG en Tenerife, Miguel López, criticó que la ficha del Posei no se actualice desde 2006 y destacó que se deben acabar con "los pasos retóricos", entre los que incluyó la declaración de emergencia hídrica en Tenerife, porque incluye una subida del precio del agua. "La gente está al límite", señaló y en cualquier momento "se puede liar".

Otras de las demandas que hicieron ayer los agricultores canarios es la paralización de la puesta en marcha de la conexión entre Fuerteventura y Marruecos, al considerar que supone un alto riesgo de entrada de plagas y enfermedades agrícolas y ganaderas así como que facilitará la entrada de productos alimentarios que supondrán una competencia desleal.

Por último, también insistieron en que se deben tomar medidas para evitar la sangría de agricultores en el Archipiélago. Solo el 12% de los titulares de las explotaciones son menores de 45 años y con las próximas jubilaciones prevén que se perderán superficie de cultivo y cabaña ganadera. Por eso, demandan un plan estructural de rentabilidad para atraer a la juventud al sector.

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